El Congreso fue testigo de un enfrentamiento explosivo entre Gabriel Rufián y Carlos Mazón, donde se cuestionó la gestión de las inundaciones y la atención a las víctimas en la Comunidad Valenciana.

El Congreso de los Diputados fue escenario de un tenso e intenso debate entre Gabriel Rufián, portavoz del Grupo Parlamentario de Esquerra
Republicana, y Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, en el que se pusieron sobre la mesa críticas directas, acusaciones de negligencia y cuestionamientos sobre la atención a las víctimas durante las recientes inundaciones que afectaron a la Comunidad Valenciana.
Desde el inicio de la sesión, Rufián adoptó un tono contundente y emocional, interpelando a Mazón sobre la gestión de emergencias y el momento en que las autoridades fueron notificadas de las primeras pérdidas humanas.
Rufián comenzó recordando que, en sus diez años como parlamentario y tras participar en cinco comisiones de investigación relacionadas con el Partido Popular, nunca se había encontrado con una situación similar.
“Señor Mazón, le informo que hay medios de comunicación que están desmintiendo sus bulos y sus mentiras.
Usted ha dicho que no existía protocolo de alerta; pues este es el protocolo”, señaló, mostrando documentación y portadas de prensa que indicaban que las alertas sobre las inundaciones se habían emitido con varios días de antelación.
El portavoz insistió en que la información era conocida incluso internacionalmente, subrayando la gravedad de la descoordinación.
El debate se intensificó cuando Rufián recordó casos concretos de víctimas de las inundaciones.
Relató la tragedia de José, de 64 años, que salió de su casa con su camión a las 6 de la mañana y fue arrastrado por el agua hasta las 8:48, logrando aferrarse a un árbol hasta las 9:00, momento en que falleció.
Criticó que Mazón no hubiese suspendido actividades ni convocado un CECOPI de urgencia a pesar de la existencia de desaparecidos.
“Su mujer quiere que sepa algo: además de perder a su marido, ha perdido a su amor y a su amigo. ¿Tiene usted algo que decirle?”, preguntó Rufián, exigiendo una respuesta directa.

Rufián también criticó la actuación de la Generalitat de Cataluña como ejemplo de incoherencia: “¿Sabe lo que no hace la Generalitat?
Despedir a bomberos para contratar toreros”, afirmó, generando reacciones de risa contenida entre algunos diputados, aunque el portavoz solicitó que se mantuviera el respeto durante su intervención.
A lo largo de su discurso, relató con detalle las circunstancias de varias víctimas, incluyendo a Isabel Izquierdo, de 81 años, que falleció a las 17:30 en la residencia de ancianos Porta, mientras los trabajadores arriesgaban sus vidas para salvar a otros internos.
Rufián cuestionó repetidamente la presencia de Mazón durante los momentos críticos de la emergencia, señalando que el presidente regional se encontraba en un restaurante mientras ocurrían múltiples fallecimientos.
“A las 17:30, ¿dónde estaba usted? Se lo digo yo: en el ventorro. ¿Tiene algo que decirle a los familiares?”, insistió el portavoz, enfatizando la aparente desconexión de las autoridades con la situación real sobre el terreno.
Señaló también la existencia de un veto a la participación de víctimas en la comisión parlamentaria, con más de 80.000 firmas solicitando su comparecencia, lo que según Rufián evidencia una falta de transparencia y responsabilidad.
Durante su intervención, Rufián acusó a Mazón de mentir reiteradamente: “Miente usted, miente a la cara. No me interese su disculpa. Usted tiene en su conciencia el veto a las víctimas aquí”.
La sesión estuvo marcada por un alto nivel de confrontación, con interrupciones, llamados al orden y debates sobre los tiempos de intervención, aunque Rufián mantuvo un discurso sostenido, utilizando datos, testimonios y documentos para sostener sus acusaciones.

