En Europa la organización está ganando presencia. El hecho más destacado fue el asesinato de Ivan Voronych, coronel del Servicio de Seguridad ucraniano (SBU).

La Policía Nacional, en colaboración con Europol, ha desarticulado la primera célula española del grupo neonazi ‘The Base’, tras detectar planes de atentado inminentes en Castellón.
Los tres miembros detenidos, de edades y funciones diferenciadas, habían ideado un ataque inspirado en el modus operandi de Brendon Tarrant en Christchurch, Nueva Zelanda, en 2019, donde el supremacista asesinó a 51 personas en una mezquita y dejó heridas a otras 40.
La rápida actuación policial se produjo tras una comunicación interceptada de uno de los miembros más jóvenes con Rinaldo Nazzaro, líder internacional de la organización, residente en San Petersburgo, que aceleró la detención ante la certeza de que la célula iba a actuar de manera inmediata.
Las investigaciones revelan que el grupo contaba con base logística y armamento operativo, incluyendo nueve armas —dos de fuego—, munición, armas blancas, equipamiento táctico y documentación de ideología supremacista, además de material propagandístico nazi.
Los detenidos habían organizado la célula siguiendo una estructura jerárquica estricta: el miembro de mayor edad se encargaba de la captación de nuevos integrantes, aplicando un sistema muy exigente para evitar infiltraciones, mientras que los miembros más jóvenes gestionaban la conexión segura con otros miembros de ‘The Base’ en Rusia y en países europeos, mediante redes sociales y sistemas encriptados.

‘The Base’ es un grupo supremacista y aceleracionista de extrema derecha, declarado organización terrorista en 2018 tras una operación del FBI que condujo a la detención de varios miembros prominentes.
Su ideología se fundamenta en la creencia de un plan de disolución de la raza blanca, inspirado en los Diarios de Turner de David Lane.
Su objetivo es generar caos mediante el uso de la violencia y provocar un conflicto civil que permita eliminar a los colectivos que consideran enemigos, incluyendo musulmanes, judíos y miembros de otras razas.
El grupo utiliza como símbolo una runa eif blanca sobre fondo negro, heredada de la simbología nazi durante el Holocausto.
El líder internacional de ‘The Base’, Rinaldo Nazzaro, es un estadounidense con formación en Filosofía, excontratista del Pentágono y miembro del Departamento de Seguridad Nacional.
Tras trasladarse a San Petersburgo en 2017, Nazzaro se casó con una ciudadana rusa y consolidó la estructura del grupo a nivel global.
Su proyecto inicial consistía en crear un “etnoestado” blanco mediante la adquisición de terrenos en Washington, denominados ‘The Base LTD’, que funcionaron como campos de entrenamiento para los miembros de la organización.
La célula española mantenía contacto directo con él, garantizando la alineación de sus planes con la estrategia global de la organización.
En Europa, ‘The Base’ ha incrementado su presencia en los últimos años, con especial actividad en Ucrania, donde ha aprovechado el conflicto para perpetrar ataques incendiarios contra infraestructuras críticas y realizar actos violentos que buscan desestabilizar el país.
Uno de los episodios más destacados fue el asesinato de Ivan Voronych, coronel del Servicio de Seguridad ucraniano (SBU), reivindicado por una célula ucraniana de ‘The Base’.
La organización ha actuado en múltiples países europeos: en septiembre de 2024 fueron detenidos tres miembros en Países Bajos, de 16, 19 y 24 años, y un ciudadano rumano de 20 años fue arrestado en Italia.
La Policía Nacional había monitoreado de manera constante la actividad de la célula española desde meses atrás, detectando indicios de que estaban en una fase avanzada de planificación, con armamento, logística y objetivos concretos para perpetrar un atentado de gran magnitud.
La coordinación con Europol permitió ejecutar una operación precisa, asegurando que los integrantes no lograran materializar sus planes y evitando así un potencial atentado de consecuencias catastróficas.
Durante la redada, los agentes incautaron también parafernalia nazi, documentos operativos, material de comunicación cifrada y registros de contacto con otras células internacionales.
Los expertos en terrorismo advierten que ‘The Base’ representa un riesgo creciente en Europa debido a su estructura descentralizada, el uso de redes sociales encriptadas y la capacidad de captar jóvenes con alto manejo tecnológico.
La estrategia del grupo combina ideología supremacista, aceleracionismo y planificación operativa, lo que lo convierte en una de las organizaciones extremistas de extrema derecha más peligrosas a nivel internacional.
Las autoridades subrayan que la detección temprana de esta célula española es un ejemplo de la importancia de la cooperación internacional en la prevención del terrorismo de extrema derecha.
Durante la operación, las autoridades hicieron hincapié en que la célula planeaba replicar el ataque de Christchurch, seleccionado objetivos específicos y zonas donde podrían causar un gran impacto civil.
Según fuentes de la investigación, los miembros de la célula habían desarrollado un plan detallado y se encontraban en fase de adquisición de recursos y coordinación para ejecutarlo en un plazo muy corto.
La rapidez de la intervención policial impidió que el grupo llevara a cabo acciones que podrían haber tenido graves consecuencias para la seguridad pública.

En palabras de un portavoz de la Policía Nacional: “La colaboración con Europol ha sido clave para desarticular esta célula antes de que pudiera actuar.
Contábamos con información suficiente sobre sus intenciones, armamento y contactos internacionales, lo que nos permitió anticiparnos y proteger a la ciudadanía”.
La operación también demuestra la eficacia de los sistemas de inteligencia y monitorización de redes encriptadas para prevenir actos terroristas de alto riesgo.
La actuación en Castellón marca un hito al tratarse de la primera célula activa de ‘The Base’ en España.
Su desarticulación se suma a la lucha contra el terrorismo neonazi en Europa y pone de relieve la necesidad de mantener un seguimiento continuo de las organizaciones extremistas.
La Policía Nacional insiste en que los detenidos están a disposición judicial y que la investigación continúa para determinar si existían más cómplices o elementos logísticos que podrían haber facilitado los atentados.
En resumen, la operación contra la célula española de ‘The Base’ en Castellón evidencia que la amenaza del extremismo de extrema derecha sigue presente en Europa y que la cooperación internacional y la monitorización constante son esenciales para prevenir ataques de gran envergadura.
La detención de los tres miembros, el decomiso de armas y documentación, y la neutralización de sus planes inminentes constituyen un ejemplo claro de cómo la coordinación policial puede evitar tragedias que de otra manera podrían haber replicado la violencia de Christchurch en España.
