Joaquín Sabina tuvo a sus dos hijas, Carmela y Rocío con Isabel Oliart, con quien no llegó a casarse y con quien mantiene una buena relación de amistad.
Que Joaquín Sabina haya decidido apartarse de los escenarios a los 76 años ha sido una pésima noticia para sus fans, que seguían llenando grandes recintos tanto en España como en América, donde tiene una legión de seguidores. Fue precisamente en Perú, cuando se abría camino en ese país, donde conoció a su actual mujer, Jimena Coronado.
Joaquín Sabina va a poder dedicar más tiempo ahora a su vida personal y a su familia. Jimena, su compañera de vida, no solo ha sido estos últimos años su fotógrafa de cabecera, también ha contribuido a que reorganice su patrimonio, en el que la joya de la corona es su dúplex en el centro de Madrid.
El artífice de Pongamos que hablo de Madrid, que hizo popular su amigo Antonio Flores, mantiene una gran relación con sus dos hijas. La primogénita, Carmela, ha brillado en el mundo de la producción audiovisual y es la que más se ha dejado ver en público, aunque, bien es verdad, en contadas ocasiones.
Rocío, sin embargo, ha sido mucho más hermética e incluso ha prescindido absolutamente de las redes sociales. Son muy pocos los detalles que han trascendido de su vida, porque así lo ha decidido. La discreción ha sido marca de la casa. De hecho su madre, Isabel Oliart, tampoco se ha prodigado mucho en público en los últimos años.
El nombre completo de Joaquín Sabina
El nombre completo de Joaquín Sabina es Joaquín Ramón Martínez Sabina y su hija Rocío utiliza el Martínez, lo que simbólicamente le distancia como figura pública de su progenitor, con el que se lleva estupendamente. No ha sido la suya una relación convencional, algo lógico cuando hablamos de un artista que se ha pasado la vida de ciudad en ciudad dando conciertos.
Como artista, ha diversificado sus actividades. Así, hace unos años participó en La llamada de las llamas, un proyecto centrado en la poesía y la creación visual en el que trabajó mano a mano con la ilustradora Noelia Portilla, licenciada en Bellas Artes y muy activa a través de su perfil de Instagram.
Rocío Martínez Oliart ha trabajado en labores de producción en La sonrisa de Krahe, un sentido homenaje al cantautor Javier Krahe, que tantos proyectos y vivencias compartió con su padre, como el propio Sabina comentaba en el documental Flores para Antonio, actualmente en las salas de cine. Participaron, entre otros, El Gran Wyoming, David Broncano y Pablo Carbonell.
Otro detalle curioso es que aparece en el videoclip Lo niego todo de su padre, que ha compartido repertorio y escenarios con figuras tan legendarias y dispares como María Jiménez, Manolo García, Joan Manuel Serrat, Ana Belén y Miguel Ríos. La canción daba título al disco que lanzó en 2017 bajo la producción de Leiva y con la colaboración de Benjamín Prado.
En 2024, Joaquín Sabina lanzó un último vals, en el que no solo aparecen sus dos hijas, Carmela y Rocío, también su mujer, Jimena Coronado, y amigos como el director de cine Fernando León de Aranoa, Jorge Drexler, Ricardo Darín, y el escritor Luis García Montero, entre otros.
