Los protagonistas de una de las maniobras políticas más comentadas del día han sido Gabriel Rufián, Félix Bolaños y Patxi López, que han sido pillados reunidos en un bar de Madrid.

En una jornada marcada por la especulación política, Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, fue visto en un bar de Madrid junto a Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, y Patxi López, ex lehendakari y actual diputado del PSOE.
La reunión, que no pasó desapercibida para los medios, ha desatado una ola de rumores sobre la posibilidad de que los tres políticos estén negociando la creación de un nuevo partido de izquierda en España.
Según el periodista Vito Quiles, quien publicó fotos de la reunión en su perfil de X, la cita no fue fortuita. “Gabriel Rufián junto al ministro Félix Bolaños y Patxi López en un bar de Madrid.
Hoy conocemos que el catalán y el PSOE negocian la creación de un nuevo partido de izquierdas”, escribió Quiles, generando un revuelo inmediato en la esfera política.
Las imágenes, que muestran a los dirigentes conversando animadamente, han alimentado las especulaciones sobre la reconfiguración del espacio político progresista en el país.
La preocupación por la fragmentación del voto de izquierda ha llevado a algunos sectores del PSOE a considerar que el liderazgo de Yolanda Díaz ha llegado a su fin.
Fuentes del partido aseguran que el PSOE está mirando hacia Rufián como una figura clave para atraer a un electorado desilusionado con las actuales siglas.
“Gabriel tiene un perfil que conecta con la gente, especialmente con aquellos que buscan un cambio”, afirmó un alto dirigente socialista que prefirió permanecer en el anonimato.

Por otro lado, la publicación La Razón ha indicado que Patxi López está en negociaciones con Rufián para discutir la “eclosión” de un nuevo proyecto político que podría reorganizar la izquierda española de cara a las próximas elecciones.
Sin embargo, esta hipotética alianza no está exenta de desafíos.
Dentro de ERC, Rufián enfrenta recelos, especialmente entre aquellos que temen que un acercamiento al PSOE pueda diluir la identidad del partido. Un miembro de ERC comentó: “No todos ven con buenos ojos un giro hacia el PSOE; tenemos que ser muy cuidadosos”.
A pesar de las reservas, la figura de Rufián ha ganado notoriedad en los últimos meses, reflejada en los resultados del último CIS, donde apareció como uno de los políticos más valorados dentro del espacio progresista.
“Es el político de moda”, afirmaron analistas políticos, sugiriendo que su imagen podría ser la clave para unir a un electorado cansado de la fragmentación actual.
Mientras tanto, la tensión entre el Gobierno y Yolanda Díaz se ha vuelto a hacer evidente.
La ministra de Trabajo ha expresado su descontento con la dirección que está tomando el PSOE, lo que ha llevado a muchos a preguntarse si la creación de un nuevo partido podría ser la solución a las divisiones internas.
“Necesitamos un frente unido, pero eso no significa que debamos sacrificar nuestras convicciones”, destacó una fuente cercana a Díaz.

El contexto actual, en el que el PP y Vox dominan las encuestas, ha puesto a la izquierda en una situación precaria. “Impulsar a Rufián podría ser la respuesta que el PSOE necesita para recomponer un bloque de izquierdas debilitado y dividido”, señalaron analistas.
Sin embargo, la falta de consenso interno podría complicar cualquier intento de unificación.
La reunión en el bar de Madrid ha reactivado las alarmas en el ámbito político y ha abierto un nuevo capítulo en la lucha por el liderazgo progresista en España. La posibilidad de un nuevo partido de izquierda ha generado tanto entusiasmo como escepticismo.
“Es un momento crucial para la izquierda; debemos actuar con decisión y claridad”, afirmó un líder socialista.
En conclusión, el encuentro entre Rufián, Bolaños y López no solo ha puesto de manifiesto la necesidad de un cambio en el panorama político español, sino que también ha evidenciado las tensiones y desafíos que enfrenta la izquierda.
Con las elecciones a la vista, el futuro del progresismo en España pende de un hilo, y la creación de un nuevo partido podría ser la clave para revitalizar un electorado que busca alternativas viables.
La incertidumbre persiste, pero lo que está claro es que la política española está en un momento de transformación y que las decisiones que se tomen en las próximas semanas serán cruciales para definir el rumbo del país.