El juez Fernando Portillo lanza un duro mensaje al ministro Félix Bolaños durante el Congreso del Foro Judicial Independiente, denunciando la falta de independencia y meritocracia en la justicia española.

En un ambiente cargado de tensión política y judicial, el magistrado Fernando Portillo ha dejado una huella imborrable durante la inauguración del 17º Congreso del Foro Judicial Independiente.
Su intervención, marcada por una crítica contundente hacia el ministro de Justicia, Félix Bolaños, ha resonado en todos los rincones del ámbito judicial y político español.
Portillo no solo ha defendido la independencia del poder judicial, sino que ha puesto en tela de juicio la gestión del gobierno en cuestiones fundamentales que afectan la justicia en España.
El acto comenzó con un agradecimiento protocolario al ministro, un gesto que pronto se tornaría en una crítica feroz.
Portillo, presidente del Foro Judicial Independiente, no escatimó en palabras al señalar que la presencia de Bolaños en la inauguración era un hecho poco habitual, lo que ya anticipaba la dureza de su discurso.
Desde el inicio, dejó claro que su organización no es complaciente con el actual gobierno, y que la situación de la justicia en el país es alarmante.
Uno de los puntos más destacados de su intervención fue la crítica a las reformas legislativas en curso, que, según él, sacrifican el mérito y la capacidad en favor de una afinidad ideológica.
Portillo argumentó que el caos generado por los tribunales de distancia es un claro reflejo de la falta de inversión en el sistema judicial. “No se puede mejorar la justicia simplemente cambiando nombres y moviendo muebles”, afirmó con firmeza.
Este tipo de reformas, lejos de solucionar problemas, sólo agravan la situación, y el magistrado no dudó en señalar la responsabilidad del gobierno en este deterioro.
La intervención de Portillo no se limitó a la crítica general; abordó de manera específica la modificación del acceso a la carrera judicial, que, a su juicio, busca convertir a jueces y fiscales sustitutos en titulares sin el debido respeto a la meritocracia.
“La respuesta de la carrera judicial ante estas reformas no ha sido sorpresa, sino una histórica huelga que refleja el descontento generalizado”, declaró.
Este tipo de afirmaciones no solo evidencian la crisis dentro del sistema judicial, sino que también ponen de manifiesto la lucha constante de los jueces por mantener la independencia frente a las presiones políticas.
El magistrado también se refirió a las declaraciones del ministro, que ha cuestionado públicamente la imparcialidad de los jueces encargados de investigar casos de corrupción que afectan al gobierno.
“Sus palabras han socavado la confianza en la justicia”, afirmó Portillo, quien enfatizó que muchos de esos jueces son parte de su asociación.
Este ataque directo a la figura del ministro subraya un problema grave: la percepción de que el poder político intenta controlar el poder judicial.
En un tono desafiante, Portillo recordó cómo el ministro ha utilizado los medios de comunicación para difundir una narrativa que no siempre se ajusta a la realidad.
“Nos acusan de oponernos a becas para opositores, cuando en realidad defendemos la calidad y la independencia del sistema judicial”, explicó.
Este tipo de manipulaciones retóricas son comunes en el discurso político, pero el magistrado se mostró decidido a contrarrestarlas con hechos y argumentos sólidos.

A medida que avanzaba su discurso, Portillo tendió la mano al ministro, ofreciéndose como aliado en la búsqueda de soluciones reales para mejorar la justicia en España.
“Siempre estaremos dispuestos a apoyar iniciativas que realmente beneficien a nuestra labor y garanticen nuestra independencia”, afirmó. Este llamado a la colaboración es un rayo de esperanza en un panorama que, de otro modo, podría parecer sombrío.
La disposición a trabajar juntos por una justicia más robusta es un mensaje que resuena no solo en el ámbito judicial, sino también en la sociedad civil que anhela un sistema justo y equitativo.
Finalmente, el magistrado concluyó su intervención con un mensaje de optimismo sobre el futuro del poder judicial en España. “Ser juez es complicado, pero también es un honor.
Debemos hacer valer lo que somos”, sentenció. Este cierre, cargado de emoción y determinación, deja claro que la lucha por la independencia judicial es una batalla que continuará, y que el Foro Judicial Independiente se erige como un bastión en esta defensa.
La intervención de Fernando Portillo no solo ha sido un acto de valentía, sino un recordatorio de que la justicia en España enfrenta desafíos significativos.
Su discurso ha resonado más allá de las paredes del congreso, llamando a la reflexión sobre la necesidad de proteger la independencia del poder judicial frente a las injerencias políticas.
En un momento en que la confianza en las instituciones es más crucial que nunca, el mensaje de Portillo es un faro de esperanza para todos aquellos que creen en una justicia imparcial y efectiva.
