Pedro Piqueras criticó duramente en TVE a Isabel Díaz Ayuso por mantener un bulo sobre el lehendakari vasco y alertó del uso creciente de la mentira en política.

El ambiente político español ha vuelto a tensarse tras la última polémica protagonizada por Isabel Díaz Ayuso.
La presidenta de la Comunidad de Madrid se reafirmó en el bulo que lanzó en televisión sobre una supuesta amenaza del lehendakari vasco, y lejos de rectificar, insistió en su versión en El programa de Ana Rosa.
Este episodio desató una cascada de reacciones y encontró una respuesta particularmente contundente en la voz de Pedro Piqueras, que intervino en Mañaneros 360 de TVE para poner sobre la mesa lo que él definió como “la peligrosa escalada de la mentira en la política”.
El periodista Javier Ruiz, conductor del espacio matinal, introdujo el debate con tono grave:
—“Hoy hablamos de si la mentira se ha convertido ya en un instrumento cotidiano del juego político.
Vemos cómo se aprueban discursos que la ciencia ha desmentido, cómo se sostienen bulos pese a la evidencia. Y lo que parece claro es que en España se está consolidando la idea de que la política puede construirse sobre la falsedad”.
A continuación conectaba con Pedro Piqueras, que saludaba al público antes de pronunciar unas palabras que resonaron con fuerza:
—“Lo que está pasando es que la mentira se está imponiendo, está subiendo escalones y superando incluso a la verdad. Y eso es muy preocupante”.
El veterano periodista, que durante décadas fue rostro clave de los informativos de Telecinco, no ocultó su preocupación por el rumbo del debate público.
Mientras Javier Ruiz le recordaba que desde el entorno de Ayuso defendían la veracidad de sus palabras, Piqueras fue tajante:
—“Ellos estarán muy seguros, y sus seguidores también lo estarán.
Pero eso no significa que sea cierto. En este país la mentira se está usando como arma política y lo que veo es un intento de que la sociedad compre una realidad que no existe”.
El tono del periodista se endureció cuando recordó los años en los que cubrió la violencia de ETA:
—“Yo iba al País Vasco a cubrir elecciones, entrevistas o funerales como el de Miguel Ángel Blanco. Entonces era necesario viajar con escoltas, primero con guardias civiles, luego con ertzaintzas.
El miedo era real, el peligro era real. Hoy la realidad es completamente distinta. La gente joven no vive con ese recuerdo. ETA no está viva. Y sin embargo hay dirigentes que insisten en resucitar ese fantasma porque les sirve para el discurso político”.
Su reflexión generó un silencio en el plató. Javier Ruiz asintió y repreguntó por la estrategia de mantener ese clima de confrontación. Piqueras no dudó:
—“Lo hacen porque vivimos en un periodo permanentemente electoral. Se miente para movilizar, para agitar, para dividir. Es un periodo oscuro por la falta de verdad”.

La conversación se desplazó entonces hacia otro asunto candente: la aprobación en el Ayuntamiento de Madrid de una medida que obliga a informar a las mujeres que van a abortar sobre un síndrome inexistente, una especie de “síndrome postaborto” que no tiene aval científico.
Ante esta cuestión, Piqueras se mostró visiblemente molesto:
—“La desinformación está imperando demasiado y es un problema que deberíamos cortar cuanto antes. El periodismo serio y riguroso debería terminar con la sobreinformación que genera ruido y desinformación, y que nos empuja a un mundo de posverdad y mentiras.
Lo del aborto no es nuevo, lo hemos visto en países como Hungría, donde se obligaba a las mujeres a escuchar el latido fetal para disuadirlas. Pero el trasfondo es el mismo: un intento de acoso ideológico contra las mujeres”.
En el plató se abrió un debate breve en el que varios tertulianos coincidieron con Piqueras en que la política española está inmersa en una dinámica peligrosa. Uno de ellos apuntó:
—“Es que se está normalizando la mentira, y cuando se normaliza, se convierte en la regla, no en la excepción”.
El periodista retomó la palabra con un gesto de resignación:
—“El problema es que la mentira vende. La mentira moviliza. Pero al final, lo que nos queda es una sociedad fracturada y cada vez más desconectada de la realidad.
Y ahí es donde los medios de comunicación tenemos una responsabilidad inmensa. No podemos convertirnos en altavoces de falsedades porque entonces el círculo se completa y la verdad desaparece”.

Su intervención fue interpretada por muchos espectadores como un auténtico “bofetón de realidad” a Isabel Díaz Ayuso, aunque en realidad lo que hizo Piqueras fue lanzar una advertencia mucho más amplia, dirigida tanto a los políticos como a los periodistas y al conjunto de la sociedad.
La idea de que la mentira se ha instalado en el corazón del debate público fue el eje central de un alegato que, por su claridad, no tardó en propagarse por las redes sociales.
Mientras tanto, la presidenta madrileña sigue enrocada en su discurso. Desde su entorno aseguran que no se retractará porque “dijo la verdad”.
Pero las palabras de Piqueras han dejado huella: han recordado que hubo un tiempo en el que la política se enfrentaba a problemas tangibles y concretos, no a relatos inventados.
Y que la diferencia entre vivir con escolta bajo el terrorismo de ETA y pasear hoy en Euskadi sin miedo no admite comparación.
El eco de ese mensaje continúa resonando más allá de la pantalla: la política española se asoma a un terreno en el que la verdad parece tener cada vez menos peso.
Y, como advirtió Pedro Piqueras con la calma de quien ha visto demasiadas tormentas informativas, “vivimos un periodo oscuro por la falta de verdad”.
Una frase que muchos han interpretado como un aviso urgente para un país que se debate entre la crispación y la manipulación permanente.