La periodista Ketty Garat cuestiona la veracidad de Pedro Sánchez sobre su relación con José Luis Ábalos, afirmando que el presidente conocía desde hace años las conductas cuestionables de su exministro.
En un clima político cada vez más tenso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encuentra en el ojo del huracán tras las recientes declaraciones de la periodista Ketty Garat.
En una serie de entrevistas, Sánchez ha insistido en que no conocía a José Luis Ábalos “desde el punto de vista personal”, una afirmación que ha suscitado dudas y críticas.
Las palabras del presidente contrastan con la información disponible, que sugiere que la relación entre ambos es más cercana de lo que él admite.
“Es muy grave que el presidente lleva meses mintiendo deliberadamente”, afirmó Garat en una de sus intervenciones.
La periodista no se detuvo ahí y continuó desgranando una serie de episodios que, según ella, demuestran que Sánchez estaba al tanto de las “andanzas” de Ábalos mucho antes de lo que ha admitido.
“El presidente sabía de esos episodios desde noviembre de 2020, pero no lo apartó hasta nueve meses más tarde”, añadió Garat con determinación.
La tensión aumentó cuando la periodista recordó cómo, a pesar de cesarlo como ministro, Sánchez colocó a Ábalos en posiciones de relevancia, como presidente de una comisión del Congreso y como eurodiputado.
“No cuela… que deje de mentir”, sentenció Garat, dejando claro que la percepción pública sobre la situación es muy distinta a la que intenta proyectar el presidente.
A medida que avanzaba la conversación, Garat repasó otras situaciones que han puesto en entredicho la veracidad de Sánchez.
Desde el caso Cerdán, donde se recordó que el presidente y su esposa han compartido cenas con él, hasta el controvertido affaire de Koldo, que fue calificado como “no anecdótico”.
“Hay que ser claros, la mentira es tan burda que ya deje de tomar el pelo a los españoles”, enfatizó Garat.
Uno de los puntos más críticos mencionados fue el caso de Francisco Salazar. En 2018, Juanfran Serrano, el primer jefe de gabinete de Sánchez, advirtió al presidente sobre “comportamientos obscenos” de Salazar, pero a pesar de las advertencias, este continuó en su entorno.
“Que no nos vendan la moto y que dejen ya de mentir”, exigió Garat, resaltando la responsabilidad del presidente en mantener a personas con antecedentes cuestionables en su círculo.
La periodista también se centró en cómo Moncloa había estado al tanto de las acciones de Ábalos.
“Hace cuatro años, fuentes de primer nivel ya señalaban que en una fiesta de Halloween, Carolina Perles relató sus andanzas, que tenía pruebas, que había correos electrónicos que demostraban pagos… y eso se trasladó directamente a Carmen Calvo y ella al presidente”, explicó Garat.
Este relato pone de manifiesto una red de información que, según ella, Sánchez no puede ignorar.
La contradicción en las declaraciones de Sánchez es evidente. Tras cesar a Ábalos, le envió un mensaje de apoyo que decía: “Te escribo para trasladarte mi solidaridad…”.
Además, en la noche electoral del 23 de julio, Ábalos felicitó a Sánchez, quien respondió: “La verdad es que he echado de menos muchas veces trabajar contigo.
Siempre he valorado tu criterio político. También tu amistad”. Estas palabras han sido utilizadas por miembros del Partido Popular, como Miguel Tellado, para argumentar que llamar a Ábalos “un gran desconocido” es, simplemente, insostenible.
La situación ha generado un intenso debate en el panorama político español. Líderes de diferentes partidos, desde Isabel Díaz Ayuso hasta Santiago Abascal, han expresado su incredulidad ante las afirmaciones de Sánchez.
“¿Cómo puede un presidente que ha trabajado codo a codo con alguien, ahora desmarcarse de esa relación?”, se preguntó un analista político.
Este tipo de cuestionamientos no solo afectan la credibilidad de Sánchez, sino que también alimentan la desconfianza en las instituciones.
Mientras tanto, el eco de las declaraciones de Garat resuena en los medios y en las redes sociales. “La mentira es tan evidente que todos lo saben”, repitió Garat, insistiendo en que la verdad debe prevalecer.
En un momento en que la política se enfrenta a una crisis de confianza, es crucial que los líderes asuman la responsabilidad de sus acciones y declaraciones.
La historia de Pedro Sánchez y José Luis Ábalos no es solo un capítulo en la política española; es un reflejo de los desafíos que enfrenta el liderazgo en tiempos de incertidumbre.
La verdad, como bien señala Garat, debe salir a la luz, y los ciudadanos merecen respuestas claras y sinceras de sus representantes.
La pregunta que queda en el aire es: ¿podrá Sánchez restaurar la confianza perdida, o seguirá atrapado en una red de contradicciones y mentiras? La respuesta, al igual que la verdad, parece estar aún por descubrir.
