VOX ha anunciado que presentará una solicitud judicial para registrar la sede del PSOE en Ferraz y los domicilios de varios dirigentes socialistas, tras descubrirse una supuesta copia de la contabilidad interna con pagos en metálico que podrían implicar directamente a Pedro Sánchez.
Madrid, 27 de octubre de 2025. La tensión política en España ha vuelto a alcanzar un nuevo punto de ebullición tras el anuncio de VOX.
José Antonio Fúster, portavoz nacional de la formación liderada por Santiago Abascal, compareció ante los medios con un mensaje que resonó con fuerza en todos los ámbitos del poder:
“Nuestros servicios jurídicos se presentarán hoy mismo ante el juzgado de guardia para solicitar el registro inmediato de la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid, así como de los domicilios particulares de todos los cargos socialistas que hayan podido tener acceso a la contabilidad del partido”.
El anuncio cayó como una bomba en la escena política. Según explicó Fúster, la medida busca impedir que el PSOE pueda destruir o alterar documentos que podrían comprometer directamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras revelarse que un exgerente del partido,
Mariano Moreno Pavón, habría guardado una copia íntegra de la contabilidad interna, incluyendo supuestos pagos en metálico a altos dirigentes del partido y al propio Sánchez.
“Lo que ha salido a la luz no es un rumor ni una interpretación política. Estamos hablando de registros contables, movimientos en efectivo y nombres concretos”, insistió Fúster, mientras los periodistas intentaban obtener más detalles.
“No se trata de un asunto menor. Si se confirma, estaríamos ante el mayor escándalo de corrupción política de los últimos veinte años en España”, añadió.
El ambiente en la sede de VOX, según fuentes presentes en la reunión del Comité de Acción Política celebrada esa misma mañana, era de absoluta determinación. Abascal, aunque no intervino públicamente, habría dado su respaldo total a la iniciativa.
“No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras el Gobierno destruye pruebas”, habría dicho durante el encuentro, según testigos.
El caso que ha llevado a VOX a actuar se enmarca en el conocido “caso Koldo”, una investigación que comenzó por contratos irregulares durante la pandemia, pero que ha ido destapando una red mucho más compleja de pagos en efectivo, financiación opaca y favores políticos.
En los últimos días, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil habría descubierto movimientos de dinero en sobres —por valores de hasta 95.000 euros a José Luis Ábalos y 30.000 euros a Santos Cerdán— sin respaldo documental en la contabilidad oficial del PSOE.
Ante tales revelaciones, VOX no ha querido perder ni un minuto. Fúster anunció que el partido solicitará al juzgado medidas cautelares urgentes para registrar tanto la sede de Ferraz como los domicilios de los dirigentes que hayan tenido acceso directo a los archivos contables.
“Nos preocupa que, tras la filtración de estos datos, haya un intento deliberado de eliminar pruebas. No podemos permitirlo”, afirmó el portavoz.
El movimiento llega apenas tres días antes de la comparecencia de Pedro Sánchez ante la comisión del Senado que investiga la trama de corrupción vinculada al “caso Koldo”.
El senador de VOX, Ángel Pelayo Gordillo, será el encargado de interrogar al presidente del Gobierno. Según adelantó Fúster, las preguntas no se limitarán al caso de los contratos sanitarios.
“Se le preguntará por todo: por los vínculos de su partido con la financiación irregular, por las actividades de su mujer, por el nepotismo en su entorno y por las relaciones de su Ejecutivo con la dictadura venezolana”, advirtió.
La estrategia de VOX parece clara: colocar a Sánchez contra las cuerdas en un momento en que la opinión pública muestra un creciente hartazgo hacia la corrupción política.
Los sondeos internos del partido, según fuentes cercanas, reflejan un repunte de apoyo entre votantes desencantados del PP, que ven en VOX la única oposición “frontal, sin medias tintas”.
Fúster no se limitó a anunciar medidas judiciales. En su intervención, arremetió contra lo que calificó como “el pacto de silencio entre el PSOE y el PP”, acusando a este último de haber demorado intencionadamente la citación de varios testigos clave en la comisión del Senado.
“El bipartidismo se protege a sí mismo. Son dos caras de la misma moneda. Nosotros no vamos a participar de ese teatro”, sentenció.
En el entorno del PSOE, la reacción no se hizo esperar. Fuentes de Ferraz calificaron el anuncio de VOX de “maniobra política desesperada” y aseguraron que “la contabilidad del partido está en regla y auditada”.
Sin embargo, la preocupación se percibe entre bastidores: el hecho de que un exgerente haya conservado una copia completa de los registros financieros plantea serios interrogantes sobre la seguridad interna del partido.
En la calle Ferraz, el clima era de nerviosismo. Los periodistas se agolpaban a las puertas, mientras los trabajadores del partido evitaban hacer declaraciones. “No sabemos nada, nos han pedido que no hablemos”, dijo una empleada al salir apresuradamente del edificio.
A lo largo del día, las redes sociales estallaron. El hashtag #FerrazGate se convirtió en tendencia nacional.
Simpatizantes de VOX aplaudieron la medida como “un acto de valentía”, mientras que los defensores del PSOE denunciaron una “caza de brujas” impulsada por la extrema derecha.
Mientras tanto, el Gobierno guarda silencio. Desde Moncloa se limitaron a afirmar que “el presidente está centrado en su comparecencia del martes y responderá con la transparencia habitual”.
No obstante, varios ministros evitaron responder preguntas sobre el supuesto contenido de la contabilidad paralela.
La oposición, por su parte, se muestra dividida. El PP, pese a coincidir con VOX en la crítica al Gobierno, evitó apoyar explícitamente la solicitud de registro, argumentando que “hay que dejar actuar a la Justicia”.
Una postura que, según algunos analistas, refleja el miedo de los populares a que la estrategia agresiva de VOX termine por restarles protagonismo.
En Ferraz, el PSOE refuerza su defensa legal mientras intenta controlar los daños mediáticos.
Pero el movimiento de VOX ha logrado algo que parecía imposible hace apenas una semana: colocar la palabra “corrupción” junto al nombre de Pedro Sánchez en el centro del debate político.
“Esto no se va a quedar aquí”, concluyó Fúster al final de su comparecencia. “Vamos a llegar hasta el final. Si el PSOE no tiene nada que ocultar, que abra sus puertas. Pero si las tiene, España lo sabrá”.
Y con esas palabras, la tormenta política quedó oficialmente desatada. Los próximos días prometen ser de alta tensión en el panorama español: registros, comparecencias, acusaciones cruzadas y un clima cada vez más enrarecido entre el Gobierno y la oposición.
Mientras tanto, en Ferraz, el eco de las palabras de VOX resuena con fuerza, y la sombra de la sospecha comienza a oscurecer los pasillos del poder.
