José Pablo López, presidente de RTVE, desmiente las acusaciones del PP de Galicia sobre una supuesta manipulación de audiencias para favorecer a La 1 frente a la TVG.

En los últimos meses, la pluralidad y la credibilidad de Televisión Española (TVE) se han visto cuestionadas por diversos sectores políticos, generando un debate intenso sobre la medición de audiencias y el funcionamiento de los sistemas de control del sector audiovisual.
La controversia se intensificó cuando el Partido Popular (PP) de Galicia acusó a la corporación pública de manipular las audiencias de manera que favorecerían a La 1 frente a la Televisión de Galicia (TVG), lo que provocó la reacción inmediata del presidente de RTVE, José Pablo López, para desmentir estas afirmaciones y defender la independencia de la cadena.
El detonante de esta polémica fueron las bajas cifras de audiencia registradas por la TVG durante 2024 y los primeros meses de 2025. La cadena autonómica cerró 2024 con un share histórico del 8,6%, la cifra más baja de su historia.
En 2025, la tendencia descendente continuó, y tras once meses de seguimiento, la audiencia acumulada se situaba en el 8,3%, mientras que en octubre se alcanzó un mínimo de 7,7%, lo que generó alarma entre los responsables del sector.
El PP de Galicia vinculó esta caída con un supuesto ascenso de La 1, sugiriendo que el Gobierno y RTVE habrían influido en la medición de audiencias a través de Kantar Media, empresa encargada de monitorizar la televisión en España.

Ante estas acusaciones, el PP presentó una pregunta “de urgencia” en el Parlamento de Galicia dirigida a Concepción Pombo, directora general de la Corporación de Medios de Galicia (CSAG, antigua CRTVG), cuestionando la fiabilidad y transparencia del sistema de medición de audiencias y sugiriendo que favorecía a Televisión Española.
En el texto del PP se recordaba que la propia directora general de TVG ya había señalado en la Comisión de Control que la corporación realiza un seguimiento riguroso de las auditorías y de las penalizaciones aplicadas a Kantar Media por desviaciones en la medición de las audiencias de la TVG durante los dos últimos años.
José Pablo López reaccionó de manera contundente a estas afirmaciones a través de sus redes sociales, señalando la falta de fundamento de las acusaciones.
El presidente de RTVE expresó: *“De quién es la culpa de que Televisión de Galicia caiga de audiencia y cierre su peor año histórico?
Por supuesto de TVE y del ‘sanchismo’ que ahora controlan los audímetros”*, ironizando sobre la atribución de la caída de audiencia a su cadena y al Gobierno.
López subrayó además que, en noviembre, La 1 había registrado un 11,4% de share en Galicia, mientras que TVG cerró con un 8%, datos que, según él, desmienten cualquier intento de manipulación de audiencias por parte de RTVE.

El presidente de la corporación añadió que la campaña de desprestigio en contra de TVE provenía de múltiples sectores políticos:
*“Jamás, en 20 años de profesión, había visto semejante campaña de descrédito contra el trabajo que hacemos en la televisión pública y de presión sobre Kantar Media. Ya sólo falta que alguien culpe a los espectadores por no elegir bien lo que ven en la tele”*.
Con estas palabras, López puso de manifiesto la dificultad de gestionar la televisión pública en un contexto de alta politización, donde cualquier descenso en la audiencia de otras cadenas puede ser interpretado como un intento deliberado de favorecer a La 1.
Más allá de las cifras, la polémica también plantea preguntas sobre la percepción pública de la independencia de los medios de comunicación y sobre la credibilidad de los sistemas de medición de audiencias en España.
La caída de audiencia de la TVG coincide con un entorno en el que las plataformas digitales y las opciones de entretenimiento diversificado compiten intensamente por la atención de los espectadores, lo que complica la interpretación de los datos de share y genera debates políticos sobre posibles sesgos en la medición.
El episodio también evidencia cómo las redes sociales y los medios de comunicación se han convertido en un canal inmediato de respuesta para los responsables de las cadenas públicas.
La intervención de José Pablo López a través de Twitter no solo buscó desmentir las acusaciones del PP, sino también reafirmar la profesionalidad de RTVE y la independencia de sus procesos frente a presiones políticas.
López destacó la labor del personal técnico y de los audímetros, insistiendo en que los resultados se basan en datos objetivos y auditables y no en influencias externas.

En términos comparativos, la situación de TVG contrasta con la evolución de La 1 en Galicia, que mantiene un share superior al 11% en noviembre, lo que, según López, refleja el comportamiento real de los espectadores y no una manipulación de la información.
Además, el seguimiento histórico de Kantar Media y las auditorías aplicadas a la empresa garantizan la fiabilidad de los datos, según declaraciones oficiales de RTVE y de la CSAG, que han sido expuestas para desmontar la narrativa de la supuesta compra de audímetros por parte del Gobierno.
La polémica refleja, asimismo, la tensión política que existe en torno a los medios públicos en España, donde la caída de audiencia de una cadena autonómica puede derivar en acusaciones de manipulación y campañas de descrédito.
La reacción de José Pablo López demuestra la importancia de la transparencia, la comunicación directa y el manejo de datos verificados como herramientas clave para proteger la credibilidad institucional.
En conclusión, el presidente de RTVE ha respondido con contundencia a las acusaciones del PP sobre manipulación de audiencias, defendiendo la profesionalidad de Kantar Media y los procesos de control interno de la corporación pública.
Las cifras de noviembre, con un 11,4% de share para La 1 frente al 8% de TVG en Galicia, sirven como evidencia objetiva de que no existe influencia sobre los resultados.
López enfatizó la necesidad de separar la política de la gestión televisiva y reafirmó el compromiso de RTVE con la transparencia y la independencia editorial, subrayando que la caída de audiencias en la TVG responde a factores de consumo y competencia mediática, y no a manipulación deliberada.