Lo que Galiana se niega a hacer a sus 89 años
Galiana, quien se divide entre Madrid y Sevilla por motivos laborales, ha comentado sobre la necesidad de estar empadronada en algún lugar y los desafíos que eso conlleva. A pesar de los riesgos que implica la vida activa, ha tomado medidas para garantizar su seguridad. “He pedido un reloj que me permita ser localizada en caso de una caída, porque no tengo el botón que suelen llevar las personas mayores”, explicó.
Uno de los aspectos más sorprendentes de su declaración fue su firme decisión de no usar un andador. “Lo que no me quiero comprar es un andador, pero hay una razón: no quiero perder el sentido del equilibrio. Si estoy siempre agarrada, cuando me desagarre, seguro que me caigo”, aseguró Galiana con una mezcla de seriedad y humor.
En su lugar, ha optado por unos bastones de senderismo, lo que, según ella, genera la ilusión de que planea hacer el Camino de Santiago. “Con eso ya me voy apañando muy bien”, dijo entre risas, reflejando su espíritu indomable y su deseo de mantenerse activa.
La actriz también habló sobre cómo enfrenta el envejecimiento. “Es un proceso natural y hay que aceptarlo con gracia”, afirmó. Su enfoque positivo hacia la vida y su capacidad para reírse de las dificultades son un testimonio de su fuerte carácter y de cómo ha construido una vida plena a lo largo de los años.
María Galiana continúa siendo un ejemplo de vitalidad y determinación, desafiando los estereotipos sobre la vejez. A medida que se acerca a una nueva década, su historia inspira a muchos a enfrentar el envejecimiento con dignidad y humor, recordando que la independencia y el equilibrio son posibles a cualquier edad. Su enfoque audaz y su risa contagiosa son un recordatorio de que, a pesar de los años, siempre hay espacio para disfrutar de la vida.