El Senado de Estados Unidos ha lanzado duras críticas contra Pedro Sánchez, cuestionando su compromiso con la OTAN y calificando a España como un aliado poco fiable. Senadores republicanos y el nuevo embajador designado por Trump acusaron al gobierno español de debilitar la cooperación militar y favorecer a Hamás con su política exterior.
Las relaciones entre Estados Unidos y España han alcanzado un punto crítico, marcado por tensiones que parecen insalvables.
En una reciente audiencia en el Senado estadounidense, el gobierno de Pedro Sánchez fue objeto de severas críticas, evidenciando un descontento profundo con la política exterior española.
Este episodio no solo pone de manifiesto el deterioro de la alianza tradicional entre ambos países, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de España en el contexto internacional.
La administración de Donald Trump ha lanzado acusaciones directas contra Sánchez, señalando que su gobierno ha debilitado la relación con la OTAN y ha tomado decisiones que, según Washington, benefician a Hamás en un momento de crisis en Oriente Medio.
La tensión se intensificó durante la confirmación del nuevo embajador estadounidense en Madrid, Benjamín León, donde varios senadores republicanos no escatimaron en críticas hacia la política exterior de España.
Jim Risch, presidente del Comité de Relaciones Exteriores, fue contundente en sus declaraciones.
“España fue uno de los primeros países en reconocer al Estado palestino y en imponer un embargo de armas a Israel, una decisión que solo recompensa a los terroristas”, afirmó, reflejando el creciente enfado en Washington.
Para Risch, el gobierno de Sánchez ha dejado de ser un aliado fiable, convirtiéndose en un “actor autónomo” que actúa sin coordinación con la Alianza Atlántica.

Las palabras del senador resuenan con un profundo descontento en Estados Unidos, donde se percibe que España se ha aislado y, en consecuencia, pone en riesgo la cooperación militar en medio de la guerra en Ucrania.
Benjamín León, el empresario cubano-estadounidense elegido por Trump para representar a EE. UU. en Madrid, respaldó estas críticas sin titubeos.
En su intervención ante el Senado, León expresó su preocupación por la negativa de Sánchez a incrementar el gasto en defensa hasta el 5% del PIB, el nuevo objetivo de la OTAN.
“Es realmente preocupante que, tras haberse comprometido con el presidente Trump, el señor Sánchez ahora diga que solo llegará al 2%. Es un grave error”, advirtió León, dejando claro que la paciencia de Washington se ha agotado.
Desde la propia OTAN también han llegado reproches. El secretario general, Mark Rutte, subrayó que España no puede cumplir con los objetivos de capacidad con menos del 3,5% del PIB.
Rutte reveló que ya ha transmitido este mensaje personalmente a Pedro Sánchez, lo que subraya la gravedad de la situación.
En este contexto, Donald Trump no se quedó atrás y fue aún más allá, asegurando que España “no cumple con lo que se espera de un miembro pleno de la Alianza”.
Trump sugirió incluso que podría considerarse la expulsión de España de la OTAN si el gobierno de Sánchez mantiene su posición actual.

Mientras tanto, desde Bruselas, Pedro Sánchez intenta defenderse. Asegura que su gobierno ha heredado incumplimientos y que España está cumpliendo con sus obligaciones internacionales.
Sin embargo, sus palabras no parecen convencer a nadie en Washington, donde se considera que el Ejecutivo español ha perdido toda credibilidad internacional.
Las críticas del Senado y de la OTAN confirman que Sánchez ha pasado de ser un socio incómodo a convertirse en un problema abierto para la Alianza. Estados Unidos ya no confía en él.
La situación es alarmante. La pérdida de confianza entre aliados tradicionales puede tener consecuencias devastadoras para la política exterior española.
En un momento en que la cooperación internacional es más crucial que nunca, el gobierno de Sánchez se enfrenta a un desafío monumental: recuperar la credibilidad perdida y reafirmar su compromiso con la Alianza Atlántica.
Los líderes de la oposición en España, como Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal, no han tardado en aprovechar la situación para criticar al gobierno.
En un contexto donde la política exterior se convierte en un tema central, las voces disidentes piden una revaluación de la estrategia española en el ámbito internacional. La presión sobre Sánchez aumenta, y la necesidad de un cambio de rumbo es más urgente que nunca.

El futuro de España en la OTAN y su relación con Estados Unidos está en juego. La falta de alineación con los objetivos de la Alianza no solo afecta la percepción de España en el extranjero, sino que también puede tener repercusiones en la seguridad nacional.
La política de defensa debe ser una prioridad, y los compromisos adquiridos con aliados no pueden tomarse a la ligera.
En este contexto, es esencial que el gobierno español actúe con rapidez y determinación. La historia ha demostrado que la falta de acción puede llevar a un aislamiento internacional.
La confianza se construye con el tiempo, pero se puede perder en un instante. España debe trabajar para restaurar las relaciones con Estados Unidos y demostrar que es un aliado comprometido y fiable.
En conclusión, las palabras del Senado estadounidense son un claro aviso para Pedro Sánchez.
La política exterior española se encuentra en un cruce de caminos, y las decisiones que tome en los próximos meses serán cruciales para definir el futuro del país en el escenario internacional.
La recuperación de la confianza y la credibilidad son esenciales para garantizar que España siga siendo un miembro activo y respetado de la comunidad internacional.