Kristi Noem enfrenta fuertes críticas por deportar injustamente a veteranos y ciudadanos legales bajo políticas migratorias de línea dura.
En un giro inesperado de los acontecimientos, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, se encuentra en el centro de una tormenta política tras ser acusada de llevar a cabo deportaciones injustas que afectan a veteranos de guerra y ciudadanos legales.
Durante su reciente comparecencia ante el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, Noem defendió las políticas migratorias de línea dura de la administración Trump, presentando a los migrantes como una amenaza significativa que justifica arrestos masivos y deportaciones.
La tensión se palpaba en el ambiente cuando el representante demócrata Seth Magaziner de Rhode Island, en un tono contundente, cuestionó a Noem: “Parece que no sabes distinguir entre los buenos y los malos.
Ataquen a los malos, ataquen a los terroristas, no a los veteranos, marines, niños, caballeros”.
Magaziner no se detuvo ahí; identificó casos específicos de personas que, según él, habían sido deportadas injustamente, incluyendo a un veterano condecorado con el Corazón Púrpura, quien fue deportado a principios de este año y compareció por videollamada desde Corea.
La audiencia, que tradicionalmente se celebra para discutir las amenazas globales que enfrenta Estados Unidos, se convirtió en un escenario para que los legisladores expresaran su descontento con la gestión de Noem en la aplicación de la ley migratoria.
Muchos miembros del panel dedicaron su tiempo a criticar duramente las políticas de deportación de la secretaria, en lugar de formular preguntas que pudieran ofrecer respuestas claras sobre la seguridad nacional.
Noem, visiblemente defensiva, prometió revisar los casos mencionados por Magaziner. Sin embargo, su insistencia en presentar a los migrantes como un riesgo inminente no convenció a muchos de los presentes.
“Estamos hablando de vidas humanas, de personas que han servido a nuestro país”, argumentó Magaziner, mientras otros legisladores asentían con la cabeza, mostrando su apoyo a la crítica.
La situación se complica aún más debido a que el departamento de Noem está bajo un escrutinio especial. En julio, el Congreso aprobó una ley que otorga aproximadamente 165 mil millones de dólares para implementar su programa de deportaciones masivas y asegurar la frontera.
Este financiamiento permitirá la contratación de 10,000 oficiales de deportación adicionales, la finalización del muro entre Estados Unidos y México, y un aumento en la detención y expulsión de extranjeros.
El clima de la audiencia fue tenso, con legisladores demócratas utilizando su tiempo para destacar los fallos de Noem en la política migratoria.
“No se trata solo de números. Se trata de personas”, enfatizó un miembro del comité, llamando la atención sobre el impacto humano de las políticas de deportación.
Los críticos de Noem han señalado que su enfoque de “tolerancia cero” no solo es ineficaz, sino que también es inhumano.
La deportación de veteranos y ciudadanos legales ha generado un clamor entre los defensores de los derechos humanos, quienes argumentan que estas acciones contradicen los valores fundamentales de justicia y equidad que Estados Unidos promueve.
“No podemos permitir que se sigan cometiendo injusticias en nombre de la seguridad”, afirmó un activista de derechos civiles que estaba presente durante la audiencia.
A medida que la presión sobre Noem aumenta, los demócratas se preparan para intensificar su campaña contra las políticas de deportación.
Están decididos a utilizar cada herramienta a su disposición para desafiar lo que consideran una violación de los derechos de los estadounidenses.
“No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras se llevan a cabo estas injusticias”, dijo un legislador, sugiriendo que se podrían presentar nuevas legislaciones para proteger a los veteranos y ciudadanos legales de la deportación.
La respuesta de la administración Trump a estas críticas ha sido de firmeza. Noem ha reiterado que su enfoque es necesario para mantener la seguridad nacional y proteger a los ciudadanos estadounidenses de amenazas externas.
Sin embargo, muchos se preguntan si esta política realmente está logrando su objetivo o si, por el contrario, está creando más división y desconfianza en la sociedad.
Mientras tanto, los casos de deportaciones injustas continúan saliendo a la luz, y la indignación pública crece.
Las redes sociales se han inundado de testimonios de personas afectadas por estas políticas, lo que ha llevado a un llamado generalizado para que se revisen y reformen las leyes de inmigración.
“Es hora de que nuestro gobierno escuche a su pueblo y actúe en consecuencia”, concluyó un defensor de los derechos humanos, enfatizando la necesidad de un cambio en la política migratoria.
La audiencia sobre amenazas globales ha puesto en evidencia no solo las políticas de deportación de Kristi Noem, sino también la creciente división en el país sobre cómo abordar la inmigración y la seguridad.
Con las elecciones a la vista, este tema seguramente seguirá siendo un punto candente en el debate político, mientras los estadounidenses exigen respuestas y soluciones a una crisis que afecta a miles de personas.
