Claudia Montes, ex Miss Asturias, declaró en el Senado que el presidente Pedro Sánchez conocía la corrupción dentro de su propio gobierno, citando confidencias del exministro José Luis Ábalos.
![Claudia Montes asegura en el Senado que Ábalos le reconoció que "Pedro [ Sánchez] sabía todo lo de la corrupción"](https://fotografias-2.larazon.es/clipping/cmsimages01/2025/11/03/4A58FCF7-7AFF-43EC-843A-7D550145DE42/69.jpg?crop=7008,3942,x0,y365&width=1280&height=720&optimize=low&format=jpg)
El escándalo político en España ha tomado un giro inesperado con las explosivas declaraciones de Claudia Montes, ex Miss Asturias, quien ha afirmado en el Senado que el presidente Pedro Sánchez estaba al tanto de la corrupción que sacude a su gobierno.
Durante su comparecencia en la comisión de investigación del caso Koldo, Montes reveló que José Luis Ábalos, exministro de Transportes, le confesó en privado que “él lo sabía todo de la corrupción”.
Este testimonio, que ha resonado con fuerza en el panorama político español, no solo pone en jaque la credibilidad del presidente, sino que también podría tener repercusiones legales significativas.
Montes relató que la conversación con Ábalos ocurrió en un contexto de tensión, donde el exministro se mostraba visiblemente enfadado con Sánchez por motivos que no especificó. “¿Pero de qué va, si él lo sabía todo de la corrupción?” fueron las palabras textuales que la modelo recordó durante su declaración.
Este comentario, que ya había sido mencionado en televisión, adquiere ahora un peso judicial considerable al ser ratificado en sede parlamentaria. La gravedad de sus afirmaciones plantea serias dudas sobre la transparencia y la ética dentro del gobierno socialista.

La ex Miss Asturias no se limitó a narrar la conversación; también afirmó tener “soporte documental” que respalda sus palabras.
“Se la puedo dar a ustedes”, dijo ante los senadores, sugiriendo que existen pruebas que podrían comprometer no solo a Sánchez, sino a su círculo más cercano. Esta declaración ha encendido las alarmas en Moncloa, donde el silencio ha sido la única respuesta hasta el momento.
La posibilidad de que Montes entregue documentación que evidencie la complicidad de altos funcionarios en actos de corrupción añade un nuevo nivel de incertidumbre a la ya turbulenta situación política.
Desde que decidió hablar, Claudia Montes ha denunciado haber recibido amenazas, lo que la ha llevado a modificar sus rutinas diarias por razones de seguridad.
La valentía de Montes al exponer su verdad frente a la comisión puede ser vista como un acto de desafío, no solo hacia el sistema que la
amenaza, sino también hacia un gobierno que, hasta ahora, ha mantenido una narrativa de impunidad en torno a las acusaciones de corrupción.
La presión sobre Sánchez se intensifica, ya que su liderazgo se enfrenta a un escrutinio público sin precedentes.

Además de sus declaraciones sobre la corrupción, Montes reveló detalles sobre su contratación en Logirail, una empresa pública dependiente del Ministerio de Transportes.
Según su testimonio, trabajó allí desde finales de 2019 hasta febrero de 2022, un hecho que coincide con el periodo en que Ábalos ocupaba su cargo ministerial.
Las conversaciones intervenidas por la Guardia Civil ya apuntaban a gestiones de Ábalos y su asesor Koldo García para facilitar la contratación de Montes, lo que añade una capa adicional de complejidad al caso.
En un mensaje fechado el 21 de diciembre de 2019, Ábalos se refería a Montes diciendo: “Aún no cobra y se queja de las Navidades”, lo que sugiere una relación más cercana de lo que se había admitido públicamente.
La comparecencia de Montes no solo ha sacudido los cimientos del gobierno de Sánchez, sino que también ha abierto un debate más amplio sobre la corrupción en la política española.
La frase de Ábalos, que ahora ha sido confirmada en el Senado, resuena en la opinión pública: “Él lo sabía todo de la corrupción”.
Este tipo de afirmaciones no solo deterioran la imagen del presidente, sino que también siembran la desconfianza entre los ciudadanos hacia sus líderes.

Mientras tanto, los principales partidos políticos han comenzado a reaccionar. Desde VOX hasta el PSOE, las intervenciones de los líderes políticos han reflejado la tensión que se vive en el ambiente.
Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal han aprovechado la oportunidad para criticar al gobierno, mientras que otros, como Pablo Iglesias e Irene Montero, han defendido la integridad del presidente, aunque la situación se torna cada vez más insostenible.
El caso Koldo, que inicialmente parecía ser un escándalo más en la larga lista de problemas que enfrentan los gobiernos, ahora se ha convertido en un punto de inflexión.
La declaración de Claudia Montes podría ser el catalizador que lleve a una mayor investigación sobre la corrupción en las altas esferas del poder.
La posibilidad de que surjan más testimonios y pruebas en las próximas semanas es real, y con ello, la presión sobre Sánchez y su administración seguirá aumentando.
La situación es delicada y la incertidumbre persiste. La credibilidad del presidente está en juego, y la pregunta que muchos se hacen es: ¿podrá sobrevivir a este escándalo?
La respuesta podría depender de la capacidad de su gobierno para manejar la crisis y de la voluntad de otros actores políticos de aprovechar la situación.
En un clima de desconfianza y acusaciones, la figura de Pedro Sánchez se encuentra en una encrucijada, y el futuro político de España podría depender de cómo se desarrolle este caso en los próximos días.