Carlos Alsina critica duramente la incoherencia de Yolanda Díaz, señalando la contradicción entre su retórica pro-saharaui y el apoyo de su propio Gobierno a Marruecos.

En un reciente análisis incisivo, el periodista Carlos Alsina ha puesto en tela de juicio la autenticidad de Yolanda Díaz, la vicepresidenta del Gobierno español, respecto a su postura sobre el conflicto del Sáhara Occidental.

En su programa “Más de Uno” en Onda Cero, Alsina no escatimó en críticas, desnudando lo que considera una incoherencia flagrante entre las palabras de Díaz y las acciones de su propio Gobierno.

“Lo que hemos visto es un espectáculo digno de un concurso de canción ligera”, comenzó Alsina, aludiendo a la intervención poética que Díaz compartió en redes sociales el mismo día en que el Gobierno español mantenía una reunión de alto nivel con Marruecos.

El periodista, con su característico tono irónico, leyó un fragmento del poema saharaui que Díaz había recitado: “La inclemente soledad del desierto donde el sol golpea sin tregua… siempre resolvemos qué hacer. Es bonito, es bonito…”.

La burla era evidente. “Quizás debería haberlo dicho con un poco más de pausa, pero ahora es tiempo de TikTok”, añadió, subrayando la falta de seriedad en el discurso de la vicepresidenta.

La crítica de Alsina se centró en la percepción de que la actuación de Díaz es más una pose política destinada a agradar a sus seguidores que un verdadero compromiso con la causa saharaui.

“Es surrealista que intentes apropiarte de un tono épico mientras tu Gobierno respalda la hoja de ruta de Marruecos”, afirmó.

Este comentario resuena con los sentimientos de muchos que ven en la postura de Díaz una contradicción insalvable.

El punto culminante de la crítica llegó cuando Alsina destacó un desliz de Díaz: “Hoy se celebra una reunión de alto nivel”, dijo ella, omitiendo las palabras cruciales “entre dos gobiernos”. “Te has saltado dos palabras”, remarcó Alsina con contundencia.

“Quien se reunió ayer con el gobierno de Marruecos fue el gobierno de España, el tuyo, con opacidad plena, dejando fuera a la prensa”.

Esta observación pone de manifiesto la falta de transparencia en las decisiones del Ejecutivo, en contraposición a la imagen de defensora del Sáhara que Díaz intenta proyectar.

La incoherencia de Díaz no solo se limita a su retórica, según Alsina. “Estás tan comprometida con el Sáhara que tu gobierno hace manitas con Mohamed VI… y tú lees un poema, pero ni te planteas salir del gobierno de coalición”, sentenció.

Esta afirmación refleja una crítica más amplia a la falta de acción concreta por parte de la vicepresidenta, quien parece más interesada en mantener su puesto en el Gobierno que en tomar una postura firme y coherente respecto a la situación del Sáhara.

“Tu discurso moral es incompatible con tu permanencia en un Ejecutivo que hace exactamente lo contrario de lo que predicas”, continuó Alsina, evidenciando la tensión entre la imagen pública de Díaz y la realidad de su participación en el Gobierno.

Para el periodista, el compromiso de Díaz con la causa saharaui es meramente simbólico, un gesto más que un verdadero intento de cambiar la situación.

Alsina también se refirió al partido Sumar, del cual Díaz es líder, describiéndolo como un grupo que “posturea y a la vez traga” las decisiones del Gobierno.

“Llueve sobre mojado”, dijo, sugiriendo que el partido ha adoptado un patrón de comportamiento que se repite a lo largo de la legislatura: gestos simbólicos hacia su electorado mientras acepta sin rechistar las decisiones clave del Gobierno.

Esta dinámica, según Alsina, socava la credibilidad de Sumar y de su líder, convirtiendo sus declaraciones en meras escenificaciones políticas.

La intervención de Alsina ha resonado en un contexto donde la política española enfrenta numerosos desafíos. La falta de claridad en las posturas de los líderes políticos, especialmente en temas sensibles como el Sáhara, genera desconfianza entre los ciudadanos.

“Es escenografía política que, una vez más, se desploma ante la realidad”, concluyó el periodista, dejando claro que lo que se presenta como firmeza en la defensa de causas justas puede ser, en realidad, un mero espectáculo.

A medida que la situación en el Sáhara Occidental continúa siendo un tema candente, la presión sobre figuras como Yolanda Díaz para que adopten posturas más claras y coherentes se intensifica.

La crítica de Alsina no solo se dirige a la vicepresidenta, sino que también pone en el centro del debate la necesidad de una política más transparente y comprometida, que no se limite a la retórica vacía.

En un momento en que las divisiones políticas son cada vez más evidentes, el llamado a la coherencia y a la acción real resuena con fuerza.

La pregunta que queda en el aire es si Yolanda Díaz y su partido podrán superar la dicotomía entre sus palabras y sus acciones, y si podrán demostrar que su compromiso con el Sáhara es auténtico y no solo un recurso para ganar simpatías en las redes sociales.