TVE y el periodista Javier Ruiz están bajo polémica tras presentar en su programa a una sindicalista como médica, lo que motivó una denuncia del Servicio Andaluz de Salud y la apertura de diligencias judiciales.
La televisión pública española se encuentra en el centro de una polémica sin precedentes tras la aparición de un episodio que ha desatado la indignación de la opinión pública y ha llevado a la justicia a intervenir.
El Juzgado de Instrucción número 19 de Sevilla ha abierto diligencias previas después de que el Servicio Andaluz de Salud denunciara lo ocurrido en el programa “Mañaneros 360”, presentado por el periodista Javier Ruiz.
Este escándalo gira en torno a la participación de María del Mar Suárez Rodríguez, una liberada sindical que fue presentada ante millones de espectadores como médica, cuando en realidad no lo era.
El incidente tuvo lugar el 22 de octubre, cuando Suárez, vestida con bata blanca, apareció en el programa de máxima audiencia. Fue presentada repetidamente como “médica” y “personal sanitario”, otorgándole una autoridad profesional que no poseía.
En realidad, Suárez es delegada de UGT y figura como administrativa en el Hospital Virgen del Rocío, habiendo trabajado durante más de dos décadas como cocinera en el mismo centro.
Durante su intervención, lanzó graves acusaciones contra el Servicio Andaluz de Salud, afirmando que se habían “hecho desaparecer” mamografías e historiales clínicos de mujeres afectadas por retrasos en los cribados de cáncer de mama.
Estas declaraciones, emitidas en un programa de gran seguimiento, provocaron la inmediata reacción del gobierno andaluz, que decidió presentar una denuncia.
La jueza instructora ha decidido incoar diligencias por un posible delito de revelación de secretos y ha ordenado a la Policía Judicial recabar toda la información sobre la intervención televisiva, sin descartar otros delitos como usurpación de funciones, injurias o calumnias.
Este giro en los acontecimientos ha puesto a Javier Ruiz en una posición muy comprometida, ya que se le acusa de haber permitido que se difundiera una versión falsa de los hechos.
Lejos de asumir la responsabilidad, Javier Ruiz optó por una estrategia de defensa que ha sido criticada por muchos.
Al día siguiente de la polémica emisión, volvió a dar voz a la misma sindicalista en su programa, pero esta vez sin bata y con un rótulo que suavizaba su presentación, refiriéndose a ella como “personal hospitalario”.
En esta segunda aparición, Suárez admitió que no era médica ni sanitaria, y que su labor actual se limitaba a estar liberada por UGT.
Sin embargo, Ruiz descalificó la información que revelaba la verdadera condición profesional de Suárez, calificándola de “bulo” y sugiriendo que había represalias en su contra.
Esta defensa ha sido cuestionada no solo por la opinión pública, sino también por la Fiscalía.
A principios de diciembre, el Ministerio Público archivó la denuncia sobre el supuesto borrado de mamografías, concluyendo que no hubo manipulación alguna, sino que la situación se debió a una saturación informática por exceso de solicitudes.
Mientras tanto, la Junta de Andalucía ha dado por cerrada la crisis tras revisar expedientes y anunciar mejoras en la atención sanitaria, pero la investigación judicial sigue su curso, dejando en evidencia el uso partidista de TVE y la responsabilidad directa de Javier Ruiz en la difusión de información engañosa para atacar al Gobierno de Juanma Moreno.
En un ambiente tan tenso, las reacciones de los líderes políticos no se han hecho esperar. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha manifestado su preocupación por el uso de la televisión pública como herramienta de propaganda política.
Santiago Abascal, líder de VOX, ha exigido que se tomen medidas severas contra los responsables de este escándalo.
Por otro lado, figuras del PSOE han defendido la labor de la televisión pública, argumentando que es fundamental mantener la independencia de los medios de comunicación.
La controversia ha atraído la atención de numerosos partidos políticos, desde Ciudadanos hasta Podemos, quienes han expresado sus opiniones sobre el impacto que este tipo de manipulaciones pueden tener en la confianza del público hacia los medios de comunicación.
Gabriel Rufián, de ERC, ha señalado que este episodio es un claro ejemplo de cómo la desinformación puede ser utilizada para deslegitimar a los gobiernos y crear divisiones en la sociedad.
En medio de este torbellino, la figura de Javier Ruiz se ha convertido en símbolo de la lucha entre la verdad y la manipulación mediática.
A medida que avanza la investigación, la pregunta que queda en el aire es: ¿qué consecuencias tendrá este escándalo para la credibilidad de los medios de comunicación en España?
La situación sigue evolucionando, y el público espera respuestas claras y contundentes sobre lo ocurrido en “Mañaneros 360”.
La indignación ciudadana es palpable, y muchos exigen que se tomen medidas para garantizar que la televisión pública cumpla con su deber de informar con veracidad y responsabilidad.
