La trama de los fontaneros socialistas ha vuelto a sacudir los cimientos del PSOE. Leire Díez, conocida como la fontanera del partido, ha dinamitado por completo el relato oficial al señalar directamente a Antonio Hernando, actual secretario de Estado de Telecomunicaciones y ex hombre fuerte del gabinete de Pedro Sánchez.
La reciente declaración de Leire Díez, conocida como la “fontanera” del Partido Socialista, ha sacudido los cimientos del PSOE, dejando a muchos en estado de shock.
En una entrevista en el programa de Ana Rosa, Díez no solo cuestionó la versión oficial del partido, sino que también señaló directamente a
Antonio Hernando, actual secretario de Estado de Telecomunicaciones y ex hombre fuerte del gabinete de Pedro Sánchez, como una figura clave en un entramado cuya existencia el gobierno intenta minimizar.
Díez, quien se encuentra bajo investigación por presunto tráfico de influencias y cohecho, reveló que Hernando no era un simple figurante en las reuniones con el empresario Javier Pérez Dolset.
“Antonio no solo estuvo presente, sino que participó activamente en las discusiones”, afirmó Díez, añadiendo que Hernando permaneció más de veinte minutos en una de las citas.
Esta afirmación contrasta con la narrativa del PSOE, que ha intentado distanciarse de cualquier implicación en los asuntos que rodean a Pérez Dolset.
Durante la entrevista, la fontanera hizo alusión a un hecho que podría tener repercusiones graves: insinuó que Antonio Hernando pudo haber borrado información crucial de un pen drive entregado en la sede del PSOE en Ferraz.
Según Díez, este dispositivo contenía datos sobre un banco, material relacionado con las “cloacas” del Estado y referencias a las controvertidas saunas del suegro de Pedro Sánchez.
“Esa información desapareció misteriosamente”, declaró, lo que plantea serias preguntas sobre la transparencia y la integridad dentro del partido.

Al ser interrogada sobre los intereses de Hernando en esas reuniones, Díez se mostró cautelosa pero contundente: “La desaparición de esos documentos solo puede deberse a que no interesaba que salieran a la luz”.
Esta observación no solo sugiere un posible encubrimiento, sino que también resalta la tensión interna dentro del PSOE, donde las divisiones y las luchas de poder parecen estar aflorando.
Leire Díez no se detuvo ahí. En su intervención, arremetió contra varios dirigentes socialistas que han intentado desacreditarla, acusándolos de ser “farsantes” y de no respetarse a sí mismos por difundir “tonterías”.
En particular, se dirigió a ministros como Diana Morant y Óscar Puente, diciendo: “Si no entienden lo que está en juego, tienen un problema”.
Estas palabras no solo evidencian su frustración, sino que también reflejan el clima de desconfianza que se ha instalado en el seno del partido.
La sombra de un supuesto borrado de pruebas y la presencia de altos cargos en reuniones opacas han dejado al PSOE en una posición profundamente incómoda. La imagen de un partido que no controla sus propias cloacas se refuerza con cada nueva revelación.
Lo que es aún más preocupante para Moncloa es que la investigación judicial sigue abierta, y Díez ha advertido que aún no ha dicho todo lo que sabe. “Esto es solo el principio”, insinuó, dejando entrever que podrían surgir más sorpresas en el futuro.

La situación actual del PSOE se asemeja a un campo de batalla, donde las alianzas se desmoronan y las lealtades son puestas a prueba.
Las intervenciones de Díez han reavivado el debate sobre la ética y la responsabilidad dentro del partido, y muchos se preguntan si el liderazgo de Pedro Sánchez podrá resistir la presión de estas acusaciones.
Comparando esta crisis con otros escándalos políticos en la historia reciente de España, es evidente que la política española ha sido testigo de situaciones similares donde la falta de transparencia y la corrupción han llevado a la caída de líderes y partidos enteros.
La pregunta que muchos se hacen ahora es si el PSOE podrá salir de esta tormenta sin sufrir daños irreparables.
Las palabras de Leire Díez no solo han dejado a Antonio Hernando y a Pedro Sánchez en una posición comprometida, sino que también han abierto la puerta a un escrutinio más profundo de las acciones y decisiones de los altos funcionarios del partido.
A medida que la investigación avanza, la presión sobre el PSOE para aclarar estos asuntos solo aumentará.
En conclusión, la revelación de Leire Díez sobre Antonio Hernando y su posible implicación en un encubrimiento ha puesto al PSOE en una encrucijada.
Con la investigación judicial en curso y la incertidumbre reinando sobre el futuro del partido, la necesidad de una respuesta clara y transparente se vuelve más urgente que nunca.
La política española, ya de por sí volátil, se enfrenta a un nuevo desafío, y solo el tiempo dirá cómo se desarrollarán los acontecimientos.
