Trump estalla contra Greta Thunberg y la acusa de “estar muy loca” por su participación en la flotilla pro-Hamás

Donald Trump ha arremetido con dureza contra Greta Thunberg, calificándola de “loca” y “alborotadora con problemas de ira” por su participación en una flotilla pro-Hamás interceptada por Israel.

 

Trump arremete contra Greta Thunberg por la flotilla a Gaza: “Es una  alborotadora, necesita un doctor” – RTP

 

Donald Trump ha vuelto a hacer temblar la escena internacional con unas declaraciones que, fiel a su estilo, han incendiado el debate político y mediático.

El expresidente de Estados Unidos, conocido por su tono combativo y su desprecio hacia los movimientos ecologistas, ha arremetido con dureza contra la activista sueca Greta Thunberg,

a quien ha tachado de “alborotadora con problemas de ira” tras su participación en la llamada flotilla pro-Hamás.

Desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, Trump no se contuvo: “Ella está muy loca, ¿sabes? Ya no le interesa el medio ambiente. Ahora está en esto. Tiene problemas para controlar su ira. Creo que debería ir al médico”.

Las palabras de Trump llegan después de que Thunberg participara en el barco Madleen, interceptado en aguas internacionales por fuerzas israelíes y conducido a puerto bajo sospecha de colaborar con una operación pro-Hamás.

En la embarcación viajaban también la eurodiputada Rima Hassan y el activista español Sergio Toribio, ambos detenidos durante más de 48 horas.

La presencia de la joven sueca, convertida en icono mundial del activismo climático, en un navío asociado a una causa de carácter político y bélico ha provocado un terremoto mediático.

 

Donald Trump arremetió contra Greta Thunberg: “Es una alborotadora, debería  ir al médico”

 

Las redes sociales ardieron en cuestión de minutos.

Mientras algunos la defendían como una activista comprometida con los derechos humanos y la causa palestina, otros la señalaban como una figura “radicalizada” que habría traicionado su mensaje original de defensa del planeta.

Trump, siempre atento a la oportunidad de golpear a sus viejos adversarios, no perdió tiempo en aprovechar el momento.

“Greta solía hablar de árboles y océanos, ahora va en barcos de guerra. Es una provocadora, no una ambientalista”, dijo entre risas, en un tono que mezclaba burla y desprecio.

Esta no es la primera vez que el expresidente estadounidense lanza dardos contra Thunberg.

Su enfrentamiento se remonta a 2019, cuando la activista fue reconocida como Persona del Año por la revista Time y Trump ironizó en Twitter diciendo que “debería relajarse e ir al cine con un amigo”.

Desde entonces, las menciones entre ambos se han convertido en una batalla de declaraciones cruzadas, cada una más provocadora que la anterior.

Sin embargo, esta vez el contexto es distinto. La situación en Oriente Medio, marcada por la guerra y las tensiones diplomáticas, ha elevado el tono de las acusaciones, dotándolas de un peso político y simbólico mucho mayor.

 

VIDEO: Trump arremete contra Greta Thunberg por la flotilla; "es una  alborotadora. Debe ir al médico" | El Universal

 

Mientras tanto, desde su círculo más cercano, Thunberg se ha mantenido en silencio. Ninguna declaración oficial ha sido emitida por su equipo, pero las imágenes del arresto temporal de la activista y su posterior liberación han circulado ampliamente.

En ellas, se la ve seria, serena, con el mismo gesto desafiante que mostró en la ONU hace años cuando acusó a los líderes mundiales de “robarle su infancia”.

Sin embargo, la narrativa ha cambiado: de la adolescente que inspiraba esperanza global a la joven que ahora genera división y controversia.

Trump aprovechó también su comparecencia para referirse a la situación diplomática entre Israel y Hamás, tema que domina las portadas desde hace semanas.

En un tono sorprendentemente conciliador, aseguró que las negociaciones de paz “avanzan bien” y que “ambas partes están mostrando una actitud positiva”.

Según explicó, su plan contempla la liberación de todos los rehenes israelíes, vivos o muertos, a cambio de la excarcelación de cientos de prisioneros palestinos, junto con un alto el fuego inmediato y la creación de un Gobierno de transición en Gaza.

“Netanyahu está siendo muy razonable, y Hamás, al menos por ahora, se está comportando correctamente”, añadió el mandatario, intentando proyectar una imagen de mediador global.

 

Trump recomienda a Greta Thunberg curso para "controlar la ira"

 

El contraste entre este tono moderado y su ataque virulento contra Thunberg no ha pasado desapercibido.

Para muchos observadores, Trump sigue utilizando a la activista como un símbolo de todo lo que desprecia: el ecologismo militante, el progresismo juvenil y la crítica global al poder establecido.

“Puedes quedártela”, ironizó al final de su intervención, dejando entrever que para él, Greta ya no representa un desafío político, sino una caricatura de su propio fracaso mediático.

Sin embargo, la cuestión de fondo va más allá del enfrentamiento personal. La implicación de Thunberg en la flotilla pro-Hamás plantea interrogantes sobre los límites del activismo.

¿Dónde termina la defensa de los derechos humanos y dónde empieza la militancia política?

La joven sueca, que ha construido su reputación sobre la base de la urgencia climática, parece ahora embarcarse en causas que desbordan su campo original, ampliando su discurso a conflictos geopolíticos complejos y moralmente ambiguos.

Para Trump, ese salto es imperdonable. “Ella no tiene ni idea de lo que pasa allí. Solo quiere atención”, insistió ante los periodistas. “Si realmente le importara la paz, no estaría del lado de terroristas”.

Su tono, entre la indignación y la burla, reforzó el mensaje que lleva años repitiendo: que el movimiento ambientalista es, en su opinión, una “moda política” más que una cruzada moral.

 

Trump arremete contra Greta Thunberg y la tilda de “alborotadora” y “muy  loca” por su activismo a favor de Palestina

 

Mientras tanto, los aliados de Thunberg argumentan que su implicación demuestra coherencia con su visión global del mundo, donde la justicia climática y la justicia social son inseparables.

En su entorno más cercano aseguran que la activista “no apoya el terrorismo” y que su participación en la flotilla fue “un acto humanitario” destinado a denunciar el bloqueo de Gaza.

Sin embargo, el daño a su imagen pública parece inevitable: cada gesto, cada palabra y cada aparición se convierten en munición para sus críticos.

El episodio se suma a una larga lista de enfrentamientos entre Trump y figuras del activismo progresista. Pero esta vez, la batalla parece más profunda. No es solo una guerra de declaraciones: es un pulso entre dos visiones del mundo.

De un lado, el exmandatario que busca recuperar el poder apelando al nacionalismo, el pragmatismo económico y el rechazo a la “agenda verde”. Del otro, una generación de activistas que ve en la crisis climática y humanitaria un mismo enemigo común: la indiferencia.

La imagen final es, como siempre con Trump, explosiva. En su intento por desacreditar a Greta Thunberg, ha vuelto a situarse en el centro del huracán mediático.

Sus palabras han recorrido titulares, sus frases han llenado tertulias y su nombre vuelve a dominar la conversación internacional. “Está muy loca”, dijo, y el mundo volvió a escucharlo.

Porque si algo sabe hacer Donald Trump, es convertir cualquier polémica en espectáculo. Y esta vez, el escenario ha sido nada menos que el tablero global, con una joven activista, un conflicto bélico y una dosis inagotable de drama político.

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