Íker Jiménez ha sorprendido a su audiencia al cerrar el último programa de Cuarto Milenio desvelando que la newsletter que ha enviado en los últimos meses ha compuesto una crónica gratuita en la que relata cómo ha vivido personalmente los días más trágicos de la DANA en Paiporta.
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Íker Jiménez, conocido presentador del programa Cuarto Milenio, ha dejado a su audiencia boquiabierta al cerrar su último programa con una revelación impactante.
En un emotivo relato, Jiménez ha compartido su experiencia personal durante los días más difíciles de la DANA en Paiporta, donde no solo actuó como periodista, sino también como voluntario para ayudar a las víctimas de esta tragedia.
“Mi siguiente libro no sé si es un libro. Es una crónica, y es completamente gratuita”, afirmó, subrayando su compromiso con la verdad y la justicia.
Durante su intervención, Jiménez recordó la intensa campaña de desprestigio que sufrió a raíz de su cobertura de la tragedia.
“Agradezco a esos 44.000 que se opusieron al boicot”, expresó con gratitud, dejando claro que su continuidad en televisión se debe al apoyo del público. Sin embargo, no dudó en señalar que los ataques que recibió estaban basados en falsedades.
En particular, mencionó la acusación infundada de haber difundido que había más de 700 muertos en el parking del Bonaire. “Si yo hubiera sido un cobarde, hubiera dicho que aquello era un tuit personal”, declaró, defendiendo su integridad profesional.
Jiménez planteó lo que él considera “el gran enigma” de aquellos días: “¿Por qué estábamos solos?”. Solo cuatro personas, entre ellas él mismo, ‘Angelito’ Gaitán, Pablo y Victorius, se presentaron en el terreno para informar y ayudar.
“Se hacen muchas bromas de los cuatro del Jeep. Pues sí, éramos los cuatro del Jeep”, admitió, enfatizando la ausencia de otros comunicadores que, posteriormente, se apresuraron a criticarlo desde la comodidad de sus platós.

La crítica más contundente de Jiménez fue dirigida a aquellos que lideraron la persecución mediática en su contra.
Reveló que varios de esos periodistas, que en su momento se lanzaron a atacarlo, ahora le han escrito pidiendo disculpas, sorprendidos de haberse sumado a un linchamiento sin haber contrastado la información.
“Queridos compañeros, ¿por qué os sumasteis sin saber? ¿Cómo es posible que no supierais informaciones nacionales que yo sí manejaba?”, reprochó, cuestionando la falta de rigor y el oportunismo de sus colegas.
Entre los nombres mencionados, Jiménez hizo hincapié en figuras como Ana Pastor y El Gran Wyoming, quienes fueron de los más críticos con su labor.
“A ninguno les vi allí, ayudando”, sentenció, refiriéndose a su ausencia en el terreno mientras él estaba con “botas empapadas, sacando barro y hablando con víctimas reales”.
Esta declaración resuena con fuerza, destacando un contraste entre la acción y la crítica, entre el compromiso y la comodidad.
Jiménez concluyó su intervención con una fuerte crítica a quienes lo llamaron “terrorista informativo” o lo acusaron de buscar notoriedad. “Ahora que les condecoren y les premien.
El único premio de este programa es que, por primera vez, la gente ha dicho: ‘No van a censurar a Íker’”, afirmó, dejando claro que su labor y dedicación no pasan desapercibidas para el público.

La controversia en torno a la cobertura mediática de la DANA en Paiporta ha puesto de manifiesto las tensiones existentes en el panorama informativo español.
La responsabilidad de los periodistas en situaciones de crisis es un tema que merece un análisis profundo, especialmente cuando se trata de la verdad y la ética en la información.
Jiménez, al compartir su experiencia, no solo defiende su postura, sino que también invita a una reflexión más amplia sobre el papel de los medios en la sociedad.
En un contexto donde la desinformación y la falta de rigor pueden tener graves consecuencias, las palabras de Jiménez resuenan como un llamado a la responsabilidad y al compromiso con la verdad.
La crítica a sus colegas, aunque dura, es un recordatorio de que la labor periodística no solo implica informar, sino también actuar con integridad y humanidad.
La DANA en Paiporta no solo fue una tragedia natural, sino también un evento que puso a prueba la ética y la responsabilidad de los medios de comunicación.
Con su crónica gratuita, Jiménez busca no solo relatar su experiencia, sino también contribuir a una conversación necesaria sobre el papel del periodismo en tiempos de crisis.
A medida que avanza la discusión sobre la responsabilidad en la cobertura mediática, queda claro que la voz de Íker Jiménez es una de las más relevantes en este debate, desafiando a sus colegas a reflexionar sobre su papel y su responsabilidad en la búsqueda de la verdad.