La senadora mexicana Lili Téllez ha arremetido con enorme dureza contra el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, al exigir públicamente su expulsión inmediata de México.

La senadora mexicana Lili Téllez ha lanzado un contundente ataque contra el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, exigiendo su expulsión inmediata de México.
En un video que se ha viralizado en redes sociales, Téllez ha afirmado que Iglesias “viene ilegalmente a meterse a hacer política y, sobre todo, a hacer daño a México”.
Estas declaraciones han encendido un intenso debate político en el país, generando reacciones tanto de apoyo como de oposición entre los diferentes sectores de la política mexicana.
Téllez, quien ha sido una figura prominente en el Senado y ha ganado notoriedad por sus posturas firmes, no ha escatimado en palabras al describir a Iglesias.
“Es una persona perversa de la izquierda más radical”, ha declarado, culpándolo de promover ideas que, según ella, han “hundido al país” y dejado a muchos ciudadanos sin acceso a servicios médicos.
La senadora ha enfatizado la necesidad de que los mexicanos “ubiquen a este tipo Pablo Iglesias”, subrayando que lo considera un riesgo político importado.
La senadora ha anunciado que pronto publicará una serie de videocolumnas para “explicar quién es Pablo Iglesias” y alertar a la población sobre lo que considera su verdadera naturaleza ideológica.
En su declaración, Téllez ha insistido en que “los extranjeros tienen prohibido inmiscuirse en eventos políticos y electorales de México”,
una frase que apunta directamente a la actividad que Iglesias ha desplegado en el país, donde ha inaugurado nuevas oficinas de Canal Red en Ciudad de México, su plataforma mediática lanzada en 2023 tras su salida de la política institucional en España.
La llegada de Iglesias a México ha sido interpretada por muchos críticos como un intento de ampliar su influencia en un contexto latinoamericano donde la izquierda radical tiene un peso relevante, similar a lo que ocurre en países como Venezuela y Cuba.
La senadora Téllez ha resaltado que “no se puede permitir que individuos como Iglesias vengan a interferir en nuestra política”, sugiriendo que su presencia podría tener consecuencias en una escena política ya de por sí polarizada.
Las reacciones a las declaraciones de Téllez han sido variadas. Algunos líderes políticos han expresado su apoyo a la senadora, resaltando la importancia de proteger la soberanía nacional frente a lo que consideran injerencias extranjeras.
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha comentado: “Es crucial que los países de América Latina mantengan su autonomía y no se dejen influenciar por ideologías que han fracasado en otros lugares”.
Por otro lado, figuras del ámbito político más afín a Iglesias han defendido su derecho a expresar sus ideas en México, argumentando que la libertad de expresión debe prevalecer.

El debate ha tomado tintes aún más intensos con la aparición de otros líderes políticos. Santiago Abascal, presidente de VOX, ha respaldado las palabras de Téllez, afirmando que “la injerencia de políticos extranjeros en asuntos nacionales es inaceptable”.
En contraste, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, ha instado a la calma, sugiriendo que “el diálogo y la cooperación son esenciales entre naciones, y que la política no debe ser un campo de batalla”.
Los críticos de Téllez han cuestionado la veracidad de sus afirmaciones, argumentando que Iglesias ha venido a México en un marco legal y que su presencia no debería ser motivo de alarma.
“La política es un espacio de intercambio de ideas, y Pablo Iglesias tiene todo el derecho a participar en el debate”, ha declarado Irene Montero, actual ministra de Igualdad y excompañera de Iglesias en Podemos.
Esta respuesta ha generado tensiones adicionales, evidenciando la polarización existente en la política mexicana.
En medio de esta controversia, el papel de los medios de comunicación también ha sido objeto de escrutinio. Canal Red, la plataforma mediática de Iglesias, ha logrado convertirse en un medio rentable en poco tiempo, gracias al crowdfunding y a sus suscriptores.
Sin embargo, la denuncia de Téllez ha puesto en el centro del debate la actividad política de Iglesias en México y las sospechas sobre su verdadero papel en el país.
“No se trata solo de un medio de comunicación, sino de una herramienta para influir en la política de otros países”, ha argumentado Téllez.
Mientras tanto, la comunidad política mexicana se pregunta sobre los límites legales de la actividad de Iglesias en el país.
Observadores han señalado que su presencia y la de sus colaboradores en tertulias de cadenas públicas podrían estar cruzando fronteras que deberían mantenerse intactas.
“Es fundamental que se respete la ley y que se evite cualquier tipo de injerencia que pueda alterar el orden político en México”, ha afirmado Gabriel Rufián, portavoz de ERC.
El tono contundente de las palabras de Téllez ha provocado una avalancha de reacciones, muchas de ellas respaldando su preocupación por la injerencia extranjera.
La senadora ha dejado claro que su lucha es por la defensa de la soberanía mexicana y que no permitirá que figuras como Iglesias se conviertan en actores relevantes en la política nacional.
“No podemos permitir que se repita la historia de otros países que han caído en manos de ideologías extremas”, ha concluido.
En conclusión, la exigencia de la senadora Lili Téllez de expulsar a Pablo Iglesias de México ha abierto un nuevo capítulo en el debate sobre la injerencia política extranjera en el país.
Con un trasfondo de polarización y tensiones políticas, la situación sigue evolucionando, dejando en el aire preguntas sobre el futuro de la política mexicana y el papel de figuras internacionales en su desarrollo.