Mariano Rajoy recordó sus intervenciones de 2018 para criticar la moción de censura que entonces buscaba sustituirlo, cuestionando la ética y la autoridad moral de Sánchez y Ábalos.

En un análisis retrospectivo de la política española, se han vuelto a destacar los discursos del expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en 2018, en los que criticó duramente la moción de censura que entonces buscaba sustituirle, advertencias que hoy cobran relevancia frente a la situación judicial de altos dirigentes socialistas como José Luis Ábalos y el propio presidente Pedro Sánchez.
Rajoy defendía en aquel momento la Constitución, la ética pública y la ejemplaridad de los cargos electos como pilares esenciales de la democracia, insistiendo en que la moción de censura debía basarse en motivos sólidos y no en intereses personales.
Durante sus intervenciones en el Congreso, Rajoy subrayó que la moción de censura no debía convertirse en un instrumento oportunista, recordando:
“Sacar de la política la corrupción y volver a hablar de lo que importa a la ciudadanía, de sus derechos sociales, laborales, sus libertades cuestionadas, los desafíos que tenemos en desigualdad, precariedad o sostenibilidad”.
Según Rajoy, el objetivo de una moción debía ser la recuperación de la normalidad en la vida pública y no la satisfacción de intereses particulares de quienes pretendían acceder al poder sin el respaldo electoral.

El expresidente cuestionó directamente a los socialistas sobre su limpieza institucional:
“Señor Ábalos, ¿pueden ustedes presumir de incorruptos? ¿Tienen algún procesado en sus filas? ¿Hay alguien de su partido en la cárcel por corrupción?”
Estas preguntas, lanzadas con firmeza, buscaban evidenciar lo que Rajoy consideraba una contradicción entre los argumentos de los proponentes de la moción y la realidad de la gestión y la historia judicial de su partido.
“Para venir a dar lecciones hay que estar en condiciones de darlas. Si no, mejor callarse”, añadió, subrayando la necesidad de coherencia y autoridad moral para exigir responsabilidades a otros.
En su discurso, Rajoy también recordó la trayectoria política de Pedro Sánchez desde 2015, describiéndola como marcada por maniobras para alcanzar la presidencia sin ganar unas elecciones generales:
“Desde que perdió las elecciones en 2015 no ha hecho otra cosa que tratar de enmendarle la plana a los electores.
Intentó formar gobierno con Podemos, luego con Ciudadanos, y mantuvo un ‘no es no’ casi todo el año 2017, salvo en casos puntuales como el apoyo al artículo 155 de la Constitución”.
Según Rajoy, estas acciones reflejaban un patrón de urgencias políticas que priorizaban la ambición personal sobre el interés general.

Asimismo, Rajoy criticó la justificación oficial de la moción de censura, que se presentó bajo el argumento de una sentencia judicial, y la calificó de excusa:
“La sentencia es una excusa que se utiliza para esconder la verdadera razón de la moción, que son las urgencias del señor Sánchez y su poca confianza en llegar alguna vez a la presidencia del Gobierno ganando unas elecciones”.
Con ello, el expresidente enfatizó que las motivaciones reales detrás de la iniciativa eran políticas y personales, y no una búsqueda genuina de mejora del país o de defensa de la legalidad.
El análisis de aquel discurso cobra particular relevancia hoy, dado que tanto Sánchez como Ábalos enfrentan procesos judiciales que generan polémica sobre su trayectoria y la transparencia de sus acciones políticas.
Los argumentos de Rajoy en 2018 anticipaban la necesidad de que cualquier moción de censura o acción política esté respaldada por la ética, la coherencia y el respeto a la ley, y advertía sobre el riesgo de que decisiones impulsadas por intereses personales puedan afectar la confianza de los ciudadanos en las instituciones.
Además, Rajoy insistió en la importancia de centrarse en los asuntos que verdaderamente importan a los españoles: el crecimiento económico, la creación de empleo y la estabilidad presupuestaria.
“¿Qué ofrecen ustedes que mejore la actual situación de un país que crece, que crea empleo y que acaba de aprobar sus presupuestos?”, preguntó retóricamente, poniendo en duda que la moción tuviera un propósito constructivo más allá de remover la presidencia.
El discurso del expresidente también destacó la necesidad de coherencia política y de mantener la confianza en las instituciones democráticas.
Según Rajoy, un liderazgo eficaz requiere respaldo moral y capacidad de decisión autónoma:
“Convertir al presidente en algo así como un mandado, es decir, una persona que por encargo de otra realiza un trabajo sobre el cual no tiene poder de decisión, no es lo que necesita España”, afirmó, criticando la dependencia política y las estrategias de imposición de acuerdos.
En definitiva, los 10 minutos de intervenciones de Rajoy en 2018 se han convertido hoy en un referente para analizar la situación política y judicial de los principales líderes socialistas.
Su crítica a la moción de censura, centrada en la ética, la coherencia y el interés general, resuena actualmente en el contexto de las investigaciones judiciales sobre Sánchez y Ábalos, ofreciendo una perspectiva histórica y política sobre cómo las decisiones motivadas por intereses personales pueden afectar la legitimidad de los actores políticos y la confianza ciudadana en las instituciones democráticas.
El repaso de estas intervenciones subraya la relevancia de la rendición de cuentas, la ejemplaridad y la transparencia como principios fundamentales en cualquier democracia, recordando que la historia política reciente de España está marcada por la tensión entre estrategias partidistas y la necesidad de respetar el marco legal y constitucional.