El debate en el Congreso enfrentó a Sánchez con la oposición, poniendo en evidencia la tensión por la gestión económica, los presupuestos pendientes y las políticas hacia autónomos y clases medias, mientras se discutía la discrepancia entre las promesas gubernamentales y la percepción de los ciudadanos sobre su bienestar.

El Congreso de los Diputados vivió ayer un debate cargado de tensión, acusaciones y reproches entre el Gobierno y la oposición, en el que el
presidente Pedro Sánchez se vio confrontado por líderes del Partido Popular y Vox sobre la gestión económica, los presupuestos y la situación de los autónomos y las clases medias.
Desde el inicio de la sesión, el ambiente fue tenso, con interrupciones, llamadas al silencio y momentos en que los diputados no pudieron contener sus reacciones ante los discursos de sus rivales.
El diputado del PP, Alberto Núñez Feijóo, abrió la ronda de preguntas criticando duramente al Ejecutivo. “Una mañana entera para no decir nada útil a los españoles. Ese es su plan de legislatura, rellenar días, ganar tiempo y no gobernar.
La pregunta es muy sencilla: ¿con qué grupos parlamentarios ha cerrado ya usted el presupuesto de 2026 y cuándo lo va a presentar?”, cuestionó Feijóo, apuntando a la falta de concreción en la gestión presupuestaria.
Sánchez respondió señalando la responsabilidad de la oposición en el manejo de los recursos públicos: “La obligación del Gobierno de España es fortalecer el crecimiento económico y reforzar los servicios públicos.
Pero ustedes, señorías, están en un plan premeditado de desmantelamiento de lo público, sea la sanidad, la educación o la dependencia”.
La intervención del presidente incluyó datos concretos sobre políticas sociales y transferencia de recursos a las comunidades autónomas, destacando que los problemas en estas regiones gobernadas por el PP no se deben a la falta de fondos, sino a decisiones políticas locales:
“No es porque este gobierno no esté transfiriendo recursos económicos a las comunidades autónomas gobernadas por el PP, sino porque ustedes están en un plan premeditado de desmantelamiento del estado del bienestar”.

Feijóo replicó con duras críticas personales y políticas, señalando casos concretos de corrupción y mala gestión. “Si un trabajador no hace su trabajo, le despiden.
Usted lleva tres años sin presupuesto y ni siquiera contesta. La gente trabaja y paga más por vivir peor, y ustedes suben impuestos, tapan la corrupción y se tapan unos a otros”, dijo, mientras el presidente mostraba signos de incomodidad ante la intensidad de las intervenciones.
Además, el diputado criticó la política migratoria y fiscal del Ejecutivo: “Su modelo es de sueldos de miseria, deuda pública creciente, impuestos abusivos y servicios públicos colapsados. Cada autónomo que cierra en España es un triunfo de su política”.
Sánchez respondió con cifras y comparaciones que buscaban rebatir las acusaciones y contextualizar la situación económica: “El salario mínimo interprofesional ha subido hasta representar el 60% del sueldo medio en nuestro país.
Hemos transferido 300,000 millones de euros para robustecer las políticas públicas en manos de las comunidades autónomas. La deuda se reduce respecto al Producto Interior Bruto, el déficit se controla y hemos reducido un 35% las llegadas de migración irregular”.
Además, defendió las reformas dirigidas a los autónomos, destacando que más del 55% de ellos pagan hoy una cuota un 26% inferior a la de 2018 y que dos de cada tres reportan un aumento en la facturación respecto al año anterior.
Durante el debate, la tensión escaló cuando el diputado Santiago Vascalconde del grupo BOTS cuestionó directamente al presidente sobre la situación de los autónomos y las clases medias.
“Hasta cuándo va a seguir saqueando a los autónomos y a las clases medias para que se beneficie su entorno político. Tres millones de españoles en paro y los trabajadores cada vez son más pobres.
Ustedes no tienen interés en el sufrimiento de la gente”, afirmó. Sánchez respondió recordando los logros de su gobierno en términos de
crecimiento económico, empleo y fortalecimiento de servicios públicos, aunque admitió que aún queda trabajo por hacer para mejorar la protección de los autónomos.
El debate no solo se centró en cifras, sino también en acusaciones personales y cuestionamientos sobre la ética política.
Feijóo señaló presuntas irregularidades en la gestión de recursos y casos de nepotismo, mientras Sánchez defendió la legalidad y transparencia de las acciones del Ejecutivo y acusó a la oposición de pretender desacreditar sus políticas sin ofrecer soluciones concretas.
“Lo que queda claro es que ustedes están más interesados en generar titulares y videos virales que en resolver los problemas reales de los españoles”, señaló el presidente.
Entre los puntos más destacados del debate se encuentran las discrepancias sobre los presupuestos de 2026, la ejecución de políticas sociales y el impacto de las reformas fiscales en los autónomos y las clases medias.
Sánchez insistió en la importancia de un enfoque integral para reforzar los servicios públicos, aumentar el salario mínimo y reducir la
pobreza, mientras la oposición demandaba más concreción y responsabilidad en la gestión económica, así como un plan claro para aprobar los presupuestos y garantizar la transparencia en la administración de recursos.
La sesión evidenció también la polarización política en España, con momentos de tensión y risas irónicas de algunos diputados ante los argumentos de sus rivales, reflejando el clima de confrontación que se vive en el Parlamento.
Los parlamentarios del PP y Vox no dudaron en cuestionar la efectividad de las políticas del Gobierno y en señalar contradicciones en sus
discursos, mientras Sánchez se mantuvo firme en la defensa de sus medidas, apoyado en estadísticas, datos económicos y logros sociales, pero reconociendo que quedan desafíos importantes por abordar.

El debate concluyó con un llamado a la responsabilidad política y al diálogo constructivo. Sánchez enfatizó que las soluciones requieren medidas concretas y efectivas para mejorar la vida de los ciudadanos, no meras estrategias mediáticas:
“Queda mucho por hacer para defender y proteger a los autónomos y a las clases medias, pero este Gobierno ha avanzado más que ningún otro en la historia reciente del país”, afirmó.
La oposición, por su parte, insistió en la necesidad de convocar elecciones anticipadas si no existe un consenso claro sobre los presupuestos y la dirección política del país.
En definitiva, la sesión parlamentaria dejó una imagen de un Congreso dividido, donde la confrontación entre Gobierno y oposición se mezcló con cifras, análisis y acusaciones, reflejando la complejidad de la situación política y económica de España.
La discusión sobre presupuestos, políticas para autónomos y clases medias, gestión de recursos públicos y medidas fiscales evidenció los retos que enfrenta el Ejecutivo para consolidar su proyecto político y asegurar que las reformas tengan un impacto real en la ciudadanía.
La combinación de reproches personales, debate técnico y cifras económicas puso de manifiesto la importancia de la rendición de cuentas, la transparencia y la eficacia en la acción política, elementos que seguirán marcando la agenda parlamentaria en los próximos meses.