La familia Flores vive las Navidades por todo lo alto.

En Y ahora Sonsoles hablamos con Tomás García, sastre y amigo personal de Lola Flores, que nos cuenta todos los detalles.

En el año 1992, la familia Flores abría las puertas de su casa en el programa Reencuentro en Navidad para compartir con toda España como vivían estas fechas tan señaladas.

De la mano de Lola, Antonio y sus hijos resucitaron un archivo audiovisual único e irrepetible: mesas kilométricas, música, baile y mucha gente.

En Y ahora Sonsoles hemos hablado con Tomás García, amigo y sastre de Lola Flores, que vivió algunas Navidades con ellos.

“Montaba fiestas donde cabía todo el mundo”, asegura.

Sus hijas, Lolita y Rosario, continúan con el legado de su madre, juntando a toda la familia para celebrar las Navidades.

“Mi madre nos enseñó”, nos cuentan.

La nieta de Lola Flores, Elena Furiase, señala que llevan haciendo lo mismo toda la vida: “Comemos lo mismo, nos juntamos los mismos...”.

Sin embargo, puede que el éxito teatral de Lolita le pase factura y le haga faltar en alguna comida.

Las Navidades en la familia de Lolita Flores son todo un acontecimiento lleno de tradición, amor y, por supuesto, música.

La conocida cantante y actriz española, hija de la mítica Lola Flores, ha heredado de su madre no solo su talento artístico, sino también el espíritu navideño que caracteriza a los Flores.

“Mi madre nos enseñó cómo se hacen las fiestas buenas”, afirma Lolita con nostalgia y cariño al recordar las Navidades de su infancia.

La figura de Lola Flores ha sido clave en la construcción de un legado familiar que sigue marcando la diferencia en cada celebración navideña.

Unas Navidades llenas de tradición y emociones

Las celebraciones navideñas en la familia Flores son muy especiales, sobre todo porque están impregnadas de tradición, familia y el carácter único que siempre ha acompañado a la saga de los Flores.

Para Lolita, estas fiestas no son solo un momento de descanso, sino una oportunidad para reunir a los seres queridos y celebrar todo lo bueno que la vida tiene para ofrecer.

“Mi madre siempre decía que la Navidad era para estar con los que más quieres, y siempre, desde que éramos pequeños, lo ha hecho posible”, comenta Lolita.

El hogar de los Flores se llena de luces brillantes, decoraciones típicas y, sobre todo, una atmósfera de alegría y unión.

Lo que diferencia a estas Navidades es la calidez humana que se respira en cada rincón de la casa.

“Mi madre hacía que la Navidad fuera un momento único.

No solo se trataba de comer, sino de compartir, de reír, de cantar”, asegura Lolita, destacando la importancia que su madre le dio siempre a las emociones y los recuerdos familiares.

La importancia de la comida y la música

Una de las grandes pasiones de Lola Flores era, sin duda, la cocina, y eso se refleja en las comidas navideñas que preparaba con tanto esmero.

En casa de los Flores, las cenas de Nochebuena y la comida de Navidad no solo eran un festín para el paladar, sino también para el alma.

“Mi madre hacía que todo fuera especial”, explica Lolita.

“La mesa se llenaba de manjares, pero lo más importante era el ambiente.

Todo estaba pensado para que nos sintiéramos bien y nos reuniéramos como familia”.

Entre los platos más tradicionales que se sirven en casa de los Flores, el pavo relleno, el marisco fresco y los dulces caseros son siempre los protagonistas.

Pero lo que realmente distingue estas fiestas es la música.

La música flamenca, el cante y el baile nunca faltan.

La misma Lolita, junto con su hermano Antonio Flores, crecieron rodeados de esta tradición musical que ha marcado no solo su vida, sino también la de sus hijos y sobrinos.

Cada Navidad, la familia no solo se reúne para compartir la cena, sino también para rendir homenaje a sus raíces artísticas.

El legado de Lola Flores y su hermana Carmen se mantiene vivo en las celebraciones familiares, donde la música y el cante flamenco se convierten en una parte esencial de la festividad.

“Mi madre nos enseñó que la Navidad no es solo para estar juntos, sino para vivirla de la manera más auténtica posible, y eso incluía siempre un buen cante”, explica Lolita.

Un momento para recordar y homenajear

Las Navidades de la familia de Lolita Flores no solo se caracterizan por la comida, la música y la diversión, sino también por un momento especial de recuerdo a los seres queridos que ya no están.

La figura de Lola Flores es central en cada una de estas celebraciones.

A lo largo de los años, Lolita y su familia han mantenido viva la memoria de su madre en cada brindis, en cada canción y en cada risa compartida.

“Siempre recordamos a mi madre en estas fechas, porque es lo que ella querría.

Ella nos enseñó a vivir las Navidades con alegría, a no olvidar nuestras raíces y a ser generosos con el cariño”, comenta con emoción.

El respeto y el amor por la familia son la clave de estas Navidades.

Aunque los tiempos cambian y la familia de Lolita Flores ha crecido con nuevas generaciones, el espíritu navideño que Lola Flores inculcó sigue siendo el eje central de la festividad.

“Lo que mi madre nos enseñó sobre la Navidad ha perdurado hasta hoy.

La Navidad no se trata de los regalos, sino de la gente, de los momentos juntos”, dice Lolita con una sonrisa nostálgica.

Un legado que trasciende generaciones

Hoy en día, Lolita y su familia siguen celebrando las Navidades con la misma intensidad que lo hacía su madre, transmitiendo a sus hijos y nietos el mismo amor por la familia, el cariño y la solidaridad que caracterizaban las fiestas de Lola Flores.

Lolita Flores, al igual que sus hermanos, ha sabido mantener viva la tradición, pero también adaptarla a los tiempos modernos, sin perder de vista el respeto por el legado familiar.

“Cada año que pasa, me siento más agradecida por todo lo que mi madre nos enseñó.

La Navidad no sería lo mismo sin ella”, reflexiona Lolita.