La exesposa del exdiputado del Atlántico lanzó un polémico mensaje en el que insinuó que se estaba cometiendo un delito en su contra, pero sus palabras encendieron la ira de Alejandro Carranza, que la acusó de intentar desviar la atención

La controversia judicial entre Day Vásquez y Alejandro Carranza, abogado defensor de Nicolás Petro —hijo del presidente de Colombia— dio un giro inesperado tras una publicación realizada por Vásquez en su cuenta de redes sociales.
En su mensaje, la exesposa del exdiputado del Atlántico afirmó: “Se han victimizado tanto… Y resulta que violaron mis datos personales”.
La frase, sin destinatario específico, fue interpretada como una denuncia directa contra quienes manejan su proceso judicial.
Vásquez agregó: “Imagínense quién los violentó… Próximamente estaré procediendo judicialmente”, insinuando que existe una maniobra ilegal en su contra.
Este anuncio generó rechazo inmediato por parte de Carranza, quien respondió en la misma plataforma con un contundente mensaje:
acusó a Vásquez de orquestar una maniobra de distracción, propia “seguramente en venganza”, con el objetivo de desviar la atención del caso principal y asestar un golpe mediático contra la defensa de Petro.
La polémica tiene raíces más profundas: Vásquez enfrenta cargos por presunta violación de datos personales, tras una denuncia presentada por Laura Ojeda —actual pareja de Nicolás Petro— y otra mujer, Génesis Olave, quien afirma que su celular fue intervenido ilegalmente.
Según la acusación, entre diciembre de 2022 y enero de 2023 Vásquez habría ordenado el acceso no autorizado a sus teléfonos, con el fin de extraer contactos, chats y demás información privada.

Ese delito no entró dentro del principio de oportunidad que la Fiscalía concedió anteriormente por sospechas de lavado de activos, peculado y enriquecimiento ilícito. Durante la audiencia de imputación, celebrada en junio de 2024, Vásquez no aceptó los cargos.
En aquel momento, Day Vásquez pidió perdón públicamente a Laura Ojeda, asegurando que “no buscaba un beneficio personal” con dichas maniobras. “Le pido perdón, desde lo más profundo de mi corazón y sentir”, dijo.
Sin embargo, Ojeda rechazó la disculpa, alegando que era insincera y la consideró un intento de acogerse al principio de oportunidad.
La nueva acusación pública de Vásquez, bajo la forma de denuncia de vulneración de su propia información, mueve nuevamente las piezas del ajedrez judicial y mediático.
Para analistas y parte de la opinión pública, este giro puede interpretarse como un intento de reconvertir su papel en el proceso: de imputada a víctima.
Si sus afirmaciones llegan a ser formalizadas ante la justicia, podrían tener implicaciones directas sobre la credibilidad de las pruebas ya recabadas, y por consiguiente, sobre el destino del caso contra Nicolás Petro.

Por su parte, Carranza no se limitó a negar la veracidad de la acusación de Vásquez.
Fue más allá: pidió que se revoque el principio de oportunidad y que se revisen las verificaciones de autenticidad de los elementos probatorios, insinuando que hay una manipulación sistemática para favorecer la versión de Vásquez.
Además, denunció que la publicación de mensajes en redes sociales representa un intento de presión mediática sobre fiscales e investigadores.
Vásquez, por su parte, respondió con dureza: acusó a Carranza de mentir, de difundir falsedades y le exigió que “deje de mentir”, advirtiendo que sus bienes ya están bajo custodia de la Fiscalía.
“No sea MENTIROSO! Ya no sabe ni qué decir, ni mucho menos qué hacer”, expresó en otra publicación.
Este nuevo capítulo ocurre mientras continúa el litigio por la disolución de su matrimonio: recientemente, Nicolás Petro radicó una demanda de divorcio.
Vásquez denunció además que la defensa del exdiputado estaría usando su imagen y videos en audiencias, lo que, según ella, constituye otra violación a su derecho a la intimidad.

En efecto, Vásquez cuestionó que un video presentado por la defensa correspondiera a una fecha distinta a la real, asegurando que tal inconsistencia evidenciaba manipulación probatoria.
Al final, la denuncia pública de Day Vásquez por presunta violación de sus propios datos personales agrega una nueva dimensión al caso:
no sólo está en juego la legalidad del hackeo a terceros, sino la posibilidad de que ella misma sea víctima de una filtración o manipulación de información.
Esa ambigüedad complica aún más un proceso que ya es altamente controversial y politizado.
Mientras la justicia decide si admite formalmente esta nueva denuncia y se inicia una investigación penal adicional, el caso contra Nicolás Petro sigue avanzando, con testigos, acusaciones cruzadas, contradicciones y un fuerte impacto mediático.
En este entramado, la verdad —y la forma en que se protejan los derechos de todas las partes— parece más esquiva que nunca.