¡La Impactante Revelación de Laura Ponte: La Antimodelo que Desafió al Mundo de la Moda y Encontró su Verdadero Yo!

Laura Ponte se convirtió en una antimodelo de renombre mundial, pero decidió retirarse de las pasarelas en la cúspide de su carrera para buscar su verdadera identidad y dedicarse al diseño.

 

Laura Ponte – Pins and Brooches - Roberto Verino

 

Laura Ponte, una figura que ha desafiado las convenciones del mundo de la moda, ha compartido su historia de vida, una crónica llena de altibajos que la ha llevado desde las pasarelas más prestigiosas hasta la búsqueda de su propia identidad.

Nacida el 9 de junio de 1973 en Vigo, Galicia, Laura creció en un entorno donde el arte y la literatura eran el pan de cada día.

Hija de periodistas y nieta de un sastre, su infancia estuvo marcada por la creatividad, aunque en su juventud, las pasarelas no eran más que un sueño lejano.

“Siempre quise ser invisible”, confiesa Laura, quien se matriculó en Ciencias Políticas en Madrid con la esperanza de construir una carrera alejada del bullicio mediático.

Sin embargo, su vida dio un giro inesperado a los 19 años cuando un fotógrafo, cautivado por su rostro, la impulsó a participar en el concurso de modelos Look of the Year.

Para sorpresa de todos, Laura ganó tanto la edición española como la internacional, catapultándola a la fama de la noche a la mañana.

De repente, se encontró en el centro de la atención mundial, convirtiéndose en la antimodelo mejor pagada del mundo. “Nunca me ha gustado la pasarela”, revela, y a pesar de su éxito, la presión de la industria la hizo sentir como una impostora.

“Me sentía como un desastre, una joven paralizada por la timidez”, explica, añadiendo que en sus primeras sesiones de fotos, se decía a sí misma que debía “ponerse cara de boba” para superar el miedo.

 

Laura Ponte: su vínculo con la Casa Real, un trasplante de córnea y su  matrimonio | Europa FM

 

A pesar de su aversión por el mundo de la moda, Laura se convirtió en un ícono, trabajando con grandes diseñadores y apareciendo en las portadas de revistas de renombre.

Sin embargo, en diciembre de 1999, en la cúspide de su carrera, sorprendió al mundo al anunciar su retirada de las pasarelas. “Mi cara ya no da más de sí. No hay más Lauras”, declaró, eligiendo un camino que la llevaría a la Escuela Parsons de Nueva York para estudiar diseño.

Su vida personal también dio un giro significativo cuando conoció a Beltrán Gómez Acebo, un aristócrata español. Su boda en 2004 fue un evento social de gran magnitud, con la realeza española en asistencia.

Laura, fiel a su espíritu indomable, eligió un vestido de color arena en lugar del tradicional blanco, desafiando las expectativas.

Sin embargo, el verdadero drama se desarrolló en silencio cuando su padre sufrió un ictus durante la ceremonia, un incidente que simbolizaba la lucha constante entre las apariencias y la realidad.

La maternidad llegó con el nacimiento de sus dos hijos, pero la presión mediática pronto comenzó a afectar su matrimonio. En 2009, comenzaron a circular rumores de crisis, y en 2011, el divorcio se formalizó.

Laura describió la separación como un proceso reflexivo y maduro, enfatizando que la falta de conexión emocional fue la causa principal. “Había cosas que yo quería vivir y compartir”, explicó, dejando claro que el amor no era el problema.

Después de su separación, Laura se aventuró en nuevas relaciones, buscando un entorno más artístico y menos rígido.

Su vida amorosa se convirtió en un tema de interés mediático, y su relación con el poeta Pedro Letai terminó en medio de un escándalo de plagio que sacudió su mundo.

“No sé si se puede perdonar una traición así”, reflexiona, evidenciando la profunda decepción que sintió al descubrir la falta de autenticidad en su pareja.

 

Laura Ponte disfruta con su novio, Pedro Letai, de una noche de poesía

 

Sin embargo, la prueba más dura de su vida llegó en forma de problemas de salud ocular. Tras años de sufrir complicaciones, en 2022, Laura perdió la visión de un ojo debido a una perforación de córnea.

Lejos de rendirse, mostró una fortaleza admirable al enfrentar esta adversidad. “No es ninguna broma no ver de un ojo, pero dentro de lo que cabe hay cosas peores”, afirmó con una calma que sorprendió a muchos.

Hoy en día, Laura Ponte ha completado su transformación de modelo a creadora multidisciplinar. Desde su taller, diseña vestidos de novia y joyas únicas, abogando por la belleza natural y la aceptación del paso del tiempo.

“Me ha costado tanto superar mis complejos que doy un salto de alegría cuando me miro al espejo”, comparte, reflejando una paz interior que ha ganado a lo largo de su difícil viaje.

Su vida actual es un testimonio de resiliencia y autenticidad. A pesar de su aversión a las pasarelas, su legado perdura en la industria de la moda, donde sigue siendo una figura influyente.

“La moda no es ir vestida con unos estiletos de 500 € o no tener arrugas, es otra cosa”, afirma, desafiando las normas establecidas.

Laura Ponte es ahora una mujer libre, que ha encontrado su voz y su lugar en el mundo. Su historia es un recordatorio de que la verdadera belleza reside en la autenticidad y la capacidad de reinventarse, incluso en las circunstancias más difíciles.

La antimodelo que soñaba con ser invisible ha emergido como una creadora a tiempo completo, abrazando su singularidad y celebrando la vida en sus propios términos.

 

Así fue la boda de Laura Ponte y Beltrán Gómez-Acebo, primo del rey Felipe,  hace 20 años: del vestido de la novia a los looks de las invitadas

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