Josep Maria Mainat revela que estuvo a punto de despedir en directo a Risto Mejide durante Operación Triunfo por su polémico estilo y comentarios controvertidos.

En el mundo del entretenimiento, pocos nombres generan tanto debate como el de Risto Mejide. Su estilo mordaz y su capacidad para provocar han sido tanto su sello distintivo como la razón de numerosos conflictos.
Recientemente, Josep Maria Mainat, uno de los creadores de “Operación Triunfo”, reveló un episodio que pone de manifiesto el lado más problemático del publicista.
En una entrevista en el podcast “Vidas Contadas”, Mainat confesó que llegó a preparar un traje para despedir a Risto en pleno directo, un gesto que refleja la tensión que se vivió en el programa.
La historia comienza con la llegada de Risto como jurado. Mainat recuerda que, al principio, el publicista no tenía ni idea de música y requería una guía constante para poder opinar sobre los concursantes.
“Me dijo: ‘Me tienes que ayudar, porque yo soy publicista y sé hablar, pero si no me das un argumento no sabré qué decir’”, relató Mainat. Este comentario revela una vulnerabilidad inesperada en un personaje que, a menudo, se presenta como seguro y dominante.

A medida que avanzaban las galas, la situación se tornó insostenible. Risto comenzó a desbordarse, desviando sus críticas de los concursantes hacia aspectos como el vestuario y la escenografía.
Mainat, que había asumido la responsabilidad de su contratación, se dio cuenta de que la presencia de Risto había transformado la dinámica del programa.
“Me siento culpable en parte del giro que dio el programa cuando se fichó a Risto”, confesó. Aunque su participación incrementó la audiencia, la esencia musical del programa se vio comprometida por su búsqueda constante de polémica y confrontación.
El momento crítico llegó tras un comentario homófobo de Risto durante una gala junto a Jesús Vázquez. La producción, alarmada por la repercusión que esto podría tener, decidió tomar medidas drásticas.
Mainat relató que se preparó un traje para despedir a Risto en directo: “Teníamos una americana lista para salir al escenario y decirle: ‘Señor, queda despedido en directo’”.
Este acto no solo habría sido un golpe mediático, sino una medida necesaria para proteger la integridad del programa y su equipo.

La tensión entre Risto y el resto del equipo se intensificó, generando un ambiente de trabajo hostil que amenazaba con desestabilizar todo el formato. Mainat dejó claro que, de haberse llevado a cabo el despido, habría sido una decisión justificada.
La situación llegó a un punto en el que la producción tuvo que elegir entre mantener a un jurado polémico o preservar la armonía del programa.
Esta revelación no solo pone en entredicho la imagen pública de Risto Mejide, sino que también plantea preguntas sobre la responsabilidad de los productores en la creación de un entorno laboral saludable.
¿Hasta qué punto se debe permitir que un personaje tan controvertido como Risto trascienda las normas de convivencia en un programa de televisión? La búsqueda de la audiencia no debería comprometer la profesionalidad y el respeto entre los miembros de un equipo.
El testimonio de Mainat también invita a reflexionar sobre el impacto que los jurados tienen en los concursantes. La presión de recibir críticas despiadadas puede afectar la autoestima y el rendimiento de los participantes.
Risto, al ser un personaje tan polarizante, ha influido no solo en la audiencia, sino también en la percepción que tienen los concursantes de sí mismos. Esto plantea un dilema ético: ¿es el espectáculo más importante que el bienestar de quienes participan en él?

A pesar de la controversia, es innegable que Risto Mejide ha sabido mantenerse en el candelero. Su capacidad para generar polémica ha sido su mejor aliada en el mundo del espectáculo.
Sin embargo, la revelación de Mainat sugiere que detrás de la fachada del jurado temido, hay una historia de tensiones, inseguridades y decisiones difíciles que podrían haber cambiado el rumbo de “Operación Triunfo”.
La figura de Risto Mejide sigue siendo un tema candente en la conversación pública. Su estilo provocador ha polarizado a la audiencia, pero también ha generado un debate necesario sobre los límites en la crítica y el papel de los jurados en los concursos de talento.
La historia de su posible despido en directo es un recordatorio de que, en el mundo de la televisión, la línea entre el espectáculo y la ética a menudo se difumina.
En conclusión, la revelación de Josep Maria Mainat sobre Risto Mejide no solo ilumina un episodio oscuro de “Operación Triunfo”, sino que también invita a la reflexión sobre el impacto de la televisión en la sociedad.
La búsqueda de la audiencia no debería venir a expensas de la integridad y el respeto en el entorno laboral.
La historia de Risto es un llamado a la responsabilidad, tanto de los personajes públicos como de los productores, para crear un espacio donde la crítica sea constructiva y el espectáculo no comprometa la dignidad de quienes lo hacen posible.