Las diferencias culturales y personales entre ambos hacen que la cita se torne incómoda y cómica, sin conexión romántica.

En un episodio reciente de “First Dates”, la cita entre Iván y Virginia se convirtió en un verdadero espectáculo que dejó a todos boquiabiertos.
Desde el primer momento, quedó claro que Virginia tenía una obsesión inquebrantable por los toros, lo que no tardó en generar una serie de reacciones inesperadas tanto en el programa como entre los espectadores.
La cita comenzó con Iván, un chico simpático y romántico que buscaba una conexión genuina. Sin embargo, su cita con Virginia, una joven peluquera de 19 años, tomó un giro inesperado cuando ella reveló su pasión por los toros.
“Me encantan los toros”, dijo Virginia con entusiasmo, mientras mostraba un peluche de toro que llevaba consigo.
“Soy muy taurina, duermo con él a veces y me lo llevo a todos los sitios”. Esta declaración dejó a Iván en shock, quien intentó mantener la conversación, pero se dio cuenta rápidamente de que sus intereses eran muy diferentes.
Virginia no solo era una fanática de las corridas, sino que también se consideraba una experta en el tema. “Me gusta ver personas muertas”, afirmó en un momento, lo que dejó a Iván completamente atónito.
La conversación se tornó cada vez más extraña, con Virginia hablando de su amor por los toreros y cómo había visto a un novillero que la había cautivado desde que tenía 12 años.
“Me lo tatué en la mano como una loca fan”, confesó, mientras Iván intentaba comprender cómo alguien podía tener una pasión tan intensa por este controvertido espectáculo.

A medida que avanzaba la cita, el ambiente se tornó tenso. Iván, que no compartía el mismo entusiasmo por los toros, trató de ser comprensivo.
“Entiendo que aporta mucho dinero a muchas familias, es cultural”, dijo, intentando encontrar un punto en común. Sin embargo, Virginia no se detuvo en su defensa de la tauromaquia, lo que llevó a Iván a cuestionar su propia postura.
“A mí me gusta mucho, pero no me gustan las corridas de toro”, comentó, dejando claro que su interés no iba más allá de una mera curiosidad.
La situación se volvió aún más surrealista cuando Virginia comenzó a hablar sobre su amor por los animales, contradiciendo su afición por los toros.
“Me encantan los animales, pero no me gustan los toros”, dijo Iván, lo que provocó una reacción inmediata de Virginia. “¿Cómo pueden gustarte los animales y no los toros?”, preguntó, dejando a Iván en una posición incómoda.
A pesar de las diferencias, ambos continuaron conversando, pero el tema de los toros seguía dominando.
“Nunca había conocido a una mujer que le gustase tanto los toros como a ella”, comentó uno de los comentaristas del programa, mientras los espectadores se reían de la situación.
La cita se convirtió en un verdadero torbellino de opiniones y emociones, con Iván tratando de mantener la calma mientras Virginia seguía hablando de su obsesión.

Los momentos más cómicos llegaron cuando Virginia mencionó que su padre era fisioterapeuta y que conocía a un torero llamado Miguelín. “Fui una vez a verlo y es que no me gusta, tío”, dijo Iván, mientras la conversación se tornaba cada vez más absurda.
“Es que no entiendo cómo puedes vivir sin los toros”, replicó Virginia, dejando a Iván sin palabras.
Finalmente, la cita llegó a su fin. Carlos Sobera, el presentador, preguntó si querían una segunda cita.
“Sí, claro, como amigos”, respondió Iván, sin mostrar ningún interés romántico hacia Virginia. La respuesta dejó claro que, a pesar de la química en la conversación, la conexión emocional no estaba presente.
En un giro final, ambos acordaron ir a tomar cervezas juntos, pero no como pareja. “Nos vemos por Valencia de cerveceo”, se despidieron, mientras los comentaristas reflexionaban sobre lo extraño de la situación.
“Es ridículo, absurdo”, comentaron, destacando lo surrealista de la cita.
Este episodio de “First Dates” no solo fue un espectáculo entretenido, sino que también puso de relieve las diferencias culturales y personales que pueden surgir en una cita.
La obsesión de Virginia por los toros y la incomodidad de Iván ante sus declaraciones dejaron a los espectadores riendo y preguntándose qué pasaría si realmente existiera una conexión entre ellos.
Sin duda, una cita que pasará a la historia del programa por su singularidad y por las sorprendentes revelaciones de sus protagonistas.