El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, se enfrenta a duras críticas del PSOE en el Parlamento Valenciano por su gestión durante la reciente emergencia meteorológica que causó múltiples víctimas y graves daños.
El pleno del Parlamento Valenciano se convirtió ayer en un escenario de confrontación directa y dura entre el presidente de la Generalitat,
Carlos Mazón, y los representantes del grupo parlamentario socialista, centrados en evaluar su actuación durante la reciente emergencia meteorológica que afectó a varias localidades de la Comunidad Valenciana.
Durante más de veinte minutos, el portavoz socialista, Soler, cuestionó con firmeza las decisiones y omisiones de Mazón, poniendo en evidencia lo que calificó como negligencia y falta de responsabilidad ante la magnitud de la crisis.
“Cientos de familias valencianas no pueden dormir desde entonces. Ellas sí que han sufrido y siguen sufriendo lo peor de la tragedia”,
afirmó Soler, recordando casos concretos de víctimas afectadas por la tormenta, entre ellos la pérdida de familiares en Utiel y otras localidades cercanas debido a la fuerza del agua y la falta de respuestas inmediatas.
El debate se tornó particularmente intenso cuando se abordó la gestión de las alertas hidrológicas. Soler enumeró detalladamente los avisos emitidos:
la Agencia Estatal de Meteorología lanzó un aviso rojo para el interior y litoral norte de Valencia a las 7:30, y a las 9:41 para toda la provincia,
mientras que la Confederación Hidrográfica del Júcar emitió 128 notas informativas al centro de emergencias, con llamadas a Protección Civil alertando sobre la situación desde las 9:43.
“Había información de sobra. Lo que no había es nadie al mando queriendo tomar decisiones”, subrayó Soler, contrastando la actuación de Mazón con la de Pilar Bernabé, delegada del gobierno, quien canceló su agenda y coordinó personalmente la respuesta a la emergencia durante toda la jornada.
El presidente de la Generalitat defendió su gestión, señalando que se actuó “según el leal saber y entender de la información disponible” y justificando su agenda durante la emergencia,
que incluyó una comida en el Ventorro con la señora Maribel Vilaplana, donde permaneció sin atender llamadas directas de la consellera de Emergencias, Salomé Pradas, hasta las 17:43.
Ante la insistencia del portavoz socialista sobre la falta de comunicación y supervisión directa, Mazón aseguró: “Estuve en distintos actos, consultando información a través de mi equipo y manteniendo contacto cuando era necesario”.
Sin embargo, Soler replicó que la ausencia de Mazón en los momentos críticos y la falta de reacción inmediata frente a los avisos contribuyeron a agravar la crisis:
“Usted no se personó pese a toda la información; tenía organizada su agenda y no se presentó en su lugar de trabajo hasta pasada las 20 horas”.
El debate también tocó aspectos controvertidos sobre la comunicación y coordinación con otros organismos, incluyendo la falta de respuesta a llamadas y mensajes urgentes, así como la asignación de responsabilidades dentro del CECOPI, el órgano de coordinación de emergencias.
Soler cuestionó si Mazón debería haber convocado el CECOPI antes de las cinco de la tarde, dado el volumen de información y la gravedad de los avisos.
Mazón insistió en que la decisión se tomó considerando las propuestas de los mandos operativos y la información disponible, pero no logró disipar las dudas sobre la eficiencia de la gestión de la emergencia.
Además, el portavoz socialista criticó decisiones administrativas previas de Mazón, como la designación de un director general de Interior tras cuatro meses vacante, enfatizando que se eligió a un experto en festejos taurinos en lugar de priorizar la gestión de crisis meteorológicas.
También recordó que la gestión de emergencias había sido en su momento atribuida a Vox, partido con postura negacionista frente al cambio climático, lo que, según Soler, refleja la falta de prioridad hacia la protección ciudadana:
“Se desprendió de las emergencias y quiso que dependiera de usted la industria musical. Se ve que era más importante para usted que las emergencias”.
Durante la sesión, se abordaron también aspectos personales y logísticos que añadieron tensión al debate.
Soler cuestionó si Mazón estaba en condiciones óptimas para gestionar la emergencia y pidió detalles sobre su desplazamiento desde la comida hasta el parking y su interacción con las escoltas.
Mazón respondió que fue andando y que mantuvo contacto con su equipo según fue necesario, pero la insistencia del portavoz socialista en la puntualidad de cada acción destacó lo que consideró una desconexión entre la agenda del presidente y la urgencia de los hechos:
“Mientras usted estaba comiendo, se estaban produciendo emergencias graves y llamadas al 112 que quedaron sin respuesta inmediata”.
Finalmente, la confrontación giró en torno a la responsabilidad política y ética de Mazón.
Soler le instó a asumir plena responsabilidad por sus decisiones y omisiones durante la emergencia y cuestionó su disposición a responder por los hechos en el ámbito judicial:
“Señor Mazón, le pido que acuda al juzgado a declarar y diga la verdad, devolviendo la voz a los valencianos”.
Mazón reafirmó su postura de haber actuado según su criterio y con la información disponible, insistiendo en que algunas decisiones fueron ajustadas a la coordinación con otros órganos del gobierno.
El debate puso de manifiesto la tensión entre gestión administrativa y responsabilidad política, dejando un clima de incertidumbre sobre las decisiones adoptadas durante la emergencia y el impacto real de la falta de comunicación y coordinación en la seguridad de la ciudadanía.
Las intervenciones mostraron una lucha por clarificar los hechos, determinar responsabilidades y evaluar si la respuesta del gobierno autonómico estuvo a la altura de la magnitud de la crisis, mientras los testimonios de las familias afectadas recordaron la dimensión humana de la tragedia.
La sesión concluyó con el llamado a la transparencia, la rendición de cuentas y la necesidad de que las autoridades asuman su papel en situaciones críticas, dejando abiertas preguntas sobre la eficacia de los protocolos y la prioridad de la seguridad ciudadana frente a agendas personales.
En síntesis, la comparecencia de Mazón evidenció un choque de narrativas entre la defensa de su actuación y las críticas implacables del PSOE, resaltando la complejidad de gobernar en medio de emergencias y la exigencia de responsabilidad plena ante la ciudadanía.
La polémica continúa abierta, con implicaciones políticas, administrativas y sociales que podrían resonar durante meses en la política valenciana.
