Su estilo irreverente y carisma le han hecho ganar gran popularidad a lo largo de los años.

A Quique Jiménez Martínez, conocido artísticamente como Torito, es difícil calificarle. Lo mismo es reportero que ‘showman’ que redactor o concursante. Un personaje en toda regla que reaparece en MasterChef, el ‘talent’ de cocina en su versión ‘celebrity’, tras ocho meses sin curro.
A sus 48 años, lleva media vida haciendo televisión. Y además es literal porque son cinco lustros los que hace que el artista – estudió Bellas Artes – saltara a la fama con el reporterismo en ‘TNT’ junto a Marta Torné. «¡Yo vengo dispuesto a despelotar a todo famoso con patas que se resiste!», se presentó ante la cámara.

Los polémicos reportajes de este tipo nacido en Menorca consistían en salir a la calle con ‘famosos’ en ropa interior y hacerles algunas que otras jugarretas, aunque en plató hasta se atrevió a cortar los pantalones a uno de los invitados, con el que se magreó. Sin embargo, el alto contenido erótico de sus intervenciones provocó su despido en 2006 después de que se dejara mojar la cara con agua procedente de la vagina de una actriz porno.
El reportero y colaborador televisivo – pasó por programas como ‘Sálvese quien pueda’, ‘Pecado original’, ‘Vuélveme loca’, ‘Qué tiempo tan feliz’, ‘Viva la vida’ ‘Gran Hermano’ o ‘La noria’- lleva algo más de un mes haciendo de las suyas en la décima edición de MasterChef Celebrity.
Padre por gestación subrogada y enfermo de una de las enfermedades «más letales»

Su estilo irreverente y carisma le han hecho ganar gran popularidad a lo largo de los años. Además de su labor televisiva, ha realizado reportajes y entrevistas para la revista ‘Primera Línea’ y ha escrito su propio libro – Ácido – sobre vivencias personales. En el plano personal, está casado con Raúl Jiménez y juntos son padres por gestación subrogada de un niño llamado Nathan desde 2016. Ambos se conocieron de la forma más casual. Y es que los dos, apellidados Jiménez, fueron asignados por error en la misma habitación de un hotel durante una feria de Sevilla.
«¿Por qué esperé tanto?», se preguntaba en el citado libro autobiográfico cuando por fin se atrevió a revelar a sus padres su orientación sexual. El menorquín recuerda aquello como un trauma. «No se merecían que les siguiera ocultando algo tan sólido para mí. Sentía que les estaba defraudando», cuenta el reportero que ante el desenlace desvela que su madre le calmó diciéndole que no le permitía derramar ni una lágrima por ser gay. «No tienes que sollozar por eso, no es una enfermedad», le dijo.

El colaborador televisivo y reportero – famoso por sus look de enormes rastas de colores y gafas de pasta – confesó hace unos años que padece una enfermedad de las «más letales del mundo», una tragedia que sufre desde hace dos décadas. Todo comenzó cuando un día comenzó a notar que le faltaba el aire cuando salía de hacer la compra en un supermercado. Lo siguiente fue acudir a un hospital y ser ingresado debido por lo mal que se encontraba.
Desde aquel momento admite que es «enfermo crónico de una de las enfermedades más letales. Aunque asegura que se encuentra bien y su salud está controlada, le dificulta a la hora de trabajar. «Es difícil hacer reír cuando tu corazón llora», dijo en una intervención al referirse a este asunto.
Además de su trabajo en televisión, Torito ha trabajado en la actuación y el teatro, mostrando su talento en diferentes facetas del entretenimiento. Ha participado en obras de teatro y ha hecho apariciones en series de televisión, consolidándose como un artista polifacético.