El Ejército de Israel interceptó la Global Sumud Flotilla, compuesta por más de 40 barcos con ayuda humanitaria rumbo a Gaza, incluyendo el ‘Sirius’ con Ada Colau a bordo, alegando que se aproximaban a una “zona de conflicto activo”.
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En un nuevo episodio de tensión en el Mediterráneo oriental, el Ejército de Israel interceptó este miércoles la denominada Global Sumud Flotilla, compuesta por más de 40 embarcaciones que transportaban ayuda humanitaria hacia la Franja de Gaza.
Entre los barcos interceptados se encuentra el ‘Sirius’, en el que viaja la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, junto a otros diez ciudadanos españoles.
La operación militar israelí se produjo tras advertencias de que las embarcaciones se aproximaban a lo que las fuerzas de defensa calificaron como “zona de conflicto activo”.
“Se acercan a una zona de bloqueo. Si desean entregar ayuda a Gaza, pueden hacerlo a través de los canales establecidos”, alertó el Ejército israelí a través de un mensaje radiofónico.
La advertencia fue seguida de maniobras de interceptación y bloqueos en los sistemas de comunicación de los barcos, dificultando el contacto de la tripulación con el exterior.
Ada Colau, desde el ‘Sirius’, grabó un mensaje en vídeo que rápidamente se difundió en redes sociales. “Hola, soy Ada Colau de Barcelona. Te hablo desde el ‘Sirius’.
Si estás viendo este vídeo es porque Israel nos ha detenido ilegalmente. No tenemos acceso a teléfono ni a Internet. Estamos absolutamente incomunicados”, aseguró, mostrando la preocupación de los miembros de la flotilla ante la situación de aislamiento y riesgo.

El patrón español Manu López, al mando de otra de las embarcaciones, relató los momentos de tensión durante una entrevista con Hora 25 de Cadena Ser.
“Estábamos rodeados por aproximadamente treinta navíos militares israelíes, a una distancia de unos 500 metros. Ya han interceptado al menos cuatro barcos principales, incluido el ‘Sirius’ y el ‘Alma’.
Estamos intentando mantener el rumbo hacia Gaza pese al cerco militar”, indicó López, quien subrayó que la flotilla no tenía intención de rendirse y mantenía su objetivo humanitario.
Desde la flotilla, sus representantes acusaron a Israel de violar el Derecho Internacional y de utilizar el hambre como herramienta de presión sobre la población de Gaza.
“No se trata solo de entregar suministros. Israel está cometiendo crímenes de guerra al bloquear y controlar el acceso humanitario a un territorio sitiado”, afirmaron, exigiendo que se permita el paso seguro de las embarcaciones.
El impacto diplomático de la operación israelí se hizo sentir inmediatamente en España.
El Ministerio de Asuntos Exteriores activó una unidad de seguimiento permanente y puso en marcha los consulados en Tel Aviv, Jerusalén y Nicosia para atender a los ciudadanos españoles implicados.
El ministro José Manuel Albares se ha mantenido en contacto directo con autoridades de países con nacionales a bordo de la flotilla, incluyendo Irlanda y Turquía, para coordinar respuestas y seguimiento.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, criticó duramente la interceptación. “Exigimos la liberación inmediata de cualquier detenido por la Armada israelí. Lo ocurrido constituye un crimen contra el derecho internacional”, escribió en sus redes sociales.
De forma similar, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, denunció que “el Estado de Israel vuelve a violar el Derecho Internacional con el ataque a la Global Sumud Flotilla”.
El incidente ha generado preocupación entre organizaciones internacionales y activistas humanitarios que apoyan la misión de la flotilla.
“Nuestro objetivo no es confrontar militarmente, sino entregar ayuda básica a personas atrapadas en un conflicto”, explicó uno de los coordinadores de la flotilla.
Las embarcaciones transportaban alimentos, medicamentos y suministros esenciales para la población civil de Gaza, que se encuentra bajo un estricto bloqueo naval desde hace años.
Fuentes del gobierno israelí justificaron la operación señalando que las embarcaciones habían sido advertidas reiteradamente sobre los riesgos de navegar en un área declarada de conflicto activo, y que cualquier intento de ingreso a la zona podría generar consecuencias legales y de seguridad.
Sin embargo, la flotilla insiste en que el bloqueo constituye un impedimento ilegal para la entrega de ayuda humanitaria, y que las acciones israelíes violan convenios internacionales de protección civil en conflictos armados.

A medida que se desarrollaban los eventos, la tensión entre Israel y la comunidad internacional creció.
La flotilla, a pesar de las interferencias en comunicaciones y la presencia de buques militares, mantuvo su rumbo hacia Gaza, afirmando que no se desanimarán ante la presión y el bloqueo.
“Estamos decididos a continuar hasta que los suministros lleguen a quienes más lo necesitan”, afirmó uno de los portavoces de la misión.
El incidente coloca a Ada Colau en el centro de la cobertura mediática internacional, junto a otros activistas europeos, generando debates sobre la legalidad de la intervención israelí y la seguridad de los civiles involucrados en acciones humanitarias.
Mientras tanto, el Gobierno español mantiene contacto constante con los países implicados para asegurar la protección de sus nacionales y buscar una solución diplomática que permita la entrega de ayuda.
La situación sigue siendo tensa, y se espera que las próximas horas sean críticas para definir el destino de la flotilla y de los activistas atrapados en alta mar.
La operación israelí ha reavivado la discusión sobre el bloqueo de Gaza y la obligación de los Estados y organizaciones internacionales de garantizar la ayuda humanitaria a la población civil en zonas de conflicto.
A pesar de los bloqueos, interceptaciones y dificultades de comunicación, la Global Sumud Flotilla continúa su travesía, simbolizando la resistencia de activistas y ciudadanos comprometidos con la causa humanitaria y manteniendo la atención del mundo puesta sobre la crisis en Gaza.
