Montero, visiblemente afectada, rompió a llorar tras las acusaciones sobre su posición política y respondió defendiendo su gestión y la lucha contra el machismo.
En un tenso debate que se llevó a cabo en el pleno del Parlamento Europeo, la dirigente de Podemos, Irene Montero, y el eurodiputado Alvise Pérez protagonizaron un enfrentamiento personal que dejó a todos los presentes atónitos.
La sesión, que abordaba los casos de conductas indebidas en partidos políticos españoles, se tornó rápidamente en un campo de batalla verbal donde las acusaciones y los gritos resonaron por todo el hemiciclo.
Irene Montero comenzó su intervención con un discurso contundente dirigido contra el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), recordando que uno de los implicados en los escándalos recientes fue “la mano derecha de Pedro Sánchez”.
Con una voz firme, reivindicó su gestión al frente del Ministerio de Igualdad, resaltando que tanto el PSOE como el Partido Popular (PP) se sienten incómodos con el feminismo.
“No podemos permitir que el machismo estructural siga dominando nuestras instituciones”, afirmó Montero, desafiando a sus oponentes a reconocer la realidad de la desigualdad de género.
Sin embargo, lo que siguió fue un ataque directo de Alvise Pérez, quien no dudó en calificar la intervención de Montero como “un poco flojita”.
Desde el inicio de su turno de palabra, Pérez lanzó una acusación personal que dejó a muchos boquiabiertos: “Tu defensa del feminismo se resume en haber conseguido tu posición casándote con tu jefe”.
Las palabras de Pérez provocaron murmullos de desaprobación en el hemiciclo, pero él continuó, insistiendo en que “a algunos les incomoda escuchar las verdades del barquero”.

La tensión en la sala aumentó rápidamente, y el presidente del debate se vio obligado a intervenir, cortando el micrófono de Pérez para evitar que continuara con su intervención. Este gesto evidenció el clima de crispación que se había apoderado de la sesión.
En medio de este caos, Irene Montero, visiblemente afectada, comenzó a llorar. La imagen de una política llorando en el Parlamento Europeo impactó a muchos, convirtiendo la situación en un momento dramático que acaparó la atención de todos.
Aprovechando la oportunidad, Montero pidió la palabra por alusiones y respondió de manera personal a Pérez. “Tu violencia verbal no tiene cabida aquí. Si te atreves a hacer esto en el Parlamento Europeo, ¿qué no harás en tu casa?”, lanzó Montero con firmeza.
Sus palabras resonaron en la sala, y la tensión alcanzó un nuevo pico. “Se ha acabado vuestra impunidad y vuestro machismo”, proclamó, desafiando a sus opositores a reflexionar sobre sus actitudes.
Sin embargo, la presidencia del debate no permitió una réplica, argumentando que no estaba prevista por el reglamento. Este hecho dejó a Montero en una posición vulnerable, evidenciando el aislamiento que siente en el Parlamento.
Solo dos eurodiputadas socialistas se atrevieron a intervenir en defensa del PSOE, mientras que desde el PP se criticó abiertamente “la gran farsa de Sánchez”.
Desde Vox, se exigieron responsabilidades, dejando claro que el clima político en el hemiciclo es más tenso que nunca.

Los aliados de Montero y otras formaciones afines optaron por discursos más generales sobre el patriarcado y el machismo estructural, evitando cualquier crítica directa al PSOE.
Esta estrategia, lejos de fortalecer la posición de Montero, reforzó la imagen de una política a la defensiva, superada por un choque que marcó toda la sesión.
La situación planteó preguntas sobre la capacidad de Montero para seguir siendo una voz fuerte en el Parlamento Europeo, especialmente en un contexto donde sus adversarios parecen estar cada vez más decididos a desmantelar su credibilidad.
El debate, que había sido incluido en el orden del día por el Partido Popular Europeo, se convirtió en un espectáculo de confrontación que dejó a muchos espectadores preguntándose sobre el futuro de la política española.
Las intervenciones de líderes políticos como Isabel Díaz Ayuso, Santiago Abascal y otros, solo sirvieron para intensificar el drama, cada uno aportando su perspectiva sobre la situación actual del país y el papel de las mujeres en la política.
En conclusión, el enfrentamiento entre Irene Montero y Alvise Pérez no solo expone las tensiones dentro del Parlamento Europeo, sino que también refleja la lucha más amplia por la igualdad de género y el feminismo en la política española.
La imagen de Montero llorando en el hemiciclo es un recordatorio poderoso de que, a pesar de los avances, la batalla por el respeto y la igualdad continúa.