La nueva ordenanza de movilidad también contempla la ampliación de los horarios en sábados, domingos y festivos en estas zonas de alta demanda y extender el SER a 17 barrios nuevos
El área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad realizará un estudio de las zonas con alta demanda de estacionamiento por su proximidad a centros de ocio, deportivos o comercios

Madrid se prepara para un cambio radical en la movilidad urbana con la expansión masiva del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) que abarcará 22 barrios, de los cuales 17 se suman por primera vez a esta red de control del aparcamiento.
La medida, que se aplicará de forma escalonada, depende del respaldo de los vecinos y de las Juntas de Distrito, y promete transformar por completo la forma en que los madrileños circulan y estacionan sus vehículos.
Según los planes del Ayuntamiento, antes del 31 de diciembre de 2029 se incorporarán los barrios ya contemplados en la Ordenanza de Movilidad Sostenible aprobada en 2021, sumando 11.372 plazas reguladas.
Entre ellos destacan Peñagrande, en Fuencarral-El Pardo; Valdezarza, en Moncloa-Aravaca; Opañel y San Isidro, de Carabanchel; y Costillares, en Ciudad Lineal.
Esta primera fase busca consolidar el sistema y generar confianza entre los vecinos antes de expandirse aún más.
El ambicioso plan continúa hasta 2035, incorporando 66.120 nuevas plazas repartidas en distritos estratégicos de la ciudad.
Valverde, Lucero, Aluche, Los Cármenes, Puerta del Ángel, Puerta Bonita, Abrantes, San Isidro, Vista Alegre, Zofío, Orcasur, Pueblo Nuevo, Quintana, Concepción, Marroquina, Fontarrón, Vinateros, Media Legua, San Diego, Palomeras Bajas y Numancia se sumarán a la red de SER, un despliegue sin precedentes que cambiará la dinámica del estacionamiento en Madrid.
Cada barrio será adaptado según las necesidades locales y con la aprobación vecinal, garantizando que la expansión no sea arbitraria sino planificada y consensuada.

Pero la ampliación del SER no es el único cambio que traerá la futura Ordenanza de Movilidad. Las zonas de bajas emisiones (ZBE) se consolidan como un pilar fundamental de la norma, que también regula el acceso de vehículos según su etiquetado ambiental.
Los coches sin etiqueta, principalmente modelos más antiguos y contaminantes, se enfrentarán a restricciones de circulación que entrarán en vigor el 1 de enero de 2026.
Esta medida busca reducir la contaminación y fomentar el uso de vehículos más sostenibles, aunque aún queda abierta la posibilidad de una prórroga limitada hasta la entrada efectiva de la ordenanza, prevista para marzo o abril.
El delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante, adelantó que la nueva norma será presentada oficialmente este jueves tras su aprobación en Junta de Gobierno, y se espera que incluya ajustes para corregir los fallos que llevaron a que la ordenanza anterior fuera parcialmente anulada por el tribunal tras un recurso de Vox.
“Nuestro objetivo es que Madrid avance hacia una movilidad sostenible, equilibrando la regulación con las necesidades de los vecinos y garantizando que todos los ciudadanos comprendan y acepten los cambios”, aseguró Carabante.

La polémica sobre los vehículos sin etiqueta ha generado intensos debates en la ciudad.
Muchos conductores se muestran preocupados por las restricciones y los posibles costos adicionales, mientras que los defensores de la movilidad sostenible insisten en la necesidad de tomar medidas contundentes para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire.
“No se trata de prohibir, sino de incentivar el uso de transportes más limpios y seguros”, explicó un portavoz del Ayuntamiento.
Madrid ya ha visto cómo la ampliación del SER ha cambiado la forma de estacionar en los barrios donde se implementó primero, y los vecinos de los nuevos sectores anticipan un impacto similar.
La gestión del aparcamiento regulado no solo busca ordenar el tráfico y reducir la ocupación ilegal, sino también promover el transporte público, la bicicleta y la movilidad eléctrica.
Cada barrio contará con un plan específico que contempla plazas disponibles, horarios de regulación y tarifas ajustadas a la realidad local.
El calendario previsto garantiza que la expansión será gradual, evitando saturar el sistema y permitiendo que los ciudadanos se adapten a las nuevas normas.
Mientras tanto, la implantación de las zonas de bajas emisiones se perfila como una de las medidas más controvertidas y determinantes de la ordenanza, especialmente para los conductores de vehículos antiguos que tendrán que replantearse su forma de desplazarse por la ciudad.

El Ayuntamiento insiste en que estas medidas forman parte de un proyecto integral de movilidad sostenible que incluye no solo el estacionamiento regulado y las ZBE, sino también incentivos para el transporte eléctrico, mejoras en la red de transporte público y la promoción de alternativas más ecológicas y saludables.
La expansión del SER y las restricciones a los vehículos sin etiqueta son solo el primer paso de un plan a largo plazo que busca transformar la ciudad en un espacio más limpio, seguro y ordenado.
Mientras tanto, los vecinos y asociaciones de conductores siguen debatiendo sobre la implementación de estas medidas, con opiniones divididas entre quienes apoyan la regulación estricta y quienes reclaman más flexibilidad.
La aprobación final de la ordenanza marcará el rumbo de la movilidad en Madrid para la próxima década, y se espera que su impacto sea significativo tanto en la vida diaria de los ciudadanos como en la salud ambiental de la capital española.
Madrid se enfrenta a un cambio histórico en su movilidad urbana: la expansión del SER a 22 barrios, la implantación de 66.120 nuevas plazas reguladas y las zonas de bajas emisiones que restringirán el acceso a vehículos sin etiqueta.
Con estas medidas, la ciudad da un paso decisivo hacia la sostenibilidad, aunque los conductores tradicionales miran con preocupación cómo afectarán estas normas a su día a día y a la libertad de circulación.
