El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha archivado la querella de Nacho Cano contra la jueza Inmaculada Iglesias por supuesta prevaricación en la investigación de su espectáculo Malinche.

En el mundo del espectáculo, las controversias y los enfrentamientos legales son tan comunes como las ovaciones del público.
Sin embargo, pocos casos han captado tanto la atención mediática como el de Nacho Cano, el célebre compositor y exintegrante de Mecano.
Su reciente revés en la batalla legal contra la jueza Inmaculada Iglesias ha dejado a muchos preguntándose: ¿hasta dónde llegará Cano en su lucha por limpiar su nombre?
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha decidido archivar la querella presentada por Cano, en la que acusaba a la magistrada de prevaricación durante la investigación de su espectáculo “Malinche”.
Este espectáculo, que aborda temas sensibles y actuales, ha sido objeto de críticas y controversias desde su estreno.
Pero lo que más ha llamado la atención es la insistencia de Cano en llevar a la jueza ante la justicia, argumentando que sus decisiones fueron arbitrarias y afectaron su reputación y carrera.
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El 8 de septiembre de este año, Cano presentó la querella, buscando que la jueza fuera declarada responsable de un delito que podría conllevar una severa multa y una inhabilitación que oscilaría entre 10 y 20 años.
Sin embargo, el TSJM ha desestimado la denuncia, indicando que no había suficientes indicios de delito y, además, que la jueza ya había perdido su condición de aforada al jubilarse en agosto.
Esta decisión no solo cierra un capítulo en la historia judicial de Cano, sino que también plantea interrogantes sobre la efectividad de su estrategia legal.
“Es un golpe duro”, confiesa una fuente cercana al compositor. “Nacho ha estado luchando no solo por su nombre, sino por su legado. Este archivo es un duro recordatorio de que el sistema judicial puede ser implacable”.
La frustración de Cano es palpable, especialmente después de que en diciembre de 2024, el TSJM ya había desestimado otra denuncia contra la misma jueza, argumentando que no cumplía con los requisitos legales necesarios.

El trasfondo de esta disputa legal se remonta a una acusación más amplia sobre las condiciones laborales de jóvenes mexicanos que trabajaban como becarios en “Malinche”.
Tras una denuncia presentada por uno de estos becarios, la Audiencia Provincial decidió archivar la investigación, alegando que no había pruebas suficientes para abrir un procedimiento formal.
Sin embargo, Cano y su equipo legal alegan que la jueza Iglesias actuó de manera desproporcionada, ordenando diligencias innecesarias que prolongaron la investigación y afectaron gravemente su imagen pública.
“Lo que está en juego aquí es mucho más que una simple acusación”, señala un experto en derecho. “Se trata de la reputación de un artista que ha dedicado su vida a la música y a la creación. La presión social y mediática puede ser devastadora”.
Y es que, en un mundo donde la opinión pública puede cambiar con un solo tweet, Cano se enfrenta a la dura realidad de ser juzgado no solo por la ley, sino también por la percepción que tiene la gente sobre él.
A medida que la historia se desarrolla, muchos se preguntan cuáles serán los próximos pasos de Cano. ¿Interpondrá un recurso de súplica contra la decisión del TSJM, o buscará presentar su denuncia ante el órgano judicial correspondiente?
Su equipo legal ha declarado que están considerando todas las opciones disponibles, pero la incertidumbre persiste. “Estamos en un punto crítico”, afirma un miembro del equipo. “Lo que está en juego es su futuro”.
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A pesar de las adversidades, Cano no ha dejado que esto le afecte completamente. En sus redes sociales, ha continuado compartiendo su pasión por la música y su amor por el arte.
“La música siempre será mi refugio”, ha escrito en una de sus publicaciones recientes, dejando entrever que, a pesar de los golpes, su espíritu sigue intacto.
El caso de Nacho Cano es un recordatorio de que en el mundo del espectáculo, las luchas personales y profesionales a menudo se entrelazan. La batalla legal que enfrenta es solo una parte de una narrativa más amplia que involucra la creatividad, la justicia y la percepción pública.
A medida que avanza esta historia, muchos estarán atentos a los próximos movimientos de Cano, esperando que, al final, la verdad y la justicia prevalezcan.
El camino por delante es incierto, pero lo que está claro es que Nacho Cano no se rendirá fácilmente. Con una carrera llena de altibajos, su determinación y pasión por la música podrían ser el faro que lo guíe a través de esta tormenta.
La pregunta que queda es: ¿podrá finalmente demostrar su inocencia y recuperar su lugar en el corazón del público? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: la historia de Nacho Cano está lejos de terminar.
