🌈 Un soltero se revuelve ante una pregunta personal de la camarera de ‘First Dates’: “¿Por qué quieres saber eso?”

Carles conduce una Harley que es un imán para las mujeres, pero buscaba una persona capaz de enamorarlo con su forma de ser y no por el físico.

Carles con Lidia Santos, la nueva camarera de  'First Dates'

Carles (82) siempre ha sido motero, desde que su padre le compró a los 12 años una moto de 49 centímetros cúbicos. Su experiencia en la carretera la puso en práctica en ‘First Dates’ calculando rápido la distancia que separaba su casa de la de Juani (79). El ‘dating show’ de Cuatro intentó fraguar un posible romance de la Costa Brava a la Costa Dorada, juntando a los dos solteros en una de las citas a ciegas de este miércoles 19 de noviembre.

El director comercial jubilado de El Vendrell (Tarragona) se sorprendió al ser recibido en el restaurante por Lidia Santos «A usted no la conozco», señaló. Hechas las presentaciones entre el comensal y la nueva camarera del programa, la sustituta de Laura Boado inició la mini entrevista a Carles indagando acerca de si liga mucho por ser motero. «¡Qué preguntas! ¿Por qué quieres saber eso?», replicó el catalán con una sonrisa. La modelo malagueña le aclaró que solo pretendía que contara cómo le había ido en el amor.

«Quedé viudo hace cinco años. He tenido cuatro amores, el último lo dejé hace un mes y medio… Es que me canso. En mi moto, que es una pasada, casi todas las señoras quieren subirse. Y cuando salen, dicen ‘es más cómoda que el sofá de casa’», relató el aludido. Aunque su vehículo sea un imán para las mujeres, él no se enamora del físico, sino de la manera de ser. «Si no, tampoco vamos a hacer nada», y por esa razón recurrió a buscarla en ‘First Dates’.

Carles pisa el acelerador con Juani y ella lo frena

El programa le presentó a Juani, una vasca afincada en Palamós (Girona) muy deportista, enérgica y con muchos hobbies. Suele vestir con chándal porque practica mucho ejercicio, pero también se considera muy coqueta. «Cuando me arreglo, me arreglo bien». Al igual que Carles, la soltera deseaba encontrar a alguien que encajara con sus gustos y aficiones. Solo necesitó una primera toma de contacto con su cita para deducir que esa persona no era él.

Carles reunido con Juani

El catalán presumió de tener la Harley más grande del mercado, sin embargo, su acompañante no piensa subirse en ninguna moto. Prefiere andar y andar, cada día se hace 15 kilómetros. «No me gusta, ahí no casamos. Yo no puedo hacer tantos kilómetros», concordó su pretendiente. «Cuando estés conmigo, lo harás», manifestó la soltera en tono de broma. Pero él tenía otras cosas en mente. «¿Quién me hará el boca a boca?». «Yo misma, no busques más», lo siguió su cita.

Del resto de hobbies de la soltera, como el cine, la lectura, viajar y bailar, solo coincidieron en el último. El problema es que a los diez minutos de darlo todo el la pista, Carles ya se siente agotado. «Un poco pachucho sí que está. Lo veo un poco antiguo, nada que ver conmigo», comento Juani en los totales, mientras el otro comensal veía química entre los dos. «Me caes bien y me gustas. Me está enamorando tu carácter», le reveló.

Y con las mismas, empezó a planear el futuro a su lado. Ella, con su carácter bromista y vacilón, le siguió el rollo. Hasta que Carles se autoinvitó a dormir en su piso. «Eso no, a mi casa no entra ni loca», aseveró. Sin darse por vencido, el catalán pisó el acelerador y le preguntó sin filtro si se acostaría con él. «Eso ya cuando seamos novios o nos casemos», aclaró Juani, que en eso de las relaciones prefiere ir despacito.

En la decisión final, el soltero aceptó «una segunda, tercera, cuarta, decimoquinta cita… Si ella quiere». Pero la aludida no quería ir más allá de una amistad.

 

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