Victoria, una joven de 18 años, se tatuó la frase “Viva España” escrita por Santiago Abascal para mostrar su apoyo incondicional al político y celebrar su primera vez votando.

En un acto que ha causado revuelo en las redes sociales y medios de comunicación, Victoria, una joven de 18 años, decidió llevar su fervor patriótico a un nuevo nivel al tatuarse la frase “Viva España”, escrita de puño y letra por Santiago Abascal, el líder del partido Vox.

Este singular gesto no solo refleja su apoyo incondicional hacia el político, sino que también marca un hito en su vida, ya que será la primera vez que votará en unas elecciones.

La historia comenzó el pasado 6 de diciembre, cuando Victoria, acompañada de su madre Mabel, se presentó en un evento donde estaba Abascal.

Con un bolígrafo en mano, la joven le pidió al político que le firmara su nombre, pero él, sorprendido, se negó. Sin embargo, tras insistir, le dijo que escribiera lo que quisiera.

Fue entonces cuando Abascal, con un simple pero significativo gesto, escribió “VIVA ESPAÑA”. Este momento quedó grabado en la memoria de Victoria, quien decidió que ese sería el mensaje que llevaría para siempre en su piel.

“Yo le dije que quería su firma porque ya tengo la bandera de España tatuada en mi espalda. Pero él me dijo que no, que mejor escribiera lo que quisiera”, cuenta Victoria con entusiasmo.

A partir de ahí, la joven se comprometió a cumplir su palabra. “El viernes, justo antes de ir a Montijo, me lo tatué. Cuando se lo enseñé a mi madre, todavía lo tenía con el plástico. Ella no podía creerlo”, relata con una mezcla de orgullo y emoción.

Victoria, quien se define como una persona radical y extrema en sus convicciones, no tiene miedo de expresar sus opiniones. “Desde pequeña he sido así.

No me importa lo que digan los demás. Si se ríen de mí por querer saber de política, hoy en día están aquí hablando de mí”, afirma con determinación.

Para ella, el tatuaje es más que una simple decoración; es una declaración de principios. “Lo único que nos llevamos a la tumba es nuestra piel. Así que este tatuaje se quedará conmigo hasta el final”, asegura.

La joven no solo se siente orgullosa de su elección, sino que también defiende las políticas de Vox, que considera liberales y necesarias en la actualidad.

“Soy autónoma y tengo una tienda con mi madre. La situación económica es complicada, pero creo que las políticas de Vox pueden ayudar a los autónomos como nosotros”, explica.

Victoria critica la carga fiscal que enfrentan y cómo, a pesar de trabajar arduamente, gran parte de sus ingresos se destinan a impuestos.

A pesar de su juventud, Victoria tiene una visión clara sobre el futuro y la política en España. “No me arrepiento de mi tatuaje, ni de mis elecciones.

La gente dice que me puedo arrepentir cuando sea mayor, pero yo lo disfrutaré a cualquier edad. Si tengo 90 años, también lo enseñaré con orgullo”, dice con una sonrisa.

Su madre, Mabel, aunque un poco escéptica al principio, se ha mostrado comprensiva con la decisión de su hija. “A veces me dice que tengo que controlarla porque está un poco disparatada, pero yo la apoyo”, comenta.

El acto de tatuarse un mensaje político ha generado opiniones encontradas. Algunos consideran que es una muestra de devoción extrema, mientras que otros lo ven como un acto de valentía.

“No soy la única, hay más gente que siente lo mismo. Este tatuaje es solo una forma de expresar lo que siento por mi país y por Santiago Abascal”, dice Victoria, reafirmando su compromiso.

En un mundo donde las redes sociales amplifican cada gesto y cada palabra, el tatuaje de Victoria se ha convertido en un símbolo de una generación que busca hacerse escuchar.

La joven no solo lleva un mensaje en su piel, sino que también representa a muchos otros jóvenes que, como ella, buscan un cambio y una voz en la política española.

Con su tatuaje, Victoria se ha convertido en un ícono para aquellos que apoyan a Vox y a su líder. Su historia es un recordatorio de que la pasión por la política puede manifestarse de muchas formas, incluso en la piel.

“Este es mi compromiso, mi orgullo, y no me importa lo que digan. ¡Viva España!”, concluye con fervor.

Así, la historia de Victoria no solo es un relato sobre un tatuaje, sino también un reflejo de las convicciones de una joven que está lista para enfrentar el mundo y expresar su amor por su país de la manera más visible posible.