Inma (46) y Fausti (50) protagonizan una cita memorable en First Dates, marcada por un inesperado cortazo que sorprendió a todos.

Las citas pueden ser impredecibles, y lo que parece un encuentro normal puede transformarse en un auténtico espectáculo de emociones.
Esto quedó claro en la última emisión de First Dates, cuando Inma, de 46 años, y Fausti, de 50, protagonizaron una cita que sorprendió a todos.
Lo que comenzó como un encuentro lleno de nervios y expectativas terminó con un “cortazo” inesperado que mantuvo a la audiencia en vilo. ¿Qué sucedió realmente entre ellos y cómo lograron salvar la tensión para encontrar un posible romance?
La cita empezó con la típica mezcla de nervios y curiosidad. Inma llegó con la intención de conocer a alguien especial y, desde el primer momento, dejó claras sus expectativas.
“Espero encontrar a alguien de Valencia, alto, con pelo y dientes”, confesó con humor, mostrando que buscaba algo más que una conversación superficial.
Fausti, organizador de citas y habituado a emparejar a otros, respondió con simpatía y un toque de confianza, demostrando que él también buscaba una conexión auténtica.
El encuentro, sin embargo, dio un giro inesperado cuando la conversación se centró en el trabajo de Fausti. “Trabajo con un socio”, comentó él, y la respuesta de Inma no se hizo esperar: “Bueno, tu socio no me gusta”.
Lo que parecía un comentario en broma se transformó en un momento de tensión. Fausti, sorprendido, intentó suavizarlo, pero Inma se puso a la defensiva.
“Ese comentario está fuera de lugar”, replicó, dejando claro que no estaba dispuesta a aceptar comentarios que pudieran incomodarla, aunque fueran en tono humorístico.

A partir de ese instante, la cita se convirtió en un tira y afloja cargado de humor, tensión y revelaciones personales. Fausti intentó conectar a un nivel más profundo y expresó: “Quiero que esa mujer me quite el iPod, que me quite la noción del tiempo”.
Inma, firme y directa, respondió con la claridad que la caracteriza: “Una relación es muy aburrida con alguien que siempre dice que sí”. Este intercambio dejó claro que ambos buscaban autenticidad y no estaban dispuestos a ceder ante la primera fricción.
Durante la cena, surgieron conversaciones más personales. Fausti le compartió a Inma su experiencia como organizador de citas y su dificultad para encontrar pareja, lo que generó un contraste curioso:
alguien experto en emparejar a otros pero sin éxito en su vida amorosa. Inma, escéptica pero interesada, comentó: “Es un poco cuestionable que él no tenga pareja”.
Esta interacción permitió que ambos mostraran vulnerabilidades, creando un vínculo más genuino que traspasó la superficie del entretenimiento televisivo.
El punto culminante de la cita llegó cuando Fausti decidió leerle un poema. “Tengo tus sueños guardados junto a mi corazón. Todos tus rincones serán míos. Sueño con amarte hasta que tus ojos llamen a la puerta del paraíso”, recitó con emoción.
Inma, aunque inicialmente cautelosa, respondió con un tímido elogio: “Gracias, muy bonito”, lo que evidenció un cambio en la percepción de la cita. A pesar del cortazo inicial, la poesía logró suavizar la tensión y acercar a ambos protagonistas.

Sin embargo, la química entre ellos no estuvo exenta de desafíos. Inma, con su carácter fuerte y sentido del humor, comentó que esperaba que la próxima vez el poema incluyera su nombre y apellido, un gesto que subrayaba su deseo de autenticidad y exclusividad.
Fausti, siempre dispuesto a adaptarse, tomó la observación con naturalidad y bromeó sobre su necesidad de ser más específico en sus expresiones de afecto.
Este intercambio reflejó la complejidad de las relaciones humanas: el equilibrio entre atracción, respeto y comunicación efectiva.
A lo largo de la cita, Inma mostró su personalidad directa y aventurera.
“Soy una persona muy trabajadora, tengo mucho carácter, soy abierta, simpática y extrovertida”, explicó, dejando claro que buscaba alguien que no solo la acompañara sino que también pudiera sostener su energía y entusiasmo.
Fausti, por su parte, mantuvo un enfoque paciente y observador, intentando entender las reacciones de Inma y mostrando su lado vulnerable, lo que permitió que la cita avanzara más allá de los momentos de tensión inicial.
El desenlace de la cita sorprendió incluso a los espectadores más atentos. Cuando llegó el momento de decidir si habría una segunda cita, Inma respondió con un momento de reflexión: “Déjame que me lo piense”.
La expectativa se mantuvo hasta que finalmente accedió, reconociendo que a pesar de los altibajos, existía un interés genuino.
Fausti, visiblemente emocionado, celebró la decisión, dejando entrever que la química y el respeto mutuo podían superar cualquier malentendido inicial.
Este episodio de First Dates no solo entretuvo, sino que también mostró cómo las primeras impresiones pueden ser engañosas y cómo la autenticidad y la comunicación son fundamentales para establecer un vínculo real.
La dinámica entre Inma y Fausti nos recuerda que el amor puede surgir incluso en los contextos más inesperados y que, a veces, un cortazo no significa el final, sino el inicio de algo más profundo.
La interacción entre Inma y Fausti evidenció que, más allá del formato televisivo, las relaciones humanas requieren equilibrio entre humor, sinceridad y respeto.
La combinación de carácter fuerte, vulnerabilidad y detalles personales hizo que esta cita fuera memorable, capturando la atención de la audiencia y generando conversación en redes sociales y medios especializados.
Finalmente, la cita dejó una lección clara: no todo lo que parece un obstáculo es necesariamente un freno.
El cortazo inicial de Inma fue un gesto de defensa y autenticidad, pero la disposición de ambos para comunicarse, entenderse y aceptar diferencias convirtió la situación en un momento de conexión genuina.
La química, la sinceridad y el respeto terminaron por superar cualquier malentendido, demostrando que el amor puede florecer donde menos se espera.
Con Inma y Fausti, First Dates volvió a demostrar que las relaciones humanas son complejas, impredecibles y, sobre todo, sorprendentes.
El público quedó expectante, ansioso por conocer cómo evolucionará esta conexión, recordando que, incluso en el entretenimiento televisivo, el corazón humano sigue siendo impredecible y fascinante.