David Broncano y La Revuelta volvieron a quedarse anoche sin invitado. Lejos de ser un problema fue lo mejor que les podría haber pasado. Ni fue un artista, ni un amigo ni una gran estrella. Fue Custodio Pérez, una estrella de verdad.

Hubo un tiempo en que Jesús Quintero, el loco de la colina, nos descubrió que la televisión era mucho más que grandes personajes o espectáculos. Por el programa que llevaba el mismo mote con el que se conocía al periodista pasaron las personas más peculiares que había en aquellos años. Desconocidos hasta sentarse con Quintero, acababan convirtiéndose en estrellas porque el propio Quintero vio algo en ellos que el resto del mundo no veía. Lejos quedaron aquellos programas hasta anoche, cuando una nueva piedra en el camino de La Revuelta, devolvió aquel espírito del loco, el de dar una entrevista a quien te lo va a dar todo.
Hace unos días, entre el público de La Revuelta, había un hombre al que David Broncano dio el micro para que promocionase un libro que, según él, le iba a gustar mucho al presentador. Lo había escrito él y quería que Broncano le hiciese promoción. Sin ningún reparo le pidió al presentador que le invitase algún día: “No hace falta que sea hoy, yo cualquier día vengo de Jaén”. Lo prometido es deuda.
En aquel momento David Broncano se lo prometió con la boca chica, pero anoche La Revuelta volvió a quedarse sin invitado en el último momento. Tiraron de memoria y de promesa: sentaron en el sillón de David Broncano a Custodio Pérez, un vareador de olivas que ha escrito nueve libros en un año. Fue lo mejor que le podía pasar a La Revuelta. El regalo no se lo hizo David Broncano a él, sino él a La Revuelta.
“Siempre vamos de cara”, advirtió el presentador antes de dar paso al inesperado invitado. “Había otra persona que venía, pero se nos ha caído. Hemos llamado a Custodio que nos lo dijo el otro día. Dicho y hecho”.

Tras recibir una llamada de última hora para sustituir a un invitado, el escritor amateur cogió su coche y se hizo las cinco horas entre Jaén y Madrid con su mujer para presentar en La Revuelta su trilogía de novelas negras ambientadas en Andalucía.
“Estaba cuidando de mi suegro y mi suegra. También estaba preparando muslos de pollo en la airfryer y no he dudado ni un segundo en llamar a mi mujer para venir”, confesaba. Dejó el coche en Getafe, pues no podía circular por Madrid con el suyo al no cumplir con la normativa ambiental. Tan normal que hasta resulta curioso. Y es que a punto de publicar su quinto libro, asegura que tiene ya “nueve escritos, pero no hay dinero para publicarlos”.
Aunque David Broncano estaba maravillado con las capacidades de Custodio Pérez, parecía que en el fondo no acababa de estar convencido del hito que estaba llevando a cabo. El presentador tiró de ironía con su invitado: “Por una vez nos hemos adelantado a la maquinaria de invitados de El Hormiguero”, a lo que Custodio Pérez respondió como cualquiera de nosotros hubiera respondido: “Cinco horas de coche para estar aquí merecen la pena. Sé que de esto no voy a vivir, solo quiero que la gente me lea”.
La historia de Custodio Pérez es tan increíble como él. Ha habido pocos invitados que hayan ido a La Revuelta con tanto espíritu y emoción como la que demostró anoche el escritor. Fue entrar en el escenario y explotar de felicidad. Irse a la cama después de ver a Custodio Pérez es irte reconciliado con el mundo. Fue descubrir a un hombre como tú o como yo, con sus sueños, con su vida, con sus claro y con sus oscuros. Un hombre normal con una gran historia detrás.

Hace un año, Custodio Pérez comenzó a escribir en su teléfono móvil por las noches. Trabajaba en los olivares hasta que tuvo que hacerse cargo de su suegra y de su sobrina. Ha escrito ya nueve libros, novelas de misterio que suceden su Andalucía, inspiradas en el autor que le despertó su pasión por la escritura y la lectura: Stephen King. La lectura fue su refugio y evasión ante el bullying que sufría: “Soñaba con vengarme de todos, igual que Carrie, pero no lo hice”.
Sabe que no va a vivir de lo que escriba, pero “solo quiero que la gente me lea”. Susurros en un mar de plásticos es la novela en la que está trabajando ahora, en la que aborda la complicada situación de los inmigrantes a quienes algunos tienden a acusar de todo. En ningún momento perdió la sonrisa en La Revuelta, en ningún momento.
Aunque pueda parecer que la visita de Custodio Pérez a La Revuelta fue una solución precipatada para que el programa no se quedase sin invitado, la realidad es que invitar a Custodio Pérez fue uno de los mayores aciertos que ha tenido el programa de David Broncano.

Acostumbrados al brillo y oropel de los personajes inalcanzables y a sus ya más que conocidas entrevistas promocionales, tener a una persona tan común, tan de todos nosotros, en el programa más visto de La 1 es un golpe de efecto que nadie vio venir. Lo habitual cuando leemos, cuando vemos un programa de televisión es que busquemos lo que nos identifica con lo que estamos leyendo o viendo, Custodio Pérez es un nosotros en mayúsculas. Pero más allá de ser un nosotros, la sorpresa de todo esto es que lo que tenía que contar Custodio Pérez fue mucho más interesante de lo que podría haber contado cualquier famoso que se hubiese sentado anoche en La Revuelta.
Hemos dado por hecho que los celebrities son la clave del éxito de determinados programas de televisión. Por supuesto que lo son, pues queremos verles, escucharles, descubrirles. Sin embargo, también nos queremos ver a nosotros. Es una especie de cordón umbilical que uno a la televisión con quien está en su casa. Custodio Pérez anoche fue precisamente eso, fue una nueva unión y fue un revulsivo inesperado. Custodio Pérez fue lo mejor que le podía pasar a La Revuelta.
“Si algún día pasa algo. Pues hoy ha pasado. Grande, Custodio”, escribió La Revuelta en X. Eso es, grande. Porque “solo por lo feliz que se ha puesto Custodio, ha merecido la pena quedarnos sin invitado”.