El portavoz de ERC en el Congreso ha pedido a Broncano que “nunca jamás” invite a Mazón al programa, añadiendo que “Mazón, a prisión” y ha vuelto a reivindicar la regulación del mercado de la vivienda

En una entrevista que ya está dando que hablar en redes sociales y medios de comunicación, Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso,
se abrió como nunca sobre su reciente aparición en el programa La Revuelta, donde un baile improvisado junto a Ester Expósito se convirtió en viral en cuestión de horas.
Lo que podría haber sido un momento ligero y anecdótico se transformó en una oportunidad para que Rufián compartiera su visión sobre la política española,
contara anécdotas sorprendentes y dejara claro su firme posicionamiento sobre asuntos clave como la regulación del mercado de la vivienda.
Rufián recordó cómo surgió el baile con Expósito: “Fue algo espontáneo, no había ensayos, ni preparación. Ester tiene un ritmo impresionante y yo solo intenté seguirla, pero lo que pasó después fue increíble.
Nunca imaginé que unos segundos bailando se viralizarían tanto”. Su tono desenfadado contrastaba con la seriedad de los temas que abordó posteriormente, demostrando su habilidad para moverse entre la cultura popular y la política con naturalidad.
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Sin embargo, la entrevista no se quedó en lo anecdótico. Rufián aprovechó la ocasión para relatar un encuentro con José Luis Ábalos, exministro y figura clave dentro del PSOE, durante negociaciones que considera fundamentales para la política catalana y española.
“Ábalos mandaba mucho y negociaba con nosotros como el mandamás. Tuvimos reuniones largas, de esas que nunca se olvidan, y aunque había tensión, también hubo respeto profesional.
Es curioso cómo alguien puede tener tanto poder y al mismo tiempo abrir espacios de diálogo”, explicó Rufián, dejando entrever la complejidad de las relaciones entre partidos y la influencia de los líderes en decisiones estratégicas.
El portavoz de ERC también aprovechó el micrófono para criticar con dureza a Juan José Mazón, a quien calificó de manera categórica: “Que nunca jamás lo inviten a un programa como este, Mazón a prisión”.
Sus palabras generaron risas y reacciones inmediatas, pero también abrieron un debate sobre los límites del humor político y la polémica en la comunicación pública.
Rufián defendió su postura argumentando que la política española requiere figuras comprometidas y responsables, y que el espectáculo mediático no debería eclipsar los problemas reales de los ciudadanos.

En medio de la conversación, Rufián volvió a poner sobre la mesa uno de los asuntos que más preocupa a su partido y a los votantes: la vivienda.
“La situación del mercado es insostenible. Hay miles de familias que no pueden acceder a una vivienda digna y los precios continúan disparados. Necesitamos una regulación clara y efectiva, y no parches que solo benefician a unos pocos”, aseguró.
Su mensaje fue directo y enfático, recordando que la política tiene una responsabilidad real frente a la sociedad y que ERC sigue comprometida con defender los derechos de los ciudadanos, más allá del espectáculo mediático.
Lo que hace especial esta entrevista es la capacidad de Rufián para combinar un lenguaje cercano y coloquial con argumentos políticos contundentes.
Mientras relataba la anécdota del baile con Expósito, los espectadores podían reír y entretenerse, pero también captar la seriedad de sus denuncias y reivindicaciones políticas.
“La política no siempre tiene que ser solemne; a veces, un baile puede abrir la puerta a conversaciones más profundas”, reflexionó, mostrando un lado más humano y accesible de un parlamentario que suele ser reconocido por su firmeza en el Congreso.
El impacto del viral no se limitó a redes sociales.
Varios medios destacaron la espontaneidad de Rufián y su habilidad para conectar con un público más joven, algo que su partido considera estratégico en un momento en el que la comunicación política está cada vez más mediada por formatos digitales y visuales.
“La gente se acerca a la política a través de lo que ve y comparte. No hay que temerle a la cercanía; hay que usarla con inteligencia”, subrayó.
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A lo largo de la entrevista, Rufián no evitó hablar de las tensiones internas entre partidos y cómo estas afectan la gobernabilidad.
Sus comentarios sobre Ábalos reflejan la mezcla de respeto y crítica que caracteriza a sus interacciones con líderes de otras formaciones políticas: “Se negocia, se discute, a veces se cierra con acuerdos, otras veces no.
Pero siempre hay que recordar que detrás de cada decisión hay personas y vidas que dependen de esas políticas”, concluyó.
Finalmente, Rufián cerró la conversación recordando a los ciudadanos la importancia de mantener la atención sobre los temas que realmente importan: la vivienda, la justicia social y la transparencia política.
Aunque el baile con Ester Expósito haya captado titulares, su mensaje principal sigue siendo claro: la política debe estar al servicio de la gente y no al revés.
“Que se hable de un baile está bien, pero que no se olvide de la vivienda y los derechos de las personas, eso es lo verdaderamente importante”, sentenció con firmeza.
En resumen, Gabriel Rufián logró convertir un momento viral en La Revuelta en una oportunidad para reforzar su imagen como político cercano, con capacidad de conectar con la cultura popular, pero con un mensaje firme sobre la necesidad de cambios estructurales en España.
La combinación de humor, anécdotas y denuncia política hizo de esta entrevista un ejemplo de cómo la política moderna puede ser entretenida y relevante al mismo tiempo.
La audiencia quedó cautivada, y el debate sobre vivienda y responsabilidades políticas continúa abierto, mostrando que detrás del baile hay un parlamentario que sabe usar cada instante para transmitir su visión del país.