La Fiscalía Europea investiga la manipulación de documentos que afectaron la trazabilidad de informes y contratos por más de 10,6 millones de euros financiados con fondos comunitarios.

María Jesús Montero, actual vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, se encuentra en el ojo del huracán tras el reciente escándalo que ha sacudido a su ministerio.
La situación se ha intensificado después de que Hacienda admitiera la eliminación de metadatos en documentos cruciales relacionados con las adjudicaciones a Juan Carlos Barrabés, un empresario que ha estado en el centro de la controversia.
Este hecho ha suscitado una serie de interrogantes sobre la transparencia y la legalidad del proceso de contratación, que ahora se encuentra bajo la lupa de la Fiscalía Europea.
“Esto es inaceptable”, afirmó un alto funcionario del ministerio en un encuentro privado. “No solo se han borrado metadatos, sino que también hay documentos sin firma y cambios de puntuación en las ofertas que no tienen justificación”.
La magnitud de estas irregularidades ha llevado a muchos a cuestionar la integridad del sistema de contratación pública en España.
La Fiscalía Europea ha denunciado que la manipulación de documentos ha afectado la “trazabilidad” de informes que facilitaron contratos por un total de 10,6 millones de euros a empresas vinculadas a Barrabés.
“Estamos investigando a fondo”, declaró un portavoz de la Fiscalía. “La financiación comunitaria de estas adjudicaciones también está bajo revisión”.
El escándalo ha golpeado duramente a Montero, quien ha optado por mantener un perfil bajo en medio de la tormenta política.
Fuentes cercanas a la ministra han indicado que su silencio podría ser parte de una estrategia de supervivencia, especialmente con las elecciones andaluzas a la vista, donde se espera que sea candidata del Partido Socialista a la presidencia de la Junta.
“María Jesús sabe que debe cuidar su imagen si quiere tener alguna posibilidad en las elecciones”, comentó un analista político.
Sin embargo, la noticia de las irregularidades ha hundido aún más su ya debilitada imagen. “Es un momento crítico para ella”, dijo un compañero de partido.
“La presión está aumentando y los rumores sobre su posible salida del Gobierno no cesan”. La crisis de Gobierno que Pedro Sánchez ha estado preparando para este otoño podría ser el momento decisivo para Montero.

El informe de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), que consta de 303 páginas, ha revelado irregularidades graves. “El borrado de metadatos y la falta de firmas son solo la punta del iceberg”, advirtió un experto en derecho administrativo.
“El hecho de que la valoración de los contratos se realizara por la propia mesa de contratación de Red.es en lugar de un comité de expertos independiente refuerza la sospecha de fraude de ley”.
En medio de esta crisis, varios ministros han comenzado a esconderse. “Es preocupante ver cómo algunos de nuestros colegas están siendo arrastrados por estos escándalos”, comentó un ministro anónimo.
“La confianza en el Gobierno está en su punto más bajo y necesitamos actuar rápido para restaurarla”.
La figura de Montero se debilita cada día más, y su desaparición del debate público confirma el desgaste de una vicepresidenta atrapada en un escándalo que amenaza tanto su futuro político como la estabilidad del Gobierno.
“No es solo Montero; hay un sinnúmero de ministros que están manchados por escándalos de corrupción”, afirmó un líder de la oposición. “La ciudadanía merece respuestas y transparencia”.
Mientras tanto, la presión continúa aumentando desde la oposición. “Exigimos la dimisión de Montero”, declaró un portavoz de VOX en una reciente rueda de prensa. “No puede seguir en su puesto después de lo que ha ocurrido. La corrupción debe ser erradicada de inmediato”.
La situación se complica aún más con la cercanía de las elecciones, donde cada movimiento cuenta. “El silencio de Montero es ensordecedor”, dijo un periodista político. “Todos esperan que hable, pero su ausencia solo aumenta las dudas sobre su capacidad para liderar”.
En conclusión, el escándalo de los metadatos ha puesto a María Jesús Montero en una posición extremadamente precaria.
La falta de transparencia y las irregularidades en el proceso de adjudicación han desatado una tormenta que podría tener consecuencias devastadoras para su carrera política y la estabilidad del Gobierno.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el tiempo se agota para Montero, y la presión por su dimisión podría intensificarse en los próximos días.