Valeriano, un hombre dedicado al trabajo, busca amor en First Dates mientras enfrenta su miedo a la convivencia y a abrir su corazón. Juliana, extrovertida y cariñosa, intenta conectar emocionalmente con Valeriano, pero descubre que él prioriza compañía sobre relación profunda.

En el mundo de las citas, hay historias que nos sorprenden, nos hacen reír y, a veces, nos dejan con una sensación agridulce. Este es el caso de Valeriano, un hombre que ha dedicado su vida al trabajo y que, tras años de esfuerzo, se encuentra en “First Dates” buscando el amor.
La cita con Juliana, una mujer carismática y divertida, se convierte en un viaje emocional que revela no solo sus expectativas, sino también las dificultades que enfrenta al intentar encontrar una pareja.
Desde el primer momento, Valeriano se presenta como un hombre de campo, orgulloso de su trabajo y de su bienestar económico. Ha viajado por Europa, pero su corazón parece estar más centrado en su labor que en el amor.
“Nunca he tenido pareja”, confiesa, y aunque su dedicación al trabajo es admirable, plantea la pregunta: ¿puede el amor florecer en un corazón que ha estado tan ocupado?
Juliana, por otro lado, llega con una actitud vibrante. Su deseo de encontrar pareja es evidente, y no duda en mostrar su personalidad extrovertida. “Soy una mujer cariñosa y me gusta mucho la diversión”, dice, mientras Valeriano escucha con atención.
Sin embargo, a medida que avanza la conversación, se hace evidente que sus expectativas sobre la relación son diferentes. Mientras Juliana busca una conexión emocional, Valeriano parece más interesado en compañía para sus viajes.

El diálogo entre ellos es revelador. Valeriano menciona que ha estado muy centrado en su trabajo y que nunca ha tenido tiempo para el amor. “Me dedicaba a trabajar y trabajar”, dice con un tono de resignación.
Esta confesión es un reflejo de su vida: un hombre que ha sacrificado sus relaciones personales por un futuro más estable. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿es suficiente tener éxito en el trabajo si se descuida el amor?
La dinámica entre Valeriano y Juliana se torna interesante cuando ella le pregunta sobre sus viajes. “A mí me gustaría encontrar una persona que le gustara viajar”, responde él.
Aparentemente, su interés por Juliana se basa en la posibilidad de compartir experiencias de viaje, pero no parece haber un deseo real de construir una relación más profunda.
Esto se convierte en un punto de fricción, ya que Juliana, con su energía y entusiasmo, busca algo más que un compañero de viaje; ella anhela una conexión emocional.
A medida que la cita avanza, se hace evidente que Valeriano tiene una visión bastante limitada de lo que significa estar en una relación. “Busco pareja, no relación de pareja”, dice, lo que deja a Juliana confundida.
Ella, al igual que muchos de nosotros, entiende que una relación implica compartir momentos, risas y, sobre todo, emociones. Valeriano, sin embargo, parece atrapado en su propio mundo, donde la idea de convivir con alguien le resulta extraña y hasta intimidante.

La conversación se torna más profunda cuando Valeriano menciona su familia. “Mis hijos están en diferentes países”, dice, y la soledad que siente se hace palpable.
Aquí es donde la cita toma un giro emocional. Valeriano no solo está buscando una pareja; está buscando compañía, alguien con quien compartir su vida y sus experiencias.
Sin embargo, su miedo a la convivencia y su deseo de mantener su independencia parecen chocar con la realidad de lo que implica una relación.
Juliana, con su encanto y sinceridad, intenta abrirle los ojos. “No hay cosa más bonita que si realmente quieres a alguien, la quieres día a día”, le dice. Pero Valeriano, aún con su corazón abierto, parece resistirse a la idea de dejar entrar a alguien en su vida.
La tensión entre ellos se hace evidente, y el espectador se pregunta si esta cita podrá superar las barreras que ambos han levantado.
El clímax de la cita llega cuando Juliana, en un arrebato de alegría, decide cantar una canción que le gusta a su yerno.
Valeriano, que ha estado sentado en silencio, observa con una mezcla de sorpresa y admiración. “No me gusta cantar”, dice, pero su rostro revela que la actuación de Juliana ha tocado una fibra sensible en él.
Este momento es crucial, ya que muestra que, a pesar de su timidez y su aparente desinterés, Valeriano tiene la capacidad de disfrutar y compartir momentos especiales.
Al final de la cita, Valeriano se enfrenta a la pregunta crucial: ¿tendría una segunda cita con Juliana? Su respuesta es cautelosa. “Como amigos sí”, dice, dejando claro que su miedo a la intimidad y a la convivencia sigue siendo un obstáculo.
Juliana, aunque decepcionada, se muestra comprensiva, y ambos se despiden con una sonrisa, pero la sensación de que algo no se ha concretado persiste en el aire.
La historia de Valeriano y Juliana es un recordatorio de que, en la búsqueda del amor, a veces nos encontramos con nosotros mismos.
Valeriano, un hombre que ha trabajado duro y ha logrado mucho, se da cuenta de que el amor también requiere esfuerzo, no solo en el trabajo, sino en las relaciones.
Juliana, por su parte, nos muestra que el amor no solo se trata de encontrar a alguien con quien viajar, sino de crear un vínculo profundo y significativo.
Así, “First Dates” nos deja con una lección valiosa: el amor no es solo una cuestión de encontrar a alguien con quien compartir experiencias, sino de abrirse a la posibilidad de ser vulnerable y de permitir que alguien entre en nuestra vida.
En este juego de emociones, Valeriano y Juliana nos recuerdan que el verdadero amor a menudo comienza con un simple “hola”.