Violentos enfrentamientos en Ferraz durante una protesta: la Policía carga contra un grupo de manifestantes

Una protesta frente a la sede del PSOE en Ferraz derivó en enfrentamientos entre manifestantes y la Policía, tras insultos y provocaciones de un grupo reducido.

 

Un detenido en la protesta organizada por las juventudes de Vox frente a  Ferraz

 

Una nueva concentración frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz, en Madrid, terminó anoche con momentos de máxima tensión entre los manifestantes y los agentes antidisturbios desplegados en la zona.

Lo que comenzó como una protesta ruidosa pero pacífica derivó en enfrentamientos directos después de que un pequeño grupo de asistentes intensificara los insultos y provocaciones, generando una respuesta inmediata de la Policía Nacional.

Según testigos presenciales, varios de los manifestantes más exaltados comenzaron a proferir gritos ofensivos dirigidos tanto a agentes como a otros participantes.

“*¡Subnormal! ¡Subnormal!*”, se escuchaba repetidamente desde un sector del grupo, mientras otros coreaban consignas de tono crecientemente hostil.

Uno de los presentes relató que un asistente gritó frases de carácter xenófobo —entre ellas insultos dirigidos “a los moros”—, lo que elevó aún más la tensión entre los congregados.

Los insultos, lanzados a apenas unos metros de la línea policial, rompieron el clima previo de protesta controlada.

Los agentes, que llevaban más de una hora conteniendo la concentración mediante un cordón de seguridad, intervinieron cuando varios manifestantes comenzaron a empujar las vallas metálicas.

Un oficial, según recogieron varios vídeos difundidos posteriormente, advirtió por megafonía: “*¡Abran paso y mantengan la calma!*”.

La advertencia, sin embargo, no logró detener la escalada y minutos después se procedió a una carga puntual para dispersar al grupo más agresivo.

 

Cargas policiales y un detenido en la protesta contra Sánchez ante la sede  del PSOE

 

Las imágenes muestran empujones, golpes con defensas y varias carreras que atravesaron la calle.

Algunos manifestantes cayeron al suelo en la estampida y fueron atendidos por compañeros; no se registraron heridos graves, aunque al menos tres personas necesitaron asistencia sanitaria por contusiones, según fuentes del dispositivo de emergencias.

La Policía informó de **dos detenidos**, presuntamente implicados en “actos de desobediencia y alteración del orden público”.

En medio del caos, se escuchaban frases entrecortadas que reflejaban la confusión general. “*¡Eh, eh… vamos!*”, gritaba un agente mientras trataba de abrir un pasillo para facilitar la retirada del grupo principal.

Otro manifestante, grabado entre empujones, murmuraba palabras ininteligibles mientras pedía a otros que “se echaran hacia atrás”.

El ruido —mezcla de petardos, consignas y golpes contra las vallas— terminó por obligar a los efectivos policiales a ampliar el perímetro de seguridad para evitar nuevos incidentes.

Analistas consultados señalan que este tipo de tensiones no es nueva en Ferraz, donde en las últimas semanas se han producido varias noches de protestas, algunas de ellas con episodios de violencia.

La presión policial, indican, responde a la necesidad de evitar que pequeños grupos reorganizados provoquen disturbios que puedan extenderse a calles adyacentes.

“Una carga breve y focalizada suele ser la herramienta habitual cuando un núcleo reducido trata de romper el cordón”, señala un experto en seguridad pública, que recuerda que el uso de la fuerza debe ser “proporcional, coherente y estrictamente limitado a restaurar el orden”.

 

 

Comparado con otros episodios recientes —como las protestas de 2019 en el centro de Madrid o los disturbios por restricciones sanitarias en 2020—, la intervención de anoche fue más breve, aunque igualmente contundente en su ejecución.

A diferencia de aquellos episodios, sin embargo, la mayoría de los participantes mantuvo una actitud pacífica y se replegó rápidamente, dejando aislado al grupo que protagonizó los momentos más violentos.

Cerca de la medianoche, la Policía anunció por megafonía el fin de la concentración y despejó definitivamente la calle.

Los últimos manifestantes abandonaron la zona bajo vigilancia, mientras un pequeño grupo continuaba vociferando lemas y acusaciones contra los agentes.

“*Esto no se ha acabado*”, gritó uno de ellos antes de ser acompañado fuera del cordón por otros asistentes para evitar nuevos altercados.

La Delegación del Gobierno evalúa ahora el desarrollo de los hechos y no descarta aumentar el número de agentes en futuras convocatorias.

Entretanto, el clima político sigue elevando la tensión en las calles, donde la mezcla de frustración, discursos incendiarios y presencia de grupos radicales continúa generando un terreno propenso a estallidos como el vivido anoche en Ferraz.

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