El presentador de TVE, Xabier Fortes, intentó cuestionar el legado histórico de España durante una entrevista con el historiador mexicano Juan Miguel Zunzunegui, pero fue desacreditado en directo.
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El plató de Televisión Española se convirtió en el escenario de un enfrentamiento histórico que no pasará desapercibido.
Xabier Fortes, conocido por sus intervenciones polémicas y su estilo provocador, intentó cuestionar el legado de España en América durante una entrevista con el historiador y escritor mexicano Juan Miguel Zunzunegui.
Lo que prometía ser un debate más se transformó en un auténtico revés para el presentador, que vio cómo sus argumentos eran desmontados uno a uno en tiempo real, ante la mirada atónita de los espectadores.
El momento más explosivo llegó cuando Fortes lanzó su pregunta con intención de sembrar polémica: “¿No se esclavizó a la población americana?”, insinuando que los conquistadores españoles habían sometido a los pueblos indígenas a abusos sistemáticos.
La respuesta de Zunzunegui fue inmediata y rotunda: “Jamás existió la esclavitud en América.
Isabel la Católica la prohibió en 1504 y nunca hubo esclavitud indígena bajo dominio español”. La claridad del historiador dejó al presentador sin palabras, evidenciando una desconexión entre la narrativa que Fortes pretendía imponer y la realidad histórica.
Pero la intervención no se limitó a negar la supuesta esclavitud. Zunzunegui continuó explicando cómo la llegada de los españoles propició un desarrollo económico sin precedentes en América:
la implantación de la minería, la agricultura a gran escala y la cantería fueron actividades que transformaron el continente, beneficiando tanto a los colonizadores como a las comunidades locales.
Cada argumento del historiador actuó como un golpe certero, desmontando con precisión los intentos de Fortes por alimentar la llamada “leyenda negra” de España.
El intercambio no tardó en viralizarse en redes sociales. Miles de usuarios compartieron fragmentos del programa, comentando la contundencia del historiador mexicano y criticando la postura del presentador.
Mensajes como “Zunzunegui deja con la boca abierta a Fortes” o “Vaya lección de historia frente a la manipulación mediática” inundaron plataformas como Twitter, reflejando el impacto del debate.
Muchos espectadores cuestionaron el uso del dinero público para sostener programas en los que se difunden relatos parciales o distorsionados de la historia española.

La entrevista también sirvió para que Zunzunegui denunciara un fenómeno educativo en México: la enseñanza de un odio sistemático hacia España y su pasado común con América.
“En México nos enseñan a odiar a España y nuestro pasado”, afirmó, señalando cómo la narrativa histórica puede ser utilizada con fines políticos o ideológicos, manipulando la percepción de generaciones enteras.
Este comentario provocó un momento de tensión palpable en el plató, donde el presentador se vio incapaz de rebatir la afirmación con argumentos sólidos.
El debate dejó en evidencia varias cuestiones: la necesidad de una enseñanza histórica equilibrada, el peligro de la manipulación mediática y la importancia de contrastar la información, especialmente en espacios financiados con recursos públicos.
Fortes, con su estilo incisivo, pretendía provocar polémica y cuestionar el legado español en América, pero se encontró con un interlocutor preparado, con conocimiento profundo y capaz de exponer la verdad histórica con firmeza.
El revuelo generado en redes no solo refleja la viralidad del momento, sino también la sensibilidad del tema. La memoria histórica, el papel de España en América y la interpretación de la colonización siguen siendo asuntos que despiertan debates apasionados.
Sin embargo, la claridad de Zunzunegui aporta un soplo de objetividad y rigor académico que contrasta con la tendencia de algunos medios a presentar historias parciales.

Para Televisión Española, este episodio supone un desafío reputacional. Los espectadores exigen rigor y veracidad en los contenidos, especialmente cuando se trata de programas culturales o históricos.
La utilización de la televisión pública para cuestionar a España sin evidencia sólida ha generado críticas que podrían tener consecuencias en la confianza del público hacia la cadena.
La figura de Fortes, ya polémica por anteriores intervenciones, se ve nuevamente cuestionada.
Además, el debate plantea un tema más amplio: cómo los medios de comunicación pueden influir en la percepción histórica de la ciudadanía.
Cuando un presentador con plataforma nacional cuestiona hechos históricos sin base, corre el riesgo de difundir desinformación y de reforzar estereotipos o mitos que afectan la comprensión del pasado.
La intervención de Zunzunegui demuestra que la historia puede defenderse con hechos, datos y análisis crítico, incluso frente a la presión mediática.
El episodio también deja lecciones sobre el poder del diálogo académico. La forma en que Zunzunegui expuso los hechos demuestra que la educación y el conocimiento son armas efectivas contra la manipulación mediática.
Su intervención fue precisa, basada en documentación histórica y presentada con un ritmo que capturó la atención del público.
Cada respuesta no solo desacreditó las afirmaciones de Fortes, sino que ofreció al espectador herramientas para cuestionar relatos parciales y buscar información fiable.

En conclusión, la entrevista entre Xabier Fortes y Juan Miguel Zunzunegui se ha convertido en un caso emblemático de cómo la verdad histórica puede imponerse sobre la narrativa sesgada.
El episodio demuestra que, incluso en los platós televisivos, el rigor académico puede prevalecer sobre la provocación y el sensacionalismo.
La lección es clara: la historia no se negocia, y los hechos, cuando se presentan con claridad y documentación, tienen la fuerza de desmontar cualquier intento de manipulación.
Este enfrentamiento en directo quedará registrado como un ejemplo de cómo un historiador puede exponer con valentía la verdad frente a quienes buscan distorsionarla, recordando a los espectadores que la memoria histórica requiere respeto, análisis crítico y evidencia rigurosa.
La discusión no solo fue sobre hechos del pasado, sino sobre el papel de los medios en la construcción de la percepción pública y la responsabilidad que implica informar con veracidad.
En definitiva, lo ocurrido en TVE no es un simple episodio televisivo, sino un recordatorio de que la historia es viva y que quienes la estudian y enseñan tienen un papel fundamental en protegerla frente a la manipulación y la desinformación.
El revés de Fortes frente a Zunzunegui servirá para muchos como ejemplo de que la objetividad y el rigor académico siempre pueden superar la polémica mediática, incluso en espacios con enorme alcance y proyección nacional.