La polémica estalló durante la visita de Zelenski a Moncloa, cuando Pedro Sánchez se vio incómodo ante preguntas incisivas sobre el escándalo y abandonó la rueda de prensa.

En un contexto de creciente preocupación por la corrupción en las instituciones españolas, el reciente informe de la Unidad Central
Operativa (UCO) ha revelado detalles alarmantes sobre la implicación de Santos Cerdán, exsecretario de organización del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en una trama de corrupción que involucra adjudicaciones de obras públicas.
Este escándalo ha resurgido en un momento crítico, coincidiendo con la visita del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al Palacio de la
Moncloa, donde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no pudo evitar ser interrogado sobre el informe que vincula a su círculo más cercano con prácticas corruptas.
Durante la rueda de prensa posterior a la reunión con Zelenski, dos periodistas plantearon preguntas incisivas sobre el informe de la UCO, que documenta cómo Cerdán y su familia se beneficiaron de contratos del Ministerio de Transportes adjudicados a la empresa Acciona.
“¿Cómo es posible que nadie supiese nada en todo este tiempo?”, cuestionó una periodista, mientras Sánchez, visiblemente incómodo, intentaba desviar la atención.
En un momento clave, el presidente se vio obligado a abandonar la sala, dejando a los presentes con una imagen que seguramente generará debate durante los próximos meses.
El informe de la UCO no solo señala a Cerdán, sino que también menciona la implicación de su familia en la trama.
Según las investigaciones, su esposa, hermana y cuñado recibieron beneficios económicos de la cooperativa Servinabar, una empresa que supuestamente estaba en el centro de la corrupción.
La UCO ha establecido que Cerdán utilizaba medidas de seguridad extremas para evitar dejar rastro en sus reuniones con otros implicados en la trama, incluyendo el apagado de teléfonos móviles y el uso de aplicaciones de mensajería encriptada.
El contexto de estas revelaciones es preocupante. Desde que Cerdán asumió el cargo de secretario de organización del PSOE en 2021, se ha visto envuelto en una serie de escándalos que han puesto en entredicho la integridad del partido.
La UCO ha documentado que Cerdán mantuvo encuentros clandestinos en la sede del PSOE, donde, según el informe, se discutía el reparto de comisiones ilegales a cambio de adjudicaciones de obras.
“Las mordidas se negociaban en la sede del Partido Socialista”, se afirma en el informe, lo que plantea serias dudas sobre la transparencia del partido.

La situación se complica aún más con la reciente detención de Coldo García, otro de los implicados en la trama, quien, según se informa, tenía una relación cercana con Cerdán.
La Guardia Civil ha indicado que Cerdán y García operaban como enlaces entre el Ministerio de Transportes y la constructora Acciona, gestionando las comisiones que se recibían a cambio de contratos públicos.
“El presidente del Gobierno ha recibido en el Palacio de la Moncloa al presidente ucraniano Zelenski, y en la rueda de prensa que han dado ha pasado algo que el presidente del Gobierno español no ha sabido gestionar muy bien”, comentaba un analista político, evidenciando la tensión en el aire.
A medida que se desvela la magnitud de este escándalo, la población española se pregunta por qué no se ha producido una reacción más contundente ante la corrupción dentro del propio Gobierno.
“¿Por qué España aguanta esto?”, se cuestionaba un comentarista en redes sociales, señalando la aparente falta de movilización ciudadana frente a lo que muchos consideran una de las crisis de corrupción más graves en la historia reciente del país.
Las cifras son igualmente alarmantes. Según el informe, la cooperativa Servinabar recibió más de 379,000 euros en contratos públicos, de los cuales una parte significativa terminó en manos de la familia de Cerdán.
Además, se ha documentado que la esposa de Cerdán utilizó tarjetas de crédito vinculadas a la empresa para gastos personales, lo que plantea serias dudas sobre la ética y la legalidad de sus acciones.

En respuesta a las acusaciones, Sánchez ha intentado mantener una postura de colaboración con la justicia, afirmando que el Gobierno ha asumido todas las responsabilidades políticas.
“Hemos actuado de manera contundente y vamos a esperar efectivamente al desarrollo de esas investigaciones judiciales”, declaró el presidente, aunque sus palabras son recibidas con escepticismo por muchos ciudadanos que ven en sus acciones una falta de transparencia.
El escándalo de Cerdán no solo afecta al PSOE, sino que también tiene repercusiones para el Gobierno de Sánchez en su conjunto.
A medida que se desarrollan las investigaciones, la presión sobre el presidente para que rinda cuentas aumenta, especialmente en un momento en que la confianza pública en las instituciones está en niveles bajos.
La imagen de un presidente que huye de las preguntas sobre corrupción, especialmente durante una visita de un líder internacional, es un golpe duro para su credibilidad.
En conclusión, el informe de la UCO sobre Santos Cerdán y su implicación en una trama de corrupción ha sacudido los cimientos del PSOE y del Gobierno español.
A medida que se desvelan más detalles sobre esta situación, la ciudadanía permanecerá atenta a las acciones que se tomen y a la forma en que los líderes políticos responderán a estas acusaciones.
La lucha contra la corrupción en España está lejos de terminar, y la presión sobre el Gobierno para actuar con transparencia y responsabilidad es más fuerte que nunca.
