Ángel ha llegado al programa para conocer a alguien especial. La primera impresión no ha sido del todo buena por la actitud de la persona con la que lo han citado.

«Tíos como yo hay pocos, porque el que es guapo es gay, el que está bien está casado, el otro tiene pareja…». Así ha empezado su presentación Ángel, de 80 años, que ha llegado a ‘First Dates’ (Cuatro) tratando de mostrarse muy seguro de sí mismo con ese «como yo, pocos». Ha saludado a Carlos Sobera y ha dejado claro que está en excelente forma, con «unos análisis perfectos». Poco después ha llegado la mujer con la que iba a cenar, Raquel, una agente inmobiliaria que se ha negado a decir su edad pero que, de primeras, se ha mostrado alegre y receptiva.
Es así que en los primeros minutos todo prometía ser una velada tranquila y feliz, hasta que Raquel se ha quedado eclipsada con Matías Roure. Se ha ido directa a por él, a saludarlo, sin pensar quien había allí esperando conocerla: «¡Guapetón! Te veo hasta bailando». Le ha dado la mano y lo ha mirado con ojos tiernos, algo que no ha sabido cómo encajar el soltero que habían preparado para ella.
Este, que al arranque de la velada se mostraba tan seguro, ha colapsado y ha demostrado que estaba celoso de Matías por la actitud de Raquel: «En lugar de ponerse a hablar conmigo se ha enrollado con su entorno. Menos mal que te vas porque está ligando contigo ya. Empezamos bien…». La cita no empezaba bien, eso era evidente, pero era hora de reconducirla y por eso Carlos Sobera los ha llevado hasta la mesa para que tuviera lugar la conversación y ver si acercaban posturas…
Han comenzado con las típicas preguntas: edad, de dónde eres, pasado sentimental… Y ya en estas cuestiones se han dado varios patinazos. El primero la edad de él: «¿Dónde voy yo con uno de 80 años? Me salen de 45 y 50, me voy a enrollar con uno de 80». Tampoco ha cuadrado a Rosa su pasado sentimental, sus ex, y el hecho de que haya dicho que «le encantan las mujeres»: «Me parece un cantamañanas y ahora, que llevará un tiempo que no se come una rosca, está el hombre deseando».
Decisión final: ¿habrá segunda cita?
La tensión ha ido a más al hablar justo de las relaciones y la intimidad, del sexo. Él le ha llegado a decir que parecía «una reprimida» y es entonces que la soltera ha estallado ante Ángel: «No, lo que tenga que hablar y hacer lo haré con la persona que a mi me apetezca y me interese. De reprimida nada, me gusta la cama más que a un tonto, pero me gusta con el señor que me gusta».
Como era de esperar, la decisión final estaba clara. ¿Segunda cita? Ni por asomo. Rosa lo ha visto claro, que quería a alguien «no tan de tu edad, a alguien un poco más joven». Ángel sí esperaba volverla a ver pero si uno de los dos dice que «no» hay poca más tela que cortar, y es lo que ha sucedido.