La joven acudió este fin de semana al programa ‘¡De Viernes!’ donde se abrió respecto a todo tipo de complicados temas relacionados con su familia

Isa Pantoja ha vuelto a la televisión para ofrecer uno de sus testimonios más sinceros y emocionalmente intensos hasta la fecha.

Un año después de protagonizar una de sus entrevistas más duras, la hija de Isabel Pantoja regresó al plató del programa *¡De Viernes!* para responder a las declaraciones recientes de su hermano Kiko Rivera y profundizar en las heridas familiares que, según ella, aún siguen abiertas.

A sus 29 años, Isa expuso una vez más cómo ha vivido desde la infancia la distancia afectiva dentro del clan Pantoja, una situación que afirma haberla marcado de manera profunda y duradera.

“Para mí, las personas más importantes de mi vida son mis hijos, pero a la persona que yo más quería era mi hermano.

Ha sido mi mayor decepción”, expresó Isa al inicio de la conversación, dejando claro que la relación con Kiko, que tantos altibajos ha tenido en la última década, atraviesa ahora uno de sus momentos más fríos.

La joven relató que siempre sintió una unión especial con él, una lealtad casi incondicional: “Para mí, mi hermano era todo”, añadió con visible tristeza.

Isa aseguró sentirse traicionada no solo por Kiko, sino por la familia en general, al considerar que jamás se preocuparon realmente por ella. “Ellos no están nunca, la que siempre ha estado, a pesar de todo, soy yo.

¿Cuándo se han preocupado ellos por mí? Ni en las buenas ni en las malas”, lamentó, subrayando que incluso en los momentos más difíciles, como episodios de enfermedad o crisis emocionales, nunca recibió el apoyo que necesitaba.

Este distanciamiento, afirmó, no solo le duele por el pasado, sino porque se sigue repitiendo en el presente.

Isa reveló que se enteró del ingreso hospitalario de su madre por medio de sus compañeras de trabajo, y que desde el nacimiento de su hijo Cairo —hace cinco meses— no ha recibido “ni un mensaje, ni unas flores, nada” por parte de sus familiares.

“No lo esperaba, pero duele igualmente”, reconoció con serenidad, destacando que, pese a ello, tiene “la conciencia tranquila porque yo sé que he estado para ellos”.

La joven insistió en que siempre ha intentado mantener un vínculo con su familia, pero que ha llegado a sentir que ese esfuerzo no era recíproco.

“Mi hermano me dice perdón y ojalá pudiera creerlo”, comentó, insinuando que, aunque las palabras están ahí, los hechos no acompañan.

Además de referirse a su relación con su hermano y su madre, Isa también habló de cómo la familia ha interferido históricamente en su vida sentimental.

Aseguró que, mientras las parejas de su hermano eran tratadas con pleno respeto, a ella jamás se le permitió llevar a un novio a Cantora sin que surgieran tensiones. “A mi madre nunca le ha gustado un novio mío.

Ni novios, ni amigos, ni nada”, relató, comparando el trato desigual dentro de la familia. Según Isa, todos sus compañeros sentimentales —desde Alberto Isla hasta Omar Montes— fueron criticados, cuestionados o abiertamente rechazados.

Una de las situaciones que más la marcó fue cuando su madre invitó a Omar Montes a una fiesta en Cantora sin avisarle, a pesar de que Isa acudió acompañada de Asraf, su actual marido.

“Eso fue de vergüenza. Fue una humillación para mi pareja y, sobre todo, para mí”, expresó con contundencia.

Añadió que en aquel momento sintió deseos de marcharse: “Probablemente, después de todo lo que he aguantado, cualquiera en mi situación hubiera cogido la puerta y se hubiera ido, pero yo aguanté por ella”.

En su testimonio también destacó la estabilidad emocional que ha encontrado junto a Asraf, con quien ha formado una familia. Según la propia Isa, su relación actual supone el primer gran pilar afectivo que ha tenido en su vida adulta.

Sin embargo, lamenta que ni su madre ni su hermano hayan mostrado interés en conocer a fondo esta nueva etapa. “En cinco meses, ninguna reacción”, repitió, refiriéndose a la llegada de su hijo Cairo, primer hijo de Asraf y segundo de Isa.

A pesar de sus declaraciones duras, Isa no cerró totalmente la puerta a una reconciliación, aunque dejó claro que sería un proceso lento: “Ojalá pudiera creer en ese perdón”.

Sus palabras muestran que, aunque siente dolor, no ha perdido completamente la esperanza de que la relación con su hermano pueda reconstruirse algún día.

La entrevista, cargada de emoción y sinceridad, volvió a poner sobre la mesa la complejidad de las relaciones en la familia Pantoja, un clan tan mediático como conflictivo.

Isa Pantoja, con un discurso firme y sereno, dejó claro que ha aprendido a poner límites, a priorizar su bienestar y el de sus hijos y a no permitir que el pasado siga condicionando su presente.

Una declaración de madurez en medio de heridas aún abiertas que, con el tiempo, quizá encuentren alguna forma de sanar.