Vicente Vallés revela en una entrevista sus opiniones sobre la política española, la independencia periodística y los desafíos económicos que enfrenta la juventud en España.
En una entrevista reciente, Vicente Vallés, uno de los periodistas más reconocidos de la televisión española, abrió una ventana a su mundo profesional y personal, abordando tanto su carrera como la situación política del país, sus reflexiones sobre la literatura y los desafíos que enfrenta el periodismo en la actualidad.
Vallés, que dirige y presenta informativos en Antena 3, habló con claridad y sin concesiones, ofreciendo un análisis profundo sobre la realidad política, la polarización social y los retos económicos que afectan a España, así como sobre su reciente obra literaria La caza del ejecutor.
Al iniciar la conversación, Vallés confesó con naturalidad la percepción que muchos en el ámbito político tienen de él: “No me quieren en Moncloa ni en Génova”.
La declaración refleja su independencia periodística y su disposición a criticar a distintos sectores del poder sin miedo a las repercusiones.
Según Vallés, esta postura le ha generado tensiones con figuras políticas, pero considera que es un precio inherente a la libertad de expresión y a la labor del periodismo en democracia.
En su libro, Vallés combina hechos históricos y ficción para ofrecer una narrativa que recorre escenarios internacionales y episodios políticos de gran relevancia.
Entre los escenarios descritos se encuentran Washington, Pekín, La Habana, Singapur, Dubái y las Maldivas, lugares que el periodista asegura haber visitado personalmente, buscando con ello dotar a la obra de una precisión y autenticidad difíciles de alcanzar desde la mera documentación secundaria.
“Como psicólogo de la narrativa, priorizo siempre la experiencia directa. Si he estado en un lugar, puedo transmitir su esencia al lector de manera más fiel”, explica Vallés, destacando el rigor que imprime tanto en su labor periodística como en la literaria.
La obra también aborda la política internacional y las amenazas que percibe Vallés en el escenario global. Según el periodista, la relación con potencias como Rusia, China, Corea del Norte e Irán plantea desafíos considerables para Occidente.
Vallés advierte sobre la dependencia tecnológica de España y Europa de China, señalando que las grandes empresas chinas, aunque operan en el marco del capitalismo global, dependen directamente del gobierno comunista, y la información que recaban puede terminar en manos de Pekín.
“Todo lo que esas empresas hacen en el resto del mundo, toda la información que consiguen, acaba en la mesa del presidente de China y de los responsables de los servicios de inteligencia chinos. Eso hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de tomar decisiones estratégicas”, afirmó.
Más allá de la política internacional, Vallés también analizó la situación interna española y el contexto que podría condicionar la continuidad del gobierno de Pedro Sánchez.
Según el periodista, uno de los principales desafíos que enfrenta el Ejecutivo es la presión económica sobre la población joven, marcada por altos precios de la vivienda y salarios bajos.
“Gabriel Rufián tiene razón al afirmar que este es probablemente el principal problema que puede tener el gobierno y sus aliados para mantener el poder en futuras elecciones.
No es algo que se resuelva en cinco minutos; resolver el problema de la vivienda requiere años”, señaló Vallés, comparando la situación actual con el periodo franquista, cuando se construyeron 4,5 millones de viviendas en diez años.
Vallés también destacó la polarización política que caracteriza el panorama español contemporáneo.
Explicó que los partidos tradicionales, PSOE y PP, han pasado de mirar al centro a posicionarse en extremos ideológicos, lo que ha reducido el número de votantes indecisos y ha fragmentado el electorado.
A pesar de las críticas y las dificultades, el periodista considera que Sánchez aún posee capacidad de maniobra y puede mantenerse en el poder mediante la movilización de votantes de izquierda y sectores independentistas que, según Vallés, podrían votar estratégicamente para impedir que partidos de derecha alcancen el gobierno.
En cuanto al periodismo español, Vallés señaló que la diversidad de medios y la proliferación de canales informativos son un indicador positivo de democracia.
“En Europa tenemos la suerte de disfrutar de libertades que permiten que cada cual pueda explicar la misma noticia desde un punto de vista distinto. Eso es muy valioso”, explicó.
Sin embargo, reconoció que la influencia de los medios sobre los gobiernos tiene límites: los procesos democráticos los marcan los ciudadanos con su voto, y no los medios de comunicación.
Vallés recordó casos históricos, como el Watergate en Estados Unidos, para subrayar que la erosión de un gobierno por noticias de corrupción es un proceso lento y gradual, afectado también por la economía y las decisiones políticas que impactan directamente en la vida de los ciudadanos.
El periodista también compartió reflexiones sobre su labor literaria y los motivos que lo impulsan a escribir. Aunque sus primeros libros fueron ensayos periodísticos, Vallés ha explorado la narrativa de ficción con Operación Cazán y La caza del ejecutor.
Según explicó, escribir novelas le permite profundizar en temas de relevancia política y social con libertad creativa, explorar su curiosidad y aprender sobre asuntos que desconoce. “Cuando escribes te das cuenta de tus carencias y tienes que investigar mucho.
Aprendes cosas que antes no sabías”, indicó. Además, considera la escritura como una válvula de escape frente a la limitación de espacios que impone el periodismo, donde los formatos breves obligan a sintetizar la información de manera estricta.
Entre los personajes más destacados de su novela, Vallés mencionó al coronel Brázquez, un exespía del CNI ya retirado, y episodios inspirados en investigaciones históricas, como el asesinato de John F. Kennedy, donde incorporó el análisis técnico de francotiradores profesionales para ofrecer una visión detallada y fundamentada del caso.
La combinación de realidad, investigación y ficción permite al lector adentrarse en la complejidad de la geopolítica y la inteligencia internacional.
Finalmente, Vallés reflexionó sobre el impacto del periodismo y la literatura en la sociedad. Reconoció que su labor diaria influye en la percepción de los ciudadanos, pero enfatizó que el papel del periodista no es ser el “cuarto poder” de manera absoluta.
“Decir lo que pasa y ponerlo en contexto, valorando los hechos, es la esencia del periodismo. Los ciudadanos son los que finalmente deciden”, concluyó.
La entrevista con Vicente Vallés ofrece un retrato de un periodista comprometido con la verdad, consciente de sus limitaciones y responsabilidades, capaz de conjugar rigor informativo con creatividad literaria, y con una visión crítica sobre la política española e internacional.
Su obra y su análisis continúan despertando debate, confirmando que, a pesar de las adversidades y las críticas, Vallés se mantiene como una voz influyente en el panorama mediático y literario del país.