Mazón respondió a las críticas con declaraciones que intentaban matizar su responsabilidad: reconoció haber solicitado disculpas en nombre
de las administraciones implicadas, aunque defendió que no era el único responsable político y que había actuado siguiendo protocolos establecidos.
Sin embargo, sus respuestas fueron interrumpidas repetidamente por Rufián, quien enfatizó la gravedad de los hechos y la urgencia de atender a las víctimas.
El presidente regional intentó justificar su itinerario y las decisiones tomadas durante la crisis, incluyendo la coordinación con distintos
cuerpos de seguridad y protección civil, pero la insistencia del portavoz sobre los hechos concretos y las horas de fallecimiento de varias víctimas mantuvo la presión sobre su intervención.
Entre los casos relatados, se mencionó a familias completas afectadas por las inundaciones.
Miguel y Sara, padre e hija, murieron intentando rescatar su vehículo del garaje, mientras que Elvira y Elizabeth, madre e hija, fallecieron a las 17:30 tras recibir mensajes de alerta que no pudieron actuar a tiempo.
También se abordó el caso de una mujer embarazada de ocho meses que perdió la vida, lo que subrayó la magnitud de la tragedia y la importancia de la respuesta inmediata de las autoridades.
Rufián insistió en que Mazón debía asumir responsabilidad directa, cuestionando la efectividad del protocolo de emergencia y la gestión de la comunicación con los afectados.

El debate incluyó además una discusión sobre la entrega de condecoraciones a miembros de los cuerpos de seguridad, cuestionando posibles elementos de complicidad y silencios que, según Rufián, podían haber influido en la eficacia de la respuesta ante las inundaciones.
Mazón intentó explicar que las condecoraciones eran otorgadas por los propios cuerpos, sin intervención política, pero el portavoz mantuvo la presión, sugiriendo que la coordinación y la comunicación habían sido insuficientes.
El intercambio entre ambos diputados dejó en evidencia la polarización política existente, con acusaciones de negligencia, falsedad y omisión de responsabilidades, frente a intentos de justificar la actuación de las administraciones implicadas.
La intervención de Rufián se centró en mantener visible la voz de las víctimas y exigir respuestas claras sobre la gestión de la emergencia y la prevención de futuras tragedias.
El cierre de la sesión estuvo marcado por una confrontación directa: Rufián calificó a Mazón como “inútil, mentiroso, homicida y psicópata”, mientras exigía que se hicieran responsables las administraciones involucradas y se atendiera a las familias afectadas.

La discusión generó un debate intenso sobre la ética y la responsabilidad política, así como sobre la necesidad de transparencia y coordinación en la gestión de emergencias.
Mazón, por su parte, reiteró que había ofrecido disculpas y asumía parte de la responsabilidad, pero la insistencia en los detalles de Rufián mantuvo el foco en las decisiones tomadas durante la catástrofe y su impacto en los ciudadanos.
La sesión en el Congreso se convirtió así en un momento histórico de confrontación política y debate público, evidenciando la tensión entre rendición de cuentas, protocolo de emergencias y atención a las víctimas.
La exposición detallada de Rufián y la defensa de Mazón ilustran las dificultades de la gestión pública en situaciones de crisis y la exigencia de transparencia por parte de la ciudadanía y de los representantes parlamentarios.
La tensión acumulada y las acusaciones directas dejaron una sensación de urgencia sobre la necesidad de revisar procedimientos, mejorar la comunicación institucional y garantizar que las autoridades responsables respondan con celeridad ante futuras emergencias.
En resumen, la comparecencia en el Congreso destacó por la crudeza de los testimonios, la minuciosidad de los datos presentados y la
contundencia de las acusaciones, situando en el centro del debate la responsabilidad política y ética en la gestión de crisis que afectan directamente a la vida de los ciudadanos.
Las familias de las víctimas, las decisiones tomadas en los momentos críticos y la eficacia de los protocolos de emergencia continuarán siendo objeto de análisis y debate en el ámbito político valenciano y nacional.