El debate en el Congreso sobre la tragedia de la Dana reveló un enfrentamiento directo entre César Sánchez Pérez y Gabriel Rufián, marcado por acusaciones de manipulación política y falta de respeto hacia las víctimas.
En el contexto de una de las tragedias naturales más devastadoras en la historia reciente de España, el Congreso de los Diputados se convirtió en el escenario de un acalorado debate que expuso las tensiones políticas y la búsqueda de responsabilidades.
El diputado valenciano, César Sánchez Pérez, del Partido Popular, no escatimó en palabras al referirse a su colega Gabriel Rufián, a quien acusó de actuar con desprecio hacia las víctimas de la Dana.
En sus intervenciones, Sánchez Pérez no solo cuestionó la gestión del gobierno, sino que también demandó una reflexión profunda sobre las responsabilidades compartidas en la tragedia que dejó un saldo trágico de más de 80 fallecidos.
“Usted se comportó como un psicópata”, afirmó Sánchez Pérez, dirigiéndose a Rufián, mientras la tensión en la sala aumentaba.
La acusación se centraba en la supuesta manipulación política de la tragedia, donde Rufián había llamado homicida a su oponente político, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón.
“Llamar homicida a un adversario político es llegar a límites indeseables”, subrayó el diputado del PP, quien exigió una respuesta clara sobre las fallas en la gestión de emergencias.
La Dana, que azotó la Comunidad Valenciana y otras regiones en octubre de 2024, dejó a su paso una serie de críticas hacia la administración pública.
En el debate, se mencionó que la Agencia Estatal de Meteorología (EMET) falló en sus predicciones, lo que exacerbó la situación de emergencia.
“¿Por qué la EMET falló estrepitosamente en todas sus predicciones?”, cuestionó Sánchez Pérez, sugiriendo que la falta de información adecuada contribuyó a la magnitud de la tragedia.
Rufián, por su parte, defendió su posición argumentando que el gobierno de la Generalitat había fallado en su deber de proteger a los ciudadanos. “No me hablen de respeto a las víctimas”, replicó, mientras los ecos de sus palabras resonaban en la sala.
La discusión giró en torno a la responsabilidad política, donde ambos lados se acusaban mutuamente de utilizar la tragedia para beneficio político.
“Este hombre hace política de la política más sucia y rastrera que he visto en muchísimo tiempo”, criticó Sánchez Pérez, refiriéndose a Rufián.
El debate también sacó a relucir el protocolo de actuación ante emergencias, con Sánchez Pérez afirmando que “no existe un protocolo de Saler”, refiriéndose a las alertas de emergencia.
Esta afirmación fue un golpe directo al argumento de Rufián, quien había presentado un borrador de protocolo como evidencia de la gestión inadecuada. “Lo que sacó Rufián para llamar mentiroso a Mazón era mentira”, enfatizó, desafiando la credibilidad de su oponente.
En un momento particularmente emotivo, Sánchez Pérez recordó a las víctimas de la Dana, mencionando a Isabel Izquierdo, una anciana de 81 años que falleció durante la tragedia.
“¿Dónde estaba usted a las 5:30 de la tarde?”, preguntó retóricamente a Rufián, sugiriendo que la falta de acción de algunos políticos fue un factor en la tragedia. La sala se llenó de un silencio tenso mientras el peso de las palabras se hacía evidente.
El intercambio también incluyó referencias a la gestión del gobierno español, con Sánchez Pérez señalando que “el gobierno de España también fue responsable de una de las mayores tragedias de la historia de España”.
Este comentario resonó en el contexto de una crisis que afectó a múltiples comunidades autónomas, no solo a la Valenciana.
“Cuando hay una tragedia y los responsables son de izquierda, no hay homicidios”, afirmó, comparando la respuesta política a la tragedia con otras crisis pasadas, como la pandemia de COVID-19.
El debate concluyó sin un consenso claro sobre las responsabilidades, dejando a los ciudadanos con más preguntas que respuestas.
“El político que actúe mal tiene que asumir responsabilidades, sean de un color o sean de otro”, sentenció Sánchez Pérez, mientras la sala se preparaba para cerrar la sesión.
La tragedia de la Dana sigue siendo un recordatorio sombrío de la importancia de la preparación y la responsabilidad en la gestión de emergencias, así como de la necesidad de un debate político que priorice la verdad y la justicia sobre el oportunismo.
