La Guardia Civil ha revelado mensajes comprometedores entre el ministro Ángel Víctor Torres y Koldo García que lo vinculan con una trama de corrupción relacionada con la empresa Soluciones de Gestión.

Un nuevo informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha sacudido el panorama político español al implicar
directamente al actual ministro de Política Territorial y expresidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, en un escándalo de corrupción que podría tener repercusiones significativas.
Este documento, que ha sido remitido a la Audiencia Nacional, contiene una serie de mensajes comprometedores entre Torres y Koldo
García, exasesor de José Luis Ábalos, que evidencian la participación activa del ministro en los negocios de una empresa bajo investigación: Soluciones de Gestión.
En uno de los mensajes más reveladores, Torres asegura a Koldo: “Estoy encima de tu pago”. Esta frase, aparentemente inofensiva, se convierte en un indicio alarmante de la implicación del ministro en una trama que ya ha salpicado a otros altos cargos socialistas.
El informe, que supera las 350 páginas, detalla cómo Torres intervino para facilitar pagos a la empresa del empresario Víctor de Aldama, un comisionista clave en el caso.
La situación se complica aún más cuando se revela que Olivera, quien en ese momento era viceconsejero de la Presidencia de Canarias y luego jefe de gabinete de Torres, dimitió al estallar la investigación.

La presión ejercida por Soluciones de Gestión, especialmente durante la venta de mascarillas en plena pandemia, llevó a Koldo a recurrir a Torres para resolver los retrasos en una operación millonaria con el Gobierno de Canarias.
“Te va a llamar Antonio Olivera porque estoy encima de tu pago… ya está validado el material y Hacienda ya ha hecho el trámite”, escribió Torres en un mensaje que deja poco espacio a la interpretación.
Los investigadores han señalado que la influencia de Koldo en la administración es evidente, logrando que el presidente canario se encargara personalmente de reclamar los pagos pendientes.
Este hecho pone de manifiesto no solo la relación cercana entre los dos, sino también el poder que Koldo parecía tener sobre la gestión pública.
La Guardia Civil ha llegado a la conclusión de que Torres utilizó su posición institucional para mediar en favor de una empresa que está bajo sospecha de sobornos y comisiones ilegales.
A medida que el escándalo se desarrolla, los mensajes entre Torres y Koldo continúan revelando una red de complicidades.
El 13 de julio de 2020, Koldo le pidió a Torres que lo llamara “para el tema del pago”, y al día siguiente, el ministro respondió asegurando que estaba “encima de la factura” y que intentaría encontrar “la solución”.
La urgencia de estos mensajes sugiere que la situación era crítica y que la presión para cerrar el trato era intensa.

La relación entre Torres y Koldo se torna aún más intrincada cuando se considera que el ministro concertó una reunión con Koldo en Madrid para discutir el asunto de los pagos.
En esos intercambios, el ministro no solo se preocupaba por el dinero que debía la empresa investigada, sino que también se mostraba proactivo en buscar soluciones.
Esto plantea serias preguntas sobre la ética de su conducta y su compromiso con la transparencia en la gestión pública.
El caso Koldo, que ya ha implicado a Ábalos y a varios otros altos funcionarios, amenaza con llevar a Torres a un callejón sin salida.
La Guardia Civil ha dejado claro que los mensajes son claros, directos y demoledores: un presidente autonómico, que ahora ocupa un cargo ministerial, preocupado por “el pago” relacionado con una trama de corrupción que ha dañado la credibilidad del Gobierno.
Este escándalo no solo afecta a los individuos involucrados, sino que también plantea serias dudas sobre la integridad de las instituciones públicas en España.
La situación es tensa y el clima político se torna cada vez más hostil. Los líderes de la oposición no tardaron en reaccionar, exigiendo explicaciones y pidiendo la dimisión de Torres.
Las palabras de los políticos resuenan en los medios, y el público observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos. La presión aumenta, y cada nuevo detalle que emerge del informe de la UCO añade leña al fuego.

En un contexto donde la corrupción ha sido un tema recurrente en la política española, este caso podría ser el catalizador de un cambio significativo en la percepción pública sobre la clase política.
La confianza en las instituciones se ve amenazada, y los ciudadanos demandan respuestas. ¿Podrá Ángel Víctor Torres sobrevivir a esta tormenta? ¿O será este el final de su carrera política?
Mientras tanto, el Gobierno se enfrenta a un dilema: cómo manejar la crisis sin que se convierta en un escándalo de proporciones aún mayores. La situación es delicada, y cada movimiento debe ser calculado con precisión.
La presión de la opinión pública y de la oposición puede resultar abrumadora, y la capacidad del Gobierno para gestionar esta crisis será puesta a prueba.
En conclusión, el informe de la Guardia Civil no solo pone en entredicho la integridad de Ángel Víctor Torres, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre la ética en la política española.
La revelación de estos mensajes comprometedores podría marcar un punto de inflexión en la lucha contra la corrupción y en la forma en que los ciudadanos ven a sus representantes.
La historia está lejos de terminar, y el desenlace de este escándalo podría tener consecuencias duraderas para la política en España.