El escritor mexicano Juan Miguel Zunzúige enfrenta a un periodista progresista y desmonta la leyenda negra sobre la conquista de México, aportando matices históricos que pocos conocen. Zunzúige defiende que España no debe pedir perdón por hechos ocurridos hace cinco siglos, destacando la complejidad de las alianzas, los pueblos indígenas y la formación de la sociedad mestiza.

Desde el primer instante, la entrevista se transformó en un choque de ideas que pocos podían imaginar.
Juan Miguel Zunzúige, escritor mexicano y experto en historia de la conquista de América, se enfrentó sin titubeos a Xavier Fortes, periodista progresista de Televisión Española, en un debate que pronto se volvió viral.
La cuestión sobre si España debía pedir perdón a México por los hechos históricos de hace más de cinco siglos encendió la sala y las redes sociales.
Lo que parecía un debate académico se convirtió en una verdadera lección de historia, donde la leyenda negra española fue puesta en el punto de mira y desmantelada con argumentos contundentes y matices que rara vez se escuchan fuera de los círculos especializados.
Zunzúige no dudó en subrayar que Hernán Cortés nunca llegó con intención de destrucción indiscriminada, sino que buscó alianzas con los pueblos que se oponían al poderío mexica, un pueblo que había sometido a otros pueblos de Mesoamérica antes de su llegada.
“Hernán Cortés no iba en plan ONG, pero tampoco fue un genocida como lo pintan algunos relatos modernos.
Las conquistas eran alianzas, negociaciones y conflictos complejos, no un simple avance de sangre y fuego”, explicó con precisión.
El escritor insistió en que los mexicas eran los opresores de su época y que los españoles se aliaron con pueblos locales para equilibrar la balanza.
Lo que muchos olvidan, argumentó, es que la civilización que hoy conocemos como México es fruto de una fusión histórica profunda, con claros y oscuros que no pueden simplificarse en relatos de victimización.
El periodista progresista trató de sostener la narrativa de la leyenda negra, destacando el dolor causado y las injusticias cometidas, mientras Zunzúige le rebatía con cifras, contextos y hechos históricos que rara vez llegan al gran público.
Desde la inexistencia de minas explotadas antes de la llegada española, hasta la prohibición temprana de la esclavitud indígena por leyes de la Corona, el escritor mexicano fue desmontando una a una las ideas preconcebidas que, según él, mantienen un debate selectivo sobre la memoria histórica.
“México disfruta hoy de su cultura, su música, su arquitectura y su gastronomía gracias a un proceso histórico complejo que no se limita a la figura de Hernán Cortés ni a la conquista como mero acto de violencia”, subrayó.
En un momento del diálogo, Zunzúige fue más allá y cuestionó el papel del gobierno mexicano actual: “Se utiliza la leyenda negra como cortina de humo para desviar la atención de problemas reales.
No tiene sentido que España pida perdón por hechos ocurridos en un contexto que ni siquiera se parece al México moderno. Es absurdo históricamente y contraproducente políticamente”.
La tensión entre ambos quedó palpable cuando recordó que los antepasados de los pueblos indígenas colaboraron en distintos niveles con los españoles, y que el mestizaje cultural resultante fue clave para la construcción de la identidad mexicana.
El escritor abordó también la influencia de la Iglesia y de los franciscanos en la consolidación de la nueva sociedad, destacando cómo construyeron ciudades, enseñaron gramática y trabajaron junto a los pueblos locales.
“No todo fue opresión ni genocidio. Hubo abusos, sí, pero también hubo desarrollo, colaboración y crecimiento.
Negar eso es reducir la historia a una caricatura de blanco y negro”, explicó, mientras Fortes trataba de mantener su posición sobre la victimización y la necesidad de disculpas oficiales.

Uno de los momentos más reveladores llegó cuando Zunzúige abordó la llamada “esquizofrenia histórica” de México: la población ama su cultura, sus monumentos, su música y su literatura, pero al mismo tiempo desprecia los procesos históricos que la hicieron posible.
La paradoja, según él, refleja una educación incompleta sobre los 300 años del virreinato, que casi nunca se estudian ni se enseñan en los libros de historia modernos.
“Los mexicanos adoran su país, pero muchos desconocen cómo se construyó. Y algunos líderes utilizan esa ignorancia para generar un enemigo histórico, que es España, como si la culpa fuera de nuestros antepasados”, afirmó.
La entrevista se convirtió en una lección que mezcla historia, política y cultura, dejando claro que la narrativa simplista de la leyenda negra no resiste un análisis detallado.
Zunzúige argumentó que pedir disculpas oficiales no solo es innecesario, sino que puede ser interpretado como un acto de humillación innecesaria, cuando lo que debería primar es el conocimiento objetivo de los hechos.
España, según él, ya reconoció errores y abusos, pero también aportó avances que transformaron la civilización mesoamericana y consolidaron un legado mestizo que hoy enriquece a México.
El choque de ideas no se quedó en la teoría: se discutieron nombres concretos de líderes, pueblos y episodios, destacando la complejidad de la conquista y desmintiendo la versión simplificada de un enfrentamiento de “colonizadores vs colonizados”.
Desde la alianza con pueblos locales, la política de tratados y negociaciones, hasta la participación activa de españoles, mestizos e indígenas en la administración y explotación de recursos, Zunzúige reconstruyó un relato histórico donde los matices son esenciales.

Al final, la conversación dejó claro que el debate sobre pedir perdón a México no se sostiene en términos históricos objetivos.
Lo que se exige, según Zunzúige, es comprensión y educación: conocer los procesos, valorar la colaboración y entender los errores y aciertos de todas las partes involucradas.
La entrevista, ya viral, marca un antes y un después en la discusión de la leyenda negra española y la memoria histórica en Hispanoamérica, mostrando que los debates actuales mezclan política, emoción y manipulación mediática más que hechos verificables.
Mientras el país sigue discutiendo si España debe o no pedir perdón, la voz de un experto como Zunzúige deja en evidencia que la historia es compleja, rica y llena de matices que raramente se mencionan en los medios de comunicación masivos
. Al desmontar mitos y recordar verdades olvidadas, invita a reflexionar sobre cómo interpretamos nuestro pasado y cómo usamos ese pasado para fines políticos modernos.
¿Es posible separar la historia del poder político, o siempre estaremos condenados a repetir debates que confunden hechos con narrativa ideológica? Lo cierto es que esta entrevista ha reabierto la conversación y promete seguir generando eco durante años.
La lección final es clara: para comprender México, España y su historia compartida, no basta con buscar culpables ni disculpas, sino aprender
a leer la historia con ojos críticos, reconociendo logros y errores, pero sin caer en simplificaciones que en nada benefician a los ciudadanos de ambos países.
¿Estamos preparados para aceptar la historia tal como fue, o seguiremos atrapados en las mentiras cómodas de la leyenda negra?
