Alejandro Entrambasaguas confronta a Marta Nebot en “En Boca de Todos” tras revelar un presunto escándalo de corrupción de Miguel Ángel Gallardo, vinculado al hermano de Pedro Sánchez.

El periodista Alejandro Entrambasaguas ha protagonizado un tenso enfrentamiento con la activista sanchista Marta Nebot en el programa “En Boca de Todos”, un choque que ha dejado a la audiencia boquiabierta.
Entrambasaguas, reportero de El Debate, acudió al programa para presentar su última investigación sobre Miguel Ángel Gallardo, candidato socialista en Extremadura que enfrenta cargos judiciales.
Sin embargo, se encontró con una actitud hostil de Nebot, quien desde el primer momento intentó minimizar la gravedad de los hechos y desacreditar el trabajo del periodista.
La investigación de Entrambasaguas revela que Gallardo ha estado involucrado en un escándalo de corrupción, donde supuestamente cedió un piso oficial de la Diputación de Badajoz al hermano de Pedro Sánchez, David Sánchez.
Además, se alega que autorizó un gasto de 43.000 euros para reformar la cocina del inmueble, mientras que David Sánchez afirmaba residir en Portugal, un detalle que añade aún más peso a las acusaciones.
A pesar de la importancia de estos hallazgos, Marta Nebot desestimó la noticia, cuestionando tanto su relevancia informativa como la credibilidad de El Debate. “No entiendo por qué le das tanta importancia a esto”, dijo Nebot, ignorando la seriedad de las acusaciones.
Entrambasaguas, visiblemente frustrado, le respondió:
“Deberías ser más prudente, sobre todo porque, en los últimos meses, mientras mis compañeros y yo desvelábamos la corrupción de Ábalos y Santos Cerdán, personas como tú los blanqueabais y nos acusabais a nosotros. Te recomiendo más prudencia”.

La tensión aumentó cuando Nebot, lejos de reconocer la validez de la investigación, adoptó una postura de víctima. “No se me puede acusar de nada”, exigió, intentando desviar la atención de las acusaciones. Sin embargo, Entrambasaguas no se dejó intimidar.
“Esas publicaciones han sido clave para que David Sánchez, Miguel Ángel Gallardo y Luis María Carrero Pérez hayan sido procesados por la jueza Beatriz Biedma por presuntos delitos de tráfico de influencias y malversación”, afirmó con determinación.
En medio del intercambio acalorado, Carlos Cuesta, otro de los panelistas, intervino para desmentir una acusación falsa de Nebot, aclarando que El Debate nunca había publicado que el hermano de Pedro Sánchez se enriqueciera con 70.000 euros.
Este momento dejó claro que la defensa de Nebot se basaba en información errónea y malinterpretaciones.
El clímax del enfrentamiento llegó cuando Entrambasaguas, ya cansado de las faltas de respeto, lanzó un golpe directo: “Escuchándote, me da la sensación de que no has publicado una exclusiva ni sabes lo que es una investigación periodística, y de ahí tu desconocimiento”.
Esta declaración dejó a Nebot sin palabras, evidenciando la diferencia entre quien investiga con datos y documentos y quien se limita a atacar para proteger un relato político.

El programa, que se ha convertido en un campo de batalla verbal, ha puesto de manifiesto las tensiones entre el periodismo de investigación y el activismo político.
Entrambasaguas ha defendido su labor periodística con firmeza, mientras que Nebot ha intentado desviar la atención hacia su propia narrativa, pero sin éxito. La audiencia ha sido testigo de cómo la verdad y la transparencia chocan con la desinformación y el encubrimiento.
Este enfrentamiento no solo ha captado la atención de los espectadores, sino que también ha reavivado el debate sobre la corrupción en el PSOE y la necesidad de una prensa libre y valiente que se atreva a destapar la verdad, sin importar a quiénes pueda incomodar.
La lucha por la veracidad en los medios de comunicación es más crucial que nunca, y este episodio en “En Boca de Todos” es un claro ejemplo de ello.
Con el telón de fondo de un sistema político en crisis, la figura de Entrambasaguas se erige como un símbolo de la lucha contra la corrupción, mientras que Nebot representa a aquellos que prefieren proteger sus intereses políticos a expensas de la verdad.
La batalla entre la verdad y la desinformación continúa, y los ciudadanos tienen el derecho de conocer los hechos sin filtros ni manipulaciones.
El desenlace de este enfrentamiento podría tener repercusiones significativas en la percepción pública de los implicados y en la confianza en las instituciones.
La audiencia espera con ansias los próximos capítulos de esta historia, donde el periodismo de investigación y la política se entrelazan en una danza peligrosa, pero necesaria para la salud democrática del país.