La ‘influencer’ está siendo juzgada por estafa al promocionar dulces navideños presuntamente benéficos
La ‘influencer’ y empresaria italiana Chiara Ferragni se encuentra en el centro de un proceso judicial que ha captado la atención mediática internacional.
La Fiscalía de Milán ha solicitado este martes una pena de un año y ocho meses de prisión en su contra, acusándola de un delito de estafa agravada vinculado a la promoción de productos navideños presuntamente benéficos, en un caso que los medios han bautizado como ‘Pandorogate’.
El juicio, iniciado en septiembre, se centra en la promoción de un pandoro —el tradicional pastel navideño italiano— de la marca Balocco, así como de unos huevos de Pascua de Dolci Preziosi.
Según la acusación, estos productos fueron promocionados por Ferragni como parte de campañas solidarias, sugiriendo que los consumidores, al adquirirlos, contribuían a donaciones benéficas.
Sin embargo, la investigación reveló irregularidades que cuestionan la veracidad de estas campañas.
La Autoridad Garante de la Competencia y del Mercado (AGCM) descubrió que la donación de Balocco al Hospital Regina Margherita de Turín, de 50.000 euros, se había realizado meses antes del lanzamiento del pandoro, y que las ventas del producto, a un precio de nueve euros frente a los tres o cuatro habituales de un pandoro tradicional, no estaban directamente vinculadas al importe donado.
En la vista celebrada este martes a puerta cerrada, Ferragni compareció personalmente y negó categóricamente los cargos. “Todo lo que hicimos, lo hicimos de buena fe”, declaró ante el juez, en un gesto que refleja su intención de demostrar transparencia y compromiso.
Al salir del juzgado, la empresaria afirmó sentirse “confiada” ante el próximo veredicto, que se espera para enero. “No puedo decir nada más”, añadió, evitando entrar en detalles sobre su estrategia de defensa.
El contexto legal italiano establece que la estafa agravada conlleva penas de uno a cinco años de cárcel.
No obstante, Ferragni optó por un juicio rápido, modalidad que permite reducir hasta un tercio la condena para los acusados, por lo que, en caso de ser condenada, no podría recibir más de dos años y tres meses de prisión.
Esta decisión, según fuentes cercanas a su equipo legal, responde a la intención de minimizar los riesgos y acelerar el proceso judicial.
Además, los abogados de la influencer confían en que, tratándose de una persona sin antecedentes y con una condena inferior a dos años, es improbable que Ferragni ingrese en prisión.
El caso ‘Pandorogate’ tiene su origen en la campaña navideña de 2022 de Balocco, que lanzó al mercado un pandoro promocionado por Ferragni.
La publicidad daba a entender que una parte de las ventas se destinaría a fines solidarios, con el Hospital Regina Margherita como beneficiario.
Sin embargo, los auditores descubrieron que la donación ya había sido realizada previamente, y que el margen de beneficio de la influencer y su agencia ascendió a más de un millón de euros por la licencia de marca y la promoción.
Este hallazgo constituye el núcleo de la acusación de estafa agravada, al considerar que existió una representación engañosa de los fines benéficos vinculados al producto.
Ferragni, de 37 años, ha experimentado en los últimos meses un intenso escrutinio mediático y profesional. La repercusión del caso ha generado debate sobre la responsabilidad de las figuras públicas en la promoción de productos con supuestos fines solidarios.
Comparativamente, la situación recuerda a otros casos europeos donde celebridades han sido investigadas por publicidad engañosa, subrayando la necesidad de transparencia en el uso de su influencia.
La empresaria se desplazó al juzgado con discreción, llegando antes de la apertura para evitar a los fotógrafos, y mantuvo una actitud reservada ante la prensa.
A lo largo del proceso, su equipo legal ha sostenido que todas las acciones fueron realizadas con buena fe y con la intención de contribuir a causas benéficas, enfatizando que los procedimientos legales aún no han determinado la culpabilidad de Ferragni.
El caso también refleja un fenómeno más amplio: el papel creciente de los ‘influencers’ en la economía digital y en la percepción pública de la responsabilidad social corporativa.
Mientras que la venta de productos con fines solidarios puede generar importantes ingresos, también implica un alto nivel de escrutinio y posibles consecuencias legales si se percibe un fraude o una representación engañosa.
En este sentido, el ‘Pandorogate’ se erige como un precedente que podría redefinir la relación entre marketing de celebridades y actividades filantrópicas en Italia y Europa.
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A pesar de la presión, Ferragni continúa con su agenda profesional y personal, y recientemente se trasladó a la Costa del Sol para asuntos de negocio y para buscar momentos de desconexión.
Esta decisión refleja la necesidad de equilibrar la atención mediática con la vida privada y la gestión de su imperio empresarial.
A la espera del veredicto, que se espera para enero, la Fiscalía mantiene su petición de un año y ocho meses de prisión, mientras que la defensa confía en que la combinación de juicio rápido, ausencia de antecedentes y su buena fe puedan inclinar la balanza a favor de la influencer.
La resolución del caso no solo determinará la responsabilidad de Ferragni en términos legales, sino que también podría impactar en su imagen y en el manejo de futuras campañas promocionales vinculadas a causas benéficas.
En conclusión, Chiara Ferragni enfrenta uno de los momentos más complejos de su carrera, combinando la presión judicial con el escrutinio mediático y la gestión de su imperio empresarial.
Mientras el proceso continúa, su declaración de buena fe y la estrategia de juicio rápido marcarán los próximos pasos en un caso que ya ha trascendido las fronteras italianas y que plantea preguntas sobre ética, responsabilidad y transparencia en la era digital.
